Acciones que siempre ganan, gobierne quien gobierne

Un selecto grupo de compañías del Ibex-35 han sorteado con éxito la alternancia política que se ha producido en España en los últimos quince años. Y las perspectivas son que podrían continuar siendo rentables gane quien gane las elecciones del 28 de abril

C uando se acercan unas elecciones generales siempre se habla de valores o sectores que verán más beneficiados o perjudicados según el color del Gobierno que entre. Sin embargo, hay un grupo de compañías que son capaces de brillar en bolsa independientemente de quien gobierne. En la breve legislatura que está a punto de culminar el socialista Pedro Sánchez (entre el 1 de junio de 2018 y el 18 de febrero de 2019), en las dos anteriores del popular Mariano Rajoy (entre el 20 de noviembre de 2011 y el 31 de mayo de 2018) y en las dos previas del socialista José Luis Rodríguez Zapatero (entre el 14 de marzo de 2004 y el 18 de noviembre de 2011), un puñado de valores han coincidido en las mejores posiciones de los respectivos ránkings de rentabilidad de esos periodos: Red Eléctrica, Enagás, Iberdrola, Ferrovial, ACS y Amadeus. Destaca, por tanto, que haya varias compañías del sector de las 'utilities', otras del sector de la construcción y una tercera que sea una de las pocas puramente tecnológicas que cotizan en el mercado español. ¿Qué hay detrás de su buen comportamiento independientemente de la coyuntura política?, ¿seguirá su buena evolución tras los comicios del 28 de abril al margen de quien sea el ganador y de la coalición que luego se pueda formar?

Entre los analistas hay mucho escepticismo respecto al impacto que los Gobiernos tienen sobre el comportamiento de las acciones, sobre todo en el largo plazo. «Los diferentes Ejecutivos afectan a la confianza y a la economía en su conjunto, pero ni ponen ni quitan nada a las empresas», afirma Juan Gómez Bada, director de inversiones del Avantage Capital. El comportamiento de las compañías en bolsa se debe a lo que hagan por sí mismas, a cómo se adapten a las diferentes coyunturas, en las que, de uno u otro modo, también es verdad, intervienen las políticas que adoptan los diferentes gobernantes. Ello, quizás, por lo que apunta Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole: los Gobiernos que se han sucedido en las últimas décadas sólo han presentado diferencias de matiz «y la economía manda, no se espera que ninguno tome decisiones drásticas». De Blas añade: «Aunque todos los sectores están expuestos a la regulación, el mercado es el que manda». En todo caso, parece que hay unas compañías que saben adaptarse mejor que otras a los cambios. Y algunas, incluso recurrentemente, sean cuales sean las circunstancias. Antonio Aspas, de Buy & Hold, plantea que lo que verdaderamente cotiza en los mercados es el crecimiento del beneficio por acción «y hay en algunas compañías en las que ha seguido aumentando», al contrario de lo que ha ocurrido, afirma Aspas, por ejemplo en los bancos, por las pérdidas ligadas a su negocio inmobiliario y al aumento de capital requerido por los reguladores. 

La seguridad de las 'utilities'

Iberdrola ha sido una de las compañías que más ha subido en la mini-legislatura de Pedro Sánchez, con una revalorización cercana al 20 por ciento. Durante los cerca de siete años que Mariano Rajoy fue presidente del Gobierno, esta eléctrica sumó casi un 25 por ciento. Durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero subió un 20 por ciento. Ganancias, por tanto, muy consistentes. Lo mismo pasa con Red Eléctrica, que ha ganado un 16 por ciento durante la presidencia de Sánchez, un cien por cien en la de Rajoy, y un 142 por ciento con Zapatero. Enagás ha sumado un 8,8 por ciento con Sánchez, un 67 por ciento con Rajoy, y un 50 por ciento con Zapatero. 

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Con ello, como señala Jesús de Blas, estas empresas cotizan en máximos históricos. En opinión, de este experto, tanto Enagás como Red Eléctrica han seguido teniendo entornos regulatorios razonables. Mientras tanto, Iberdrola se ha beneficiado, como apunta De Blas, de su apuesta por la diversificación geográfica y también por la energía verde. 

