Los sindicatos franceses salen a la calle contra la reforma laboral de Valls

Los sindicatos franceses inician mañana la primera de las tres protestas previstas este mes contra el proyecto de reforma laboral[…]

Los sindicatos franceses inician mañana la primera de las tres protestas previstas este mes contra el proyecto de reforma laboral del Ejecutivo del socialista Manuel Valls, que ven como un paso atrás en los derechos de los trabajadores.

La marcha de este miércoles sirve de preludio a la gran manifestación y huelga general organizada para el día 31 y para la protesta prevista para el próximo 12 con el fin de meter presión al Gobierno durante las rondas de concertación bilateral que se llevan a cabo entre esta semana y la que viene.

Siete sindicatos que reclaman la retirada completa del texto están detrás de la convocatoria de mañana y del 31 (CGT, FO, FSU, Solidarios, UNEF, UNL y FIDL), mientras que la del 12 la promueven CFDT, CFE-CGC, CFTC, Unsa y la Federación de Estudiantes Fage, partidarios de su reforma.

Los sindicatos rechazan hablar de ruptura entre ellos y sostienen que la suya es una "acción gradual" contra un proyecto que todavía no ha sido presentado oficialmente, puesto que debe ser adoptado por el consejo de ministros el próximo 24 de marzo.

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Aunque inicialmente debía haberlo aprobado mañana, el Ejecutivo, consciente de la falta de apoyos, retrasó en dos semanas la adopción del texto para darse tiempo para negociar con los sindicatos y la patronal.

También para aumentar el respaldo parlamentario de cara a su paso por la Asamblea Nacional y el Senado, previsto respectivamente, en abril y en mayo.

Pero de momento, según destaca hoy el diario "Le Figaro", ha habido poco más que un "diálogo de sordos", dado que los máximos dirigentes de la CFDT, FO y la CGT reiteraron el lunes ante Valls su oposición al proyecto.

El texto, que según el Gobierno ofrece mayor libertad para las empresas y mayor protección para los trabajadores, no deroga las 35 horas semanales, pero flexibiliza el tiempo de trabajo y, según los críticos, lo dinamita de facto al introducir "innumerables" posibilidades para superarlas sin penalizaciones.

El plan fija también topes en la indemnización por despido improcedente y, entre otros puntos polémicos, clarifica las reglas del despido por causas económicas.

Para sus detractores, eso es una forma de ampliar las posibilidades de las empresas para recurrir a ese dispositivo a la hora de desembarazarse de empleados.

Esa deriva liberal le ha valido la oposición al Gobierno de Valls tanto de los sindicatos como del sector más crítico de los socialistas, encabezados por la exministra de Trabajo que instauró las 35 horas en Francia, Martine Aubry.

Para la actual alcaldesa de Lille, es un texto "inútil para el empleo y peligroso para los trabajadores", razón por la que ha exigido su "reescritura total", durante un encuentro el lunes en la sede del Partido Socialista con la nueva titular de Trabajo, Myriam El Khomri, que da nombre al texto.

Los disidentes ya han advertido al Gobierno de que sus votos en la Asamblea dependerán de los cambios que se aporten, reclamados también en una petición firmada por más de 1,1 millones de personas y en una manifestación virtual apoyada por 70.628 internautas en Francia y el extranjero.

A la espera de los resultados de la concertación, la contestación sindical de mañana coincide con huelgas en la compañía ferroviaria SNCF y en la entidad de transporte metropolitano RATP, donde los empleados piden en su caso la subida de sus salarios y pensiones.

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