La equivocación de Brufau

El presidente de Repsol ha convocado en sólo 48 horas un consejo de administración de la compañía de carácter extraordinario[…]

El presidente de Repsol
ha
convocado en sólo 48 horas un consejo de administración de la compañía
de carácter extraordinario con el único objetivo de lograr su
ratificación en el puesto
. En la mañana del miércoles se puso
en contacto con los consejeros para manifestarles la necesidad de tal
encuentro, para poder afrontar con tranquilidad los próximos meses ante
las presiones que estaba sufriendo. Antonio Brufau convirtió de esta forma en un auténtico
problema societario lo que empezó siendo un simple asunto de
confidenciales periodísticos
que en los últimos días había
llegado a las portadas de los periódicos.

Brufau ha
manifestado claramente su nerviosismo ante las informaciones que
señalaban que su antigua casa, La Caixa, y Sacyr
Vallehermoso
-principal accionista de Repsol- estaban ya
negociando su sustitución. Nadie en el mercado se creía la posibilidad
de que Luis del Rivero, presidente de Sacyr,
pudiera convertirse en presidente de Repsol.
Brufau se lo creyó o, al menos, estaba inquieto ante tal posibilidad.
Un poco de sangre fría y de
cintura empresarial
, tras confirmar el seguro apoyo de La
Caixa, habría sido mejor que esta convocatoria urgente, que vuelve a
mostrar públicamente la existencia de fuertes tensiones en el seno del
consejo del administración.

Brufau ha vuelto a
calentarse sin darse cuenta de que el problema de Repsol
no es su continuidad, sino el hecho de que Sacyr
Vallehermoso
sea su principal accionista (algo más de un 20%
del capital). Y todos sus esfuerzos, ordinarios y extraordinarios,
deberían ir dirigidos a tratar de encontrar un nuevo accionista
dispuesto a comprar el paquete de Sacyr
o llegar a algún acuerdo con Luis del Rivero que alivie las actuales
tensiones. Es verdad que su estrategia y defensa del negocio
empresarial no coincide con las prioridades financieras de Sacyr,
pero tan cierto como que la compañía que preside Luis del Rivero es el
primer accionista de Repsol.
Con un hecho fundamental, que Brufau debería haber leído bien entre
líneas en este momento: La Caixa
le apoya, pero le está haciendo continuos guiños para que llegue
acuerdos con Sacyr
y no opte por convocatorias extraordinarias y tensos
consejos
. Sin duda, el presidente de Repsol
debería tratar de interpretar ese tibio apoyo de La Caixa antes de
fijarse nuevos objetivos. De lo contrario, logrará victorias que pueden
ser sólo efímeras.

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