Tensión en Jordania por un acuerdo de gas con Israel

El reciente y controvertido acuerdo que el Gobierno jordano concluyó con Israel para la compra de gas procedente de yacimientos[…]

El reciente y controvertido acuerdo que el Gobierno jordano concluyó con Israel para la compra de gas procedente de yacimientos en el Mediterráneo ha provocado un aumento de la tensión y la celebración de varias protestas en el país.

El Ejecutivo ha justificado este convenio, de quince años de duración, con el argumento de que satisface un interés económico nacional, ya que le ahorra a Jordania cerca de 300 millones de dólares anuales en coste energético, lo que podría traducirse en una reducción de los precios de la energía para el consumidor.

Sin embargo, el acuerdo, que todavía debe de ser ratificado por el Parlamento, ha sido rechazado categóricamente por un amplio espectro de partidos opositores, así como por formaciones políticas progubernamentales y sindicatos, que citan a la normalización de las relaciones con Israel como el principal objetivo de este convenio.

"El significado del acuerdo es una decisión puramente política, que tiene como objetivo principal normalizar los lazos con el Estado sionista", en referencia a Israel, dijo a Efe el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Ammán, Fares al Fayez.

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Según el experto, el proyecto con el que "Egipto proveyó de gas a Israel durante la presidencia de Hosni Mubarak a precios muy bajos" y los actuales acuerdos para suministrar a El Cairo y Ammán gas israelí "están destinados, en primer lugar, a establecer relaciones comerciales normales" con Tel Aviv.

Además, señaló que las razones económicas que esgrime el Gobierno de Ammán son "excusas muy débiles".

"El Gobierno jordano debería recurrir a otras opciones, como importar gas de países árabes productores, como Catar y Argelia", agregó.

Por su parte, el primer ministro jordano, Hani al Mulqui, y varios ministros defienden el proyecto y señalan que ayudaría a diversificar las fuentes de energía del país.

"Estoy convencido de que el acuerdo de gas satisface un interés nacional, dado el alza de los precios del petróleo, que afecta negativamente a la economía del país", aseguró esta semana el jefe del Gobierno a varios redactores jefe de periódicos jordanos.

La empresa pública jordana National Electrical Power Co. (NEPCO), que rubricó el acuerdo con la firma estadounidense Noble Energy el mes pasado, asegura que el convenio permitirá cubrir el 40 % de las necesidades energéticas del país, así como ahorrar 300 millones de dólares al año.

Al Mulqui y otras autoridades defienden que se trata de una pura decisión comercial, ya que Jordania concluyó un tratado de paz con Israel en 1994 y que ambos países mantienen unas relaciones económicas normales.

Sin embargo, el experto en energía Abdulhay Zalum sostuvo en declaraciones a Efe que el convenio es "definitivamente político" y que ha sido "patrocinado por el Departamento de Estado de EEUU, de la A a la Z".

"La Secretaría de Estado de EEUU acudió desde el principio a las negociaciones entre los delegados (jordanos e israelíes) y el acuerdo finalizó con los firmantes poniendo sus sellos en la embajada de EEUU en Ammán", agregó Zalum.

Asimismo, precisó que la "razón real" del pacto es "la integración de los sectores energéticos jordano, palestino y egipcio con el israelí, con lo que Israel tendrá algo de control sobre la energía de esos países o incluso de sus sectores económicos".

En ese sentido, Zalum advirtió de que "la seguridad nacional en general, y la energética en particular, no puede ser medida únicamente en dólares y centavos".

En las manifestaciones de protesta sucedidas en las últimas tres semanas se han escuchado acusaciones a Jordania de convertirse en "rehén" de Israel para los próximos quince años si el acuerdo se valida.

Está previsto que el acuerdo figure en las deliberaciones del nuevo Parlamento, cuando sea inaugurado el próximo 7 de noviembre.

Durante una de esas protestas, el director del Colegio de Abogados de Jordania, Samir Jirfán, aseguró que el gas procedente de ese acuerdo "es robado, porque es producido en yacimientos desde campos en el Mediterráneo que pertenecen a aguas territoriales de (la Franja palestina de) Gaza".

Finalmente, el escritor jordano Fahd Jeitan, comentó en un artículo en el diario "Al Ghad" que este convenio "es del tipo de decisiones que el público no puede aceptar ni defender".

"El asunto es muy simple: Israel es un enemigo que ocupa tierras árabes y el gas es palestinom que Israel roba y nos vende por miles de millones de dólares que se acumulan en su tesorería", añadió.

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