El caso Volkswagen castiga sus cuentas y le obliga a variar su estrategia
El caso Volkswagen, que se destapó hace un año en Estados Unidos por falsear los datos de las emisiones de[…]
El caso Volkswagen, que se destapó hace un año en Estados Unidos por falsear los datos de las emisiones de sus motores diésel, ha obligado al grupo alemán a cambiar su estrategia y a potenciar la propulsión híbrida y eléctrica, así como a provisionar fondos por las miles de demandas a las que se enfrenta.
El beneficio neto de Volkswagen en el primer semestre de 2016 se redujo el 36,8 % en tasa interanual, hasta los 3.579 millones de euros (3.937 millones de dólares), tras provisionar 1.600 millones de euros (1.760 millones de dólares) para hacer frente a la citada manipulación.
El también conocido como "diéselgate" estalló el 18 de septiembre de 2015 cuando la Agencia Medioambiental Estadounidense (EPA) acusó al Grupo Volkswagen de emplear un software que, al detectar que el vehículo era sometido a una prueba en laboratorio, alteraba los datos de las emisiones contaminantes para que fueran inferiores a las declaradas.
Dos días más tarde el consorcio reconocía el trucaje en los propulsores de la familia EA 189 y el 22 de septiembre cifraba en unos 11 millones los vehículos afectados en todo el mundo de las marcas Volkswagen, Audi, Skoda, SEAT y Volkswagen Vehículos Comerciales.
El desplome en bolsa obligó a dimitir al entonces consejero delegado de la compañía, Martin Winterkorn, a quien sustituyó Matthias Müller, entonces presidente de Porsche.
Desde entonces las demandas tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, especialmente en Europa, no han parado de aumentar.
En EEUU, la compañía alemana sigue negociando acuerdos extrajudiciales con el Departamento de Justicia, la EPA, consumidores y varios estados.
Por el momento, ha alcanzado uno preliminar para compensar a unos 475.000 propietarios de vehículos con motores diésel 2.0 TDI.
El coste estimado para VW es de unos 10.033 millones de dólares (unos 9.003 millones de euros al cambio actual) para pagar indemnizaciones y recomprar los vehículos.
A esa cantidad habría que sumar unos 4.700 millones de dólares (unos 4.218 millones de euros) al Estado de California para mitigar las emisiones ilegales provocadas y otros 1.200 millones de dólares (1.076 millones de euros) a los concesionarios de la marca.
Otro problema al que se enfrenta VW es que las autoridades norteamericanas todavía no han autorizado las soluciones técnicas para reparar los motores que ya han sido aprobadas para Europa por la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania.
En el Viejo Continente las demandas contra el grupo no paran de sucederse, en gran parte motivadas por la negativa del consorcio a indemnizar a los propietarios de unos 8,5 millones de automóviles y porque los accionistas del consorcio se sientes estafados.
Es el caso de los estados federados alemanes de Baviera, Hesse y Baden-Württemberg, que estudian denunciar a Volkswagen por el perjuicio económico que les ha ocasionado la caída del valor de las acciones.
Unos 1.400 inversores ya han presentado demandas por valor de 8.200 millones de euros.
En el caso de España, los vehículos afectados son 683.626: de los que 221.783 son SEAT, 257.479 Volkswagen, 147.095 Audi, 37.082 Skoda y 20.187 de Volkswagen Vehículos Comerciales.
En el apartado judicial la Audiencia Nacional investiga el caso y ha mandado una comisión rogatoria a Alemania porque estima que todo pudo haber sido orquestado desde la sede de Volfswurgo sin conocimiento de las fábricas del grupo en España de VW y SEAT.
Hasta el momento tres juzgados de Primera Instancia (Valencia, Cantabria y Zaragoza) han dado la razón a la compañía frente a los clientes.
Con todos estos frentes abiertos y para limpiar su imagen el Grupo Volkswagen ha aprobado una nueva estrategia que le llevará a producir más de 30 nuevos vehículos eléctricos en los próximos diez años (hasta 2025).
Esto supondrá que en ese ejercicio entre el 20 y el 25 % del volumen de la compañía venta de la venta de eléctricos.
También va a reducir la oferta de 340 modelos y variaciones que actualmente ofrece y va a trabajar con cuatro grandes plataformas modulares de fabricación, en vez de con las doce actuales.
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