Secuestro, tortura y descuartizamiento en la capital de Tailandia (Bangkok)

Pena de muerte. Esa es la sentencia impuesta ayer al catalán Artur Segarra por el atroz asesinato en Tailandia del[…]

Pena de muerte. Esa es la sentencia impuesta ayer al catalán Artur Segarra por el atroz asesinato en Tailandia del consultor David Bernat el año pasado, que conmocionó a la comunidad española residente en dicho país. Según informa la agencia EFE, el tribunal de Bangkok que lo juzgó en febrero lo ha condenado por trece delitos al considerar probado que Segarra secuestró, retuvo, torturó y asesinó a su amigo Bernat para robarle el dinero de su cuenta bancaria, descuartizándolo después y arrojando sus restos al río Chao Phraya para hacer desaparecer su cuerpo.

Aunque el acusado insistió en todo momento en su inocencia y en que su exnovia le había tendido una trampa, todas las pruebas apuntan hacia él. Entre ellas destacan las muestras de ADN recogidas en su apartamento, donde han aparecido restos de Bernat, y las grabaciones de diversas cámaras de seguridad. Mientras en una de estas cintas aparece regresando a su casa en moto con Bernat, en otras se le ve sacando dinero en varios cajeros automáticos.

Dentro de su investigación, la Policía tailandesa encontró restos de sangre de Bernat en el apartamento de Segarra, donde se supone que lo retuvo entre el día 20 y el 26 de enero del año pasado para sonsacarle las claves de su cuenta bancaria en Singapur. Gracias a su buen remunerado sueldo como consultor, con el que podía ganar mil euros al día, Bernat tenía allí una auténtica fortuna. Aunque los medios tailandeses publicaron en su día que Segarra llegó a transferir a su cuenta hasta 37 millones de bahts (930.000 euros) de Bernat, finalmente solo ha sido juzgado por el robo de 80.000 bahts (2.050 euros). Pero la Policía sospecha que la cantidad sustraída fue mucho mayor.

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Tras varios días de torturas, los forenses creen que Bernat murió asfixiado el día 26. Esa misma noche, Segarra salió de su piso cargando un gran paquete en su moto y se dirigió al río Chao Phraya, que atraviesa la capital tailandesa. A partir del día 30, en sus aguas empezaron a aparecer los restos de Bernat, cuyo cuerpo había sido desmembrado. Días antes, Segarra había comprado unas sierras halladas en su casa.

Buscado por la Policía tailandesa, que difundió su retrato, Artur Segarra huyó a Camboya, donde fue detenido a principios de febrero. Entregado a Tailandia, Segarra defendió siempre su inocencia, pero fue inculpado por su novia.

Además de por su brutalidad, este crimen horrorizó a la comunidad española que vive en Bangkok porque, al parecer, Segarra y Bernat eran amigos y salían juntos con frecuencia. De hecho, este crimen ha sacado a la luz la oscura vida de excesos que algunos expatriados llevan en la capital tailandesa, con drogas y prostitutas por doquier. Aunque el condenado no ha implicado a nadie durante el juicio, el libro «La verdad sobre el caso Sagarra», del escritor y bloguero Joaquín Campos, apunta directamente a otro español como cómplice. Tras la sentencia, Segarra tiene dos oportunidades para recurrir su pena de muerte, que no se aplica en Tailandia desde 2009 por una moratoria indefinida.

Un crimen atroz

La última vez que se vio con vida al consultor David Bernat, nacido en L´Albí (Lérida), iba con su amigo Artur Segarra, de Tarrasa (Barcelona), compañero de juergas y quien sabía que tenía mucho dinero en su cuenta de Singapur porque podía ganar hasta mil euros al día.

Según la Policía, que ha encontrado restos de sangre de Bernat en el piso de Segarra en Bangkok, este lo raptó y torturó para sonsacarle sus claves bancarias. Aunque los medios tailandeses informaron de que le había robado casi un millón de euros, solo ha sido condenado por sustraerle 2.050.

Tras varios días de torturas, Bernat murió asfixiado. Cuando trozos de su cuerpo aparecieron en el río Chao Phraya de Bangkok, las sospechas apuntaron a Segarra, que huyó a Camboya, donde fue detenido. Desde entonces, ha proclamado su inocencia sin implicar a nadie más en el crimen, pero podría tener cómplices.

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