Los propietarios de Lauki han atribuido el cierre de la planta de Valladolid al descenso de ventas de la marca y ha indicado que esta decisión responde "a una situación de sobrecapacidad de la estructura productiva que dificulta competir en un contexto de descenso en el consumo de leche y alta competitividad", al tiempo que ha adelantado que tratará de buscar la recolocación de los trabajadores.