Torra anima a los CDR a seguir «apretando» en el aniversario del 1-O

Otoño caliente para recordar el otoño negro catalán de 2017. El independentismo conmemoró ayer el aniversario del referéndum ilegal del[…]

Otoño caliente para recordar el otoño negro catalán de 2017. El independentismo conmemoró ayer el aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre con una nueva jornada de movilización callejera protagonizada en buena forma por los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), cuyas acciones -cortes de carreteras, ocupación de las vías el AVE, frustrado intento de paralizar la actividad económica...-, un año después del hito del 1 de octubre son más bien el recuerdo de la impotencia de un movimiento independentista que se sabe fracasado. Por la tarde, una nutrida manifestación recorrió las calles de Barcelona para recordar lo sucedido hace un año y denunciar la intervención policial de entonces, ahora mismo, junto a la petición de libertad de los políticos presos, el único nexo común de un independentismo dividido y fracturado en su estrategia.

El comportamiento del presidente de la Generalitat, Quim Torra, es el vivo reflejo de esa desorientación. Así, si el sábado los Mossos d?Esquadra sacaban brillo a sus porras para contener la contramanifestación de la CUP y su entorno -ante el enojo del independentismo más radical, que pide su dimisión y la del consejero Miquel Buch- ayer se refería a los CDR como sus «amigos». De forma simultánea a que esos mismos CDR mantenían cortada la línea del AVE en Gerona, o bloqueaban el macropolígono industrial de la comarca del Vallés, Torra les animaba ayer a seguir con sus acciones. «Amigos de los CDR: apretáis y hacéis bien en apretar», explicó Torra desde Sant Julià de Ramis (Gerona), el pueblo donde inicialmente el expresidente Carles Puigdemont debía votar el pasado 1 de octubre, y donde ayer su sucesor reunió de forma extraordinaria a su gobierno.

«El Govern estará»

En precario equilibrio entre un Govern que actúa en modo autonomista pero gallea en modo republicano, y un independentismo que le exige liberar a los presos y cerrar la vía autonomista, Torra ayer se puso del lado de estos últimos. Primero en Sant Julià, y luego ya en Barcelona jaleado y exigido por un grupo de estudiantes, Torra les prometió que «el Govern estará, tened confianza», sin especificar en qué se concretará ese estar. Lo explicó después de que representantes de los CDR volvieran a dejar claro a la Generalitat cuál es su posición»: «El pueblo manda, el gobierno obedece».

Lo que manda el pueblo -una parte del mismo, se entiende-, es cumplir con el «mandato del 1-0», algo que la Generalitat, es obvio, no está en condiciones de llevar a cabo. En este contexto, la premisa del Govern parece ser la de seguir ganando tiempo y prepararse para la «ventana de oportunidad» que a su criterio podría abrirse con el juicio a los líderes independentistas y la respuesta social que se produzca entonces. Patada a seguir. «Apelo a las consciencias colectivas de los catalanes para saber si aceptaremos o no las sentencias, por saber si volveremos a determinarnos». Épica de saldo para animar a los catalanes a «afrontar estas semanas sin miedo» y con «perseverancia». «O libertad o libertad», concluyó con una frase que al independentismo más hiperventilado, empezando por los CDR, les suena casi a tomadura de pelo. La jornada de ayer fue el mejor resumen de esta dicotomía que afronta el independentismo: por la mañana, un nuevo paso hacia la «borrokizacion» de la movilización callejera, CDR mediante; por la tarde, una manifestación en Barcelona que, aunque no tan masiva como las de la Diada -180.000 personas según la Guardia Urbana-, volvió a llenar el centro de la ciudad. Al cierre de esta edición miles de personas seguían concentradas sin que se hubiesen registrado incidentes.

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La oposición arremete contra el presidente por apoyar a los violentos

El escenario en cualquier caso es preocupante, tanto por la capacidad de los activistas para, al grito de «ni olvido ni perdón» amagar con poner patas arriba el país -dos centenares bastaron para cerraron durante horas la AP7 en Tarragona, y otros tantos hicieron lo mismo con el AVE en Gerona - como por el apoyo que, al menos de palabra, se les ha dado desde la administración autonómica, tal y como ayer reafirmó Torra.

Dentro de los Mossos d?Esquadra, como ayer daba cuenta ABC, la preocupación es amplia, al sentirse utilizados políticamente y por no notar suficiente apoyo por parte de la Generalitat, tal y como denuncian los sindicatos policiales. El apoyo a los CDR o el anuncio por ejemplo de que el Govern investigará las cargas de la manifestación del sábado ha encendido los ánimos en un cuerpo que ayer, por otra parte, daba cuenta de la detención del agresor de uno de los participantes de la marcha del sindicato policial Jusapol.

El apoyo de Torra a los CDR fue denunciada por los grupos de la oposición. La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, tachó de «indigno» en un país democrático que el presidente Torra ejerza de «cabecilla» de los CDR al «animarles a seguir con sus actos violentos» y con sus «intimidaciones». «Torra ha salido a defender los actos violentos de los comandos separatistas, les ha felicitado y les ha dado las gracias», denunció la jefa de la oposición. «Para los CDR, no hay mejor cabecilla que Torra», subrayó Arrimadas. Cs y PP firmaron ayer una petición conjunta de comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que dé explicaciones por el «deterioro general de la política española» y las «amenazas independentistas».

Ábalos lo minimiza

Por su parte, el secretario de Oganización del PSC, Salvador Illa, arremetió contra Torra exigiéndole que aclare «si está con los Mossos o con los CDR, con el orden o con el conflicto», y aseguró que los socialistas apoyan las actuaciones de la policía catalana. «No es posible instar a los CDR a seguir apretando y ser el máximo mando de los Mossos d?Esquadra», apuntó. Por contra, el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, insistió en la política de apaciguamiento y dijo conferir una «importancia relativa» a las declaraciones de Torra en apoyo a los CDR. Según insistió, al Gobierno le «importan las acciones más allá de los discursos». Lo que le preocupa al Gobierno, añadió, es no cerrar «la senda en la que está trabajando con el Govern de la Generalitat, que es hablar de la agenda política», apuntó el ministro.

En paralelo, el portavoz del PP en el Parlamento catalán, Alejandro Fernández, denunció que Torra «legitima y anima con sus palabras las acciones violentas de los CDR», y tachó de pirómana la interpelación del presidente catalán a esos colectivos.

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