Temporada de Unicornios

¿La inminente salida a bolsa de Uber, Airbnb y otras compañías similares o el reciente estreno de Pinterest, significa que el mercado alcista está llegando a su fin?

Eh, tú, escucha! Hay alguien que sabe cosas de los mercados que tú no sabes.

Esa es la sensación que se vive en estos momentos en Wall Street, por lo menos entre quienes son más propensos a sufrir ataques de lo que, siendo generosos podríamos denominar precaución, y siendo menos generosos, llamaríamos paranoia. 

Los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal están viendo algo que el resto de nosotros no vemos, y por eso han cancelado todas las subidas de los tipos de interés que planificaron en su día para 2019. Los traders de bonos obviamente saben algo que pasan por alto quienes invierten en acciones, así que han invertido la curva de rentabilidad llevando las rentabilidades de los bonos a 10 años por debajo de la de los bonos a tres meses; lo que supone el típico presagio de una recesión.
¿Y qué va a pasar con esas manadas de unicornios que avanzan orgullosos hacia su salida a bolsa? Claramente, sus banqueros les están susurrando al oído mensajes de alerta, advirtiéndoles de que conviene cosechar ahora que la fruta está madura y se avecinan sequías. ç

La preocupación de que «la Reserva Federal sabe algo» es bastante fácil de obviar para cualquiera que esté mínimamente familiarizado con el historial del banco central como oráculo. Sin embargo, la inversión de la curva de rentabilidad es más difícil de ignorar, dada la costumbre de producirse este escenario antes de una recesión, aunque es cierto que esta vez podría ser diferente, por los persistentes efectos de la intervención masiva de los bancos centrales en los mercados de bonos tras la crisis financiera mundial.

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¿Y qué ocurre con la invasión de unicornios? Es un tema delicado. Con este seudónimo se conoce a las startups, en su mayoría nacidas con apoyo de capital riesgo de Silicon Valley, que alcanzan valoraciones privadas que superan los mil millones de dólares, independientemente de que arrojen beneficios. Se las empezó a llamar así porque su existencia siempre pareció imposible, pero hoy en día son tan fáciles de ver como un corzo atravesando una carretera comarcal. 

El líder de la manada

El unicornio alfa de esta manada es obviamente Uber Technologies Inc, la aplicación de taxi nada rentable que se espera que salga al mercado el próximo mes en una oferta que podría elevar el valor de la compañía hasta los 120.000 millones de dólares. Su rival igual de poco rentable, Lyft Inc. le lleva ventaja en la salida a bolsa. Pero la lista de operaciones de salida a bolsa cada vez es más larga: la corchera para fotos digital Pinterest, el sitio web de alquiler de viviendas Airbnb, el servicio de entrega de comida a domicilio Postmates, el operador de salas de chat Slack Technologies, la plataforma de comercio electrónico Tradeweb Markets, la compañía de conferencias virtuales Zoom Video Communications. (Incluso Levi Strauss & Co., la compañía con sede en San Francisco, innovadora en su día, tuvo su regreso triunfal a los mercados públicos este mes.) 

Si finalmente salen estas y otras compañías a bolsa, 2019 podría ser uno de los años récord en términos de capital captado en operaciones de salida a bolsa en Estados Unidos. El pasado mes de noviembre, Goldman Sachs Group Inc. predijo que el total podría alcanzar los 80.000 dólares este año, una estimación que podría quedarse corta. Y a nadie se le escapa que se está alcanzando este récord cerca de los máximos en los mercados de valores y con una recesión a la vuelta de la esquina. 1999 y 2007 fueron años inusualmente fuertes en cuanto a salidas a bolsa, justo antes de los duros correctivos a los mercados y la economía, un año después.

«Está claro lo que pasa: en los máximos del mercado, cunde la confianza y todo el mundo está comprando sin preocuparse mucho del precio», afirma Jim Paulsen, responsable de estrategia de inversión en Leuthold Group, Minneapolis. «Desde el punto de vista de una compañía privada, parece el momento idóneo para salir a bolsa». Pero quienes prefieren nadar a contracorriente deben tener cautela: Paulsen señala que la exuberancia irracional no describe fielmente el estado de ánimo de los inversores en estos momentos. Si bien es cierto que el S&P 500 ha subido cerca de un 12 por ciento en lo que va de año, en el que podría ser su mejor trimestre en siete años, aún no ha recuperado todo el terreno perdido con el batacazo del cuarto trimestre del año pasado. «Yo diría que, si bien es cierto que el mercado está subiendo este año, también es cierto que este año están cundiendo la cautela y el pesimismo ante una recesión y un mercado bajista», afirma.

Oferta y demanda

Más allá de la señal sobre el sentimiento que está enviando esta estampida de unicornios, cabe plantearse una cuestión más práctica: la oferta y la demanda. ¿La clase inversora podrá absorber todas estas acciones nuevas sin tener que deshacerse de las acciones de compañías consolidadas para contar con liquidez?
Kathleen Smith, directiva en Renaissance Capital LLC, una compañía que ofrece investigación institucional y fondos cotizados que se centran en operaciones de salida a bolsa, afirma que las OPI de este año podrían ser más de lo que puede digerir el mercado sin sobresaltos. «Si nos fijamos en lo que hizo falta para contar con un volumen extra en el mercado de 100.000 millones de dólares por las OPI, vemos que ya no queda mucho margen hoy en día a ese respecto», afirma Smith. «Ahora tenemos también la sensación de: madre mía, mira cuánta oferta». Según Smith, el exceso de operaciones de salida a bolsa podría provocar volatilidad en el mercado o simplemente lastrar los resultados de las nuevas acciones. 

No hay ningún indicador que tenga un historial perfecto. La breve inversión de la curva de rentabilidad en 1998 envío una falsa señal, al igual que ocurrió en un episodio más prolongado en los 60. En caso de que la señal de alarma en esta ocasión sea correcta, no resultará fácil predecir exactamente cuántos meses tardará en llegar la recesión a partir de los precedentes históricos. Seguramente habrá buenas ocasiones para pescar oportunidades antes de que llegue la apisonadora, puesto que el S&P 500 suele tender a subir en el periodo entre la inversión y el máximo de un mercado alcista. Por lo que respecta a todos estos unicornios, incluso un año récord en emisiones en términos monetarios es poco probable que suponga un volumen récord respecto del volumen total del mercado. Tampoco tendrá demasiado peso a la hora de frenar la reducción de la oferta de acciones totales disponibles provocada por las recompras de las compañías. El último susto importante por sobredosis de salidas a bolsa se produjo con el debut por un valor de 25.000 millones de dólares por parte de Alibaba Group en 2014, que provocó debates sobre un máximo del mercado (Nota: no se produjo tal máximo).

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