¿Hay señales de recuperación en el mercado?

Es cuestión de tiempo el que volvamos de nuevo a la incertidumbre.

Otra vez el optimismo circula por los mercados financieros y los inunda de ingenua confianza sobre una pronta recuperación.Ya hemos presenciado fenómenos parecidos en la larga historia de la crisis económica y financiera que padecemos. Todos ellos han sido de corta duración al constatarse en cada caso que los problemas de fondo seguían todavía sin resolverse.

La política de comunicación del Banco Central Europeo es ambigua, pero a corto plazo mantiene a raya a los especuladores. Quizás es la principal causa de esta bonanza sin fundamentos. El Banco Central dio señales claras en el mes de diciembre de actuación sobre los tipos de interés de la zona, bien para rebajar el tipo de referencia o bien para hacer lo mismo con la remuneración de los depósitos que los bancos europeos realizan en el banco central. Se interpretó como una señal de dinamismo que ayudaría a la recuperación del crecimiento en Europa, en su momento. Pero en la siguiente reunión, el discurso cambió radicalmente y Mario Draghi anunciaba que no era necesaria ninguna medida de estímulo monetario. 

El desconcierto en el mercado fue total y, en medio de él, la lectura que se hizo fue sorprendentemente positiva: la eurozona se recupera y por ello no se necesitan más medidas de este tipo. 

Sin embargo, detrás de este brusco cambio de opinión, que sin ninguna duda contribuirá en el futuro a la perdida de la confianza de los inversores en el Banco Central Europeo, no se encuentra ninguna mejora de los fundamentos económicos de Europa. De hecho, el Bundesbank acababa de revisar a la baja las expectativas de crecimiento de la locomotora europea, un nuevo episodio de presión llevado a cabo por