Reciclaje y coste, los retos de los materiales compuestos en la industria

Los materiales compuestos han adquirido una importancia creciente en la industria, especialmente en áreas estratégicas como la automoción o la[…]

Los materiales compuestos han adquirido una importancia creciente en la industria, especialmente en áreas estratégicas como la automoción o la aeronáutica, pero la investigación en este área también tiene retos de futuro, como la reciclabilidad o el coste de los mismos para ser competitivos.

Estos serán algunos de los aspectos a discutir en el foro Composiforum 2016, que reúne hoy en Zaragoza a la comunidad universitaria y empresarial para abordar los trabajos que se están realizando en el área de los materiales compuestos y que se pretende repetir cada dos años.

La imposibilidad del reciclaje es uno de los principales inconvenientes de estos materiales, que se caracterizan por estar formados por dos o más componentes para dar un material final con unas propiedades superiores a la de los que lo originaron por separado.

Según el profesor Antonio Miravete, director de la cátedra Aitiip de la Universidad de Zaragoza (UZ), promovida por la fundación tecnológica con el mismo nombre de I D i, las normativas están obligando cada vez más a que los materiales puedan ser reutilizables y, por ello, se está trabajando en todo el mundo por sustituir los compuestos actuales por otros naturales, como resinas bio.

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En cuanto al coste, ha reconocido que materiales compuestos como la fibra de carbono son mucho más caros que los tradicionales -acero o aluminio- y ello implica que los diseños tienen que ser "muy refinados" para que puedan ser competitivos.

En ese sentido, ha señalado que ya se está trabajando en todo el mundo para conseguir fibras y resinas que mantengan las mismas características pero a un menor coste.

Así, marcas como BMW ha lanzado un coche eléctrico con toda su carrocería en fibra de carbono o los aviones más modernos cuentan ya con estructuras compuestas al 50 por ciento por este mismo material; asimismo, en el deporte, raquetas o palos de golf están hechos con materiales compuestos.

Entre sus características diferenciales, el profesor ha destacado que son "extraordinariamente resistentes", "rígidos", con prestaciones mecánicas "únicas", "muy ligeros" o con densidades cuatro veces menores a las del acero, de ahí que sea "obvio" que se utilicen en aviones u otros medios de transporte.

Además, no se corroen, no sufren problemas de durabilidad, como sí ocurre con los metales, y se procesan con diseños muy flexibles, con cualquier molde, por lo que presentan menos limitaciones.

La expansión de estos materiales en la industria automovilística es evidente, pero también está desplazando a los tradicionales en la aeronáutica, que hace unos años estaba copada por el acero o el aluminio y ahora prácticamente el 50 por ciento es fibra de carbono.

La Universidad de Zaragoza lleva desde principios de los 80 trabajando en este área en múltiples proyectos, los principales de ellos en el marco de la Comisión Europea y colaborando con investigadores de varios países.

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