Defensa de acusados por Mundo Mágico asume "pésima praxis" pero no la estafa
La defensa de uno de los acusados de estafar de forma continuada a los clientes de la agencia de viajes[…]
La defensa de uno de los acusados de estafar de forma continuada a los clientes de la agencia de viajes Mundo Mágico ha asegurado hoy que la empresa fue incapaz de hacer frente a los compromisos contractuales por una "pésima praxis" pero no porque existiera una voluntad de engaño.
En su exposición de conclusiones ante la sección tercera de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el abogado de Antonio González Moral ha asegurado que la empresa se descapitalizó a finales de 2002 no porque su representado "se llevara el dinero" sino por la "descontrolada y alocada" apertura de sedes por toda España.
Al respecto, ha explicado que el elevado nivel de éxito cosechado por González Morán desde 1995, año en el que comenzó a trabajar en el ámbito turístico, le condujo a plantear una "extravagante" estrategia de negocio, auspiciada por varias entidades bancarias, entre ellas BBVA y Banco Santander.
Sin embargo, la multitud de gastos y el cese de las relaciones con "su gran socio colaborador, el BBVA", supuso "el colapso económico de la empresa y el posterior cierre de todas las sedes, lo que culminó en la suspensión de pagos".
La defensa del segundo de los acusados, Paul Alexander van Zill, también ha rechazado el supuesto delito de estafa continuada al entender que "ni hay engaño ni desplazamiento de capital", y ha dicho que su representado siempre confió en que la agencia reintegraba las cantidades satisfechas por aquellos clientes que no disfrutaban de los servicios contratados.
En cuanto a BBVA y Banco Santander, señaladas por la acusación de la asociación Acama como partícipes a título lucrativo, se han desmarcado de cualquier responsabilidad civil subsidiaria solicitada por los perjudicados ya que las entidades sólo colaboraban con Mundo Mágico en cuestiones de financiación, nunca de patrocinio.
Durante la última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia, han intervenido además las acusaciones particulares, quienes han reiterado que González Moral creó una red empresarial "para descapitalizar en beneficio propio" el dinero.
Para estos perjudicados, se trata de una "estafa a pequeña escala" en la que los acusados utilizaban de gancho una serie de bonos regalos a los consumidores, a quienes después trataban de captar en la venta de multipropiedades.
El caso se remonta a 2003, cuando Mundo Mágico Tours, empresa que desde 1998 ofertaba semanas de vacaciones en multipropiedad y servicios turísticos, se declaró en concurso de acreedores.
Esta situación de insolvencia condujo a que miles de afectados se vieran endeudados con entidades financieras como BBVA o el entonces Santander Central Hispano, Caja Madrid o Hispamer, para hacer frente al pago de un servicio que nunca recibieron.
La Fiscalía solicita seis años de cárcel y multas de 10.800 euros para Antonio González Moral y Paul Alexander van Zill, por estafa continuada a unos 4.000 clientes de España, quienes perdieron cantidades que oscilaban entre 3.000 y 12.000 euros.