Nicolás López, de MG Valores, añade que este grupo de compañías ha sacado fruto de su perfil defensivo en los difíciles ejercicios que dejamos atrás, así como de su elevado dividendo, y de que se trata de empresas que están bastante protegidas de los avatares del ciclo económico, por lo que han salido airosas de las dos últimas recesiones. A ello hay que añadir que se trata de una tipología de empresas que se ve favorecida por la caída de las rentabilidades de los bonos, que han llegado a niveles por debajo del cero por ciento en el caso de los más seguros y por debajo del 1,5 por ciento en el caso de los españoles. Este contexto les beneficia porque son compañías en algunos casos con mucha deuda y, en otros, con una rentabilidad por dividendo que se vuelve muy competitiva en comparación con la de la renta fija. Aunque Juan Llona, de Imantia, recuerda que el precio del dinero tan bajo favorece sobre todo a las compañías de redes. Asimismo, Gómez Bada señala que ha apuntalado al sector el progresivo crecimiento de la demanda eléctrica. 

Ángel Pérez, de Renta 4, señala que detrás de los avances ha habido razones diferentes en unos y otros valores. Así, comenta que en el caso de Red Eléctrica y Enagás lo que ha habido desde principios de la pasada década ha sido crecimiento con inversiones. Como su negocio es completamente regulado, las autoridades han establecido unas remuneraciones que han hecho atractiva la inversión, que se aceleró con José Luis Rodríguez Zapatero, que impulsó la generación renovable, lo que requería nuevas infraestructuras. Con las inversiones, cuenta Pérez, ha crecido el activo de las empresas, que son más grandes y, por tanto, valen más. 

Ahora, explica Pérez, Enagás registra un beneficio bruto de explotación cada vez más pequeño, porque la regasificación del país estaría ya completada. En cambio, a Red Eléctrica aún le quedan interconexiones y proyectos que desarrollar. Ésa es una de las razones por las que ahora mismo la rentabilidad por dividendo de Enagás es sensiblemente más alta que la de Red Eléctrica. Por tanto, Pérez comenta que con vistas al corto plazo y para inversores que tienen muy en cuenta el dividendo, es posible que Enagás sea una mejor opción, aunque no a veinte o treinta años vista, periodo en el que Red Eléctrica tendría más potencial de crecimiento. Pérez aclara que Enagás, dado que en España no tiene más mucho margen de crecimiento, está apostando por la inversión internacional. 

En cuanto a Iberdrola, Ángel Pérez explica que ha contado con el soporte del negocio regulado, con la inyección que proporcionó Zapatero con la apuesta por las renovables y que Rajoy mantuvo, aunque de manera algo más discreta. Asimismo, la empresa, durante estos últimos años, ha realizado importantes adquisiciones en el Reino Unido, en EE.UU. y en América Latina. Se ha tratado de una expansión constante que le ha convertido en el primer generador eólico del mundo y en uno de los pocos operadores con capacidad de gestión en plantas 'offshore' y que ha convivido con una estructura financiera fuerte. «En Europa hay muy pocas compañías como ésta», afirma Pérez. 

López comenta que estas empresas por delante aún pueden tener un buen comportamiento, mientras los tipos de interés continúen bajos. López augura al sector tres o cuatro años más de bonanza. Aunque reconoce que seguramente no serán los mejores valores, los más rentables, sobre todo en el caso de que la economía vuelva a reacelerarse. 

En cuanto a futuras reformas del marco regulatorio del sector, Antonio Aspas, de Buy & Hold, comenta que no cree muy probable que se rebaje la retribución a Enagás o a Red Eléctrica, mientras que en el caso de Iberdrola no se vería muy afectada, debido a su fuerte exposición internacional. Aunque sí pone una pega a esta última: tiene una deuda muy elevada, en su opinión.

Jesús de Blas coincide en que Iberdrola es una buena opción de inversión debido a su internacionalización. En cambio, respecto a Red Eléctrica y a Enagás presenta alguna reticencia más: y es que el cambio de Gobierno influye, además de en la regulación, en el nombramiento de los cargos directivos, lo que puede poner en duda la estrategia de las empresas o las decisiones que se puedan tomar, como la adquisición que ha realizado Red Eléctrica de Hispasat. 

