Accionistas a la gresca

Las disputas y los cambios de intereses en varios de los accionariados de las algunas de las principales empresas del[…]

Las disputas y los cambios de intereses en varios de los accionariados de las algunas de las principales empresas del país se han puesto de moda en las crónicas financieras de la prensa económica española. José Manuel Entrecanales está a punto de romper su alianza con la italiana Enel, su compañero de viaje para impedir el desembarco de E.ON en Endesa. Desde dentro de la eléctrica comentan que las desavenencias entre los dos grandes accionistas han convertido el día a día en un infierno que está afectando a la toma de decisiones cada vez más importantes.

No es el único caso en el que dos compañeros inicialmente cordiales rompen de malas maneras. El divorcio que protagonizaron Bud Abbott y Lou Costello en el periodo de entre guerras se ha repetido en el pasado reciente del "stablishement" empresarial español con demasiada frecuencia. El problema son los rotos que ocasionan.

Básicamente, estos divorcios se deben a tres causas:

1) Por pactar con el diablo. Es el caso de Iberdrola que dió la bienvenida al desembarco de ACS en su accionariado, cuando la constructora ya era socio dominante de otra eléctrica: Unión Fenosa. Los frutos de esta alianza ya los estamos viendo.

2) Por imperativo del Gobierno, o con su bendición. Es el caso actual de Endesa. Pero también de Repsol, donde Luis del Rivero (Sacyr) intenta desprenderse del 20% que compró sin que el consejo pudiese evitarlo. Y no es que faltasen las experiencias de lo nefastos que son estos desembarcos de socios que "tienen sólo intereses financieros". Una situación parecida está pasando en Iberia con Caja Madrid, que tarde se ha arrogado el papel de árbitro a instancias del Gobierno autónomo de Madrid (igual que sucedió en Endesa).

y 3) La aberración fiscal de las exenciones a las participaciones significativas. Esta exención ha llevado a las compañías que lo han vivido a varios callejones sin salida. El afán por colocar el patrimonio Lo hemos visto en FCC y Colonial (previamente se había producido con Acciona). Pero también ha pasado en Bankinter, con Bhavnani y Calyon o en Metrovacesa, con las familias Sanahuja y Rivero.

Como vemos no todos los casos responden a las mismas causas. Pero es triste que los únicos vientos de operaciones corporativas que soplen en el mercado español se deban a disputas personales.

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