Viktor Orban, ganador con el 49,5%, según los primeros resultados

Los primeros resultados oficiales de las elecciones generales en Hungría otorgan al gobernante partido conservador nacionalista Fidesz, del primer ministro[…]

Los primeros resultados oficiales de las elecciones generales en Hungría otorgan al gobernante partido conservador nacionalista Fidesz, del primer ministro Viktor Orbán, una clara victoria con un 49,5 % de los votos, tras el escrutinio del 65 % de los sufragios, informó hoy la agencia de noticias MTI.

Los húngaros fueron hoy a votar como nunca en esta joven democracia con una participación que hacía ya descartar a muchos al cierre de los colegios a las 19.00 horas que Viktor Orban pudiera repetir su mayoría de dos tercios de los 199 escaños del parlamento húngaro. La altísima participación disparaba las esperanzas de la oposición de acabar también con la mayoría absoluta de la alianza de Fidesz y los democristianos de KDNP que lidera Viktor Orban. La movilización sorprendió a todos. Se siguió votando pasada la hora del cierre en muchos locales en Budapest que tenían aun largas colas y en las embajadas húngaras del exterior también se registró una afluencia sin precedentes. Mientras unos decían que por fin muchos húngaros se habían dado cuenta de que tenían que votar para un cambio y deponer a un Orban en permanente enfrentamiento con la Unión Europea y el exterior, otros señalaban que los llamamientos del primer ministro a darle el apoyo para combatir a la UE y sus intentos de imponer cuotas de inmigración iban a tener sus frutos.

El portavoz del primer ministro, Zoltan Kovacs, se felicitó de la alta participación y dijo que confiaban en una sólida mayoría que no tenía por que ser de dos tercios para gobernar con solidez. Sin los dos tercios puede gobernar Orban con comodidad. No así sin la mayoría absoluta. Porque todos los partidos de la izquierda y la extrema derecha de Jobbik han descartado cualquier apoyo al actual primer ministro. Orban tenía la mayoría de dos tercios desde 2010 y solo la perdió a lo largo de la pasada legislatura por un escaño que quedó vacante y pasó a la oposición.

Los sondeos daban a Fidesz una cantidad de escaños que oscilaba entre la mayoría absoluta y los dos tercios. Después seguía el partido de extrema derecha Jobbik y el tercero era el mayor partido de la izquierda, el socialista, (MSZP- Dialog). A continuación vendrían los Verdes y unos pequeños grupos de la izquierda diversa. No obstante, la participación ha superado todas las expectativas y podría traer por tanto sorpresas.

«El destino de Europa»

Orban votó con su mujer en su barrio y llamó a todos los húngaros a votar porque según él, también «está en juego el destino de Europa» que ve en Hungría una forma alternativa de afrontar el futuro. El primer ministro sí ha conseguido a pesar de liderar un país tan pequeño un altísimo perfil en el debate ideológico actual en Europa y se ha convertido en un referente para muchas nuevas fuerzas de la derecha que han surgido tanto en Centroeuropa como en Europa occidental. En el grupo de Visegrado con Polonia, Chequia y Eslovaquia, el primer ministro húngaro ha conseguido en estos años presentar un discurso político alternativo al de Berlín y París y sobre todo al de su gran adversario, Bruselas. Esto y los furibundos ataques que recibe desde el exterior, también le sirven para fortalecer esa imagen de padre protector de la patria húngara.

Orban se presenta como el único capaz de impedir que las fuerzas exteriores impongan a Hungría unas medidas que nadie, ni la oposición quiere, como son las cuotas de inmigración. El primer ministro acusa a la oposición de seguidismo de las «fuerzas mundialistas» que quieren traer a Hungría la sociedad multicultural que existe en los países occidentales. Orban siempre cita a Alemania o Suecia y ciudades multiculturales como la amenaza directa que solo él y su partido son capaces de neutralizar.

No hubo encuestas a pie de urna por lo que hubo que esperar para conocer el alcance real de los cambios que se intuían a última hora. El candidato del partido socialista MSZP- Dialog, Gergely Karacsony manifestó esta tarde a ABC en una primera reacción que estaba feliz con la alta participación, pero que no sabía si sería suficiente para romper esa mayoría absoluta. En todo caso, ya advirtió públicamente al Presidente de la República, Janos Ader, de que no podría encargar a Orban la formación de gobierno sin la mayoría absoluta, porque todo el resto de partidos le niegan el apoyo desde un principio. Hay grandes incógnitas sobre qué solución habría si Orban pierde la mayoría absoluta, pero la oposición es incapaz de unirse para formar gobierno. El candidato socialista había manifestado a este diario un día antes que él abogaría por un gobierno tecnócrata para un tiempo determinado y con un jefe de gobierno que reuniera el consenso. Esa es por supuesto la mayor dificultad.

De los 199 escaños que están en juego, 106 se dirimen en circunscripciones en las que gana el más votado, sin segunda ronda, y 93 por las listas de partidos. En algunos distritos electorales habían logrado algunos partidos de izquierdas ponerse de acuerdo para hacer frente a Fidesz, pero la fragmentación de la oposición sigue siendo mayúscula y es una de las claves de la solidez del éxito electoral de Orban hasta ahora. El principal partido de la izquierda, el socialista, apenas llega en la encuesta más favorable al 18 por ciento como tercera fuerza.

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