Las constructoras

La crisis inmobiliaria que atravesó España entre 2008 y 2013 o 2014 así como la de la obra pública no han impedido que ACS y Ferrovial hayan registrado importantes avances bajo los tres últimos Gobiernos. Ferrovial, en los pocos meses del Ejecutivo de Pedro Sánchez, ha ganado cerca de un 15 por ciento; con Rajoy casi duplicó su capitalización; mientras que con Zapatero avanzó un 25 por ciento. Mientras tanto, la empresa que preside Florentino Pérez ha sumado cerca de un 5 por ciento con Sánchez; alrededor de un 50 por ciento con Rajoy; y casi un 80 por ciento con Zapatero.

Para Jesús de Blas, el comportamiento de estas dos empresas pone de manifiesto que no todo en el sector ligado a la construcción era lo mismo. Durante los últimos años, sobre todo al principio de la crisis, aunque también recientemente, el sector de la construcción ha dado muy malas noticias y verdaderos disgustos a los inversores. Pero estas dos compañías han proporcionado sobre todo rentabilidad, así como periódicas noticias sobre adquisiciones y consecución de sustanciosos contratos. De Blas destaca de Ferrovial, que desde hace mucho tiempo se ha diversificado y ya es más una concesionaria que una constructora; mientras que en el caso de ACS, se ha ido especializando en la prestación de servicios en el extranjero, aunque también ha estado creciendo en el segmento de las infraestructuras y, como añade, nunca ha tenido problemas de rentabilidad, a diferencia de otras compañías del sector, que se han adjudicado obras a muy bajos precios en detrimento de rentabilidad y márgenes. 

López apunta que, como a las eléctricas, también a estas empresas les ha favorecido su alta rentabilidad por dividendo y que los tipos de interés hayan sido bajos en los últimos años. Estas compañías, afirma López, tienen negocios dirigidos al crecimiento y sobre todo a partir de 2008 se dirigieron al ámbito internacional, al ver que en España se cerraba la puerta tanto a la obra pública como a la construcción privada. 

En este sentido, Guillermo Barrio, de Intermoney Valores, explica que si en 2007 ACS dependía de España en más de un 50 por ciento de sus ventas, ahora el mercado doméstico sólo representa un 4 por ciento. Ello implica que poco importan los Gobiernos que haya habido en el pasado o los que puedan conformarse en el futuro, señala Barrio. Respecto a ACS destaca que se ha expandido en marcados internacionales, como en EE.UU., y que ahora controle Hochtief, lo que le da acceso a Asia y a Australia. Aunque, como catalizador para el futuro, Barrio destaca sobre todo el progresivo incremento de los márgenes que prevé que se vaya produciendo en Estados Unidos. 

Además, según destaca Aspas, a ACS también le ha apoyado la compra de Abertis, porque le da estabilidad al negocio. Y, de fondo, siempre, en las últimas décadas, como valora Aspas, la buena gestión de Florentino Pérez.

Barrio señala que a estas compañías también les ha favorecido que hayan ido reduciendo su deuda. En el caso de Ferrovial, por ejemplo, por la desconsolidación de BAA. 

Este experto ahora mismo ve con mejores ojos a ACS que a Ferrovial. A la segunda la ve más ajustada por valoración, mientras que de la primera le gusta sobre todo su exposición a EE.UU. Gómez Bada, que también tiene mejor opinión de ACS que de Ferrovial, comenta que estas compañías pueden seguir comportándose bien al margen de quién gane las elecciones, gracias al apoyo con el que van a seguir contando del negocio exterior. Además, de ambas empresas le gusta que los intereses del equipo gestor (la familia Del Pino, en el caso de Ferrovial, y Florentino Pérez, en el de ACS) estén alineados con los de los accionistas. De todas maneras, Gómez Bada apunta que en este tipo de compañías hay que vigilar cómo vaya desarrollándose cada proyecto, tanto los contratos, como los márgenes, la ejecución...

Respecto a esta cuestión, lo bueno que apunta Jesús de Blas es que se trata de compañías que no sólo tienen el respaldo de sus negocios fuera de España, sino que están en países grandes y con seguridad jurídica.
El equipo de análisis de Banco Sabadell también tiene buena opinión sobre las constructoras, pese a la creciente ralentización del crecimiento económico global, debido al buen posicionamiento geográfico de las compañías y a la diversificación de sus negocios. Pero, a diferencia de otros analistas, ven mejor a Ferrovial que a ACS. De hecho, los analistas del banco acaban de mejorar el precio objetivo de Ferrovial un 20 por ciento, hasta los 22,5 euros por acción debido a las buenas perspectivas de las divisiones de infraestructuras, a la presencia de catalizadores de corto plazo, como la venta de su negocio de servicios, así como por la recuperación que prevé en sus resultados. 

En cambio, han rebajado el precio objetivo de Ferrovial en un 1,4 por ciento, hasta los 39,95 euros, debido a la visión más conservadora que tienen del capital circulante tras los últimos resultados que presentó la empresa. Pero continúan recomendando comprar. Uno de los factores de apoyo para este valor, a juicio de los expertos del Sabadell, es que las subidas de los tipos de interés parezcan cada vez más lejanas: éste es, dicen estos analistas, el principal riesgo que enfrenta la empresa, a causa de su elevado nivel de deuda, así como la sensibilidad de sus principales activos: la ETR 407 de Canadá y el aeropuerto de Heathrow en Londres; una variación de 50 puntos básicos en su coste de financiación tiene un impacto del 5 por ciento en su precio objetivo. 

Amadeus aprovecha la fiebre tecnológica

El sexto valor que ha soportado con éxito la alternancia en el poder desde 2004 ha sido Amadeus. Durante el mandato de Pedro Sánchez, ha sido uno de los trece valores que ha aguantado en positivo; bajo el Gobierno de Mariano Rajoy fue el segundo que más subió, al multiplicar por casi 5,5 veces su capitalización bursátil; mientras que con José Luis Rodríguez Zapatero se anotó un 13,5 por ciento.

López explica que si el valor se ha comportado bien ha sido porque opera en un cuasi-monopolio en una actividad con crecimiento de fondo y en un negocio no cíclico. Aspas coincide: «Amadeus es la plataforma dominante de reservas de vuelos». Y De Blas añade: «Opera en un nicho en el que nadie le ha hecho sombra; no ha encontrado rival. Y se ha aprovechado de la ola favorable a los valores tecnológicos». 

¿Qué perspectivas tiene de futuro? Llona explica que Amadeus forma parte estructural de su cartera: «Sus ventajas competitivas convierten a Amadeus en líder del oligopolio. En los últimos años está diversificándose y replicando su modelo de negocio de reservas de vuelos al de reservas de hoteles y otras actividades ligadas al turismo. Además, es un valor de crecimiento, con una elevada rentabilidad sobre el capital y unos márgenes operativos altos».

Un 'pero' podría ser su valoración. Para De Blas cotiza a un precio razonable y no ve motivos para que, si el negocio continúa funcionando bien, el valor pueda seguir subiendo. Pero López plantea que cotiza en niveles exigentes. Bien es verdad que este experto no descarta que pueda seguir subiendo, aunque a ritmos más pausados que hasta ahora. 

En cuanto a la valoración, Llona explica que si bien por encima de las 24 veces per (precio entre beneficio) convendría reducir, cuando este ratio cae por debajo de las 20 veces, es una buena idea aumentar la posición.
Otro «pero» que pone Gómez Bada tiene que ver con su gobierno corporativo: no ve que estén alineados los intereses de sus gestores con los de los accionistas. Además, afirma: «Lo que ha hecho bien ha sido dar un buen servicio a las aerolíneas como proveedor que opera prácticamente en régimen de monopolio. Pero el futuro camina hacia la desintermediación, por lo que es complicado que pueda mantener su modelo de negocio». Gómez Bada remata: «No tengo claro que el gobierno corporativo vaya a velar por los intereses de los accionistas por encima de los suyos propios».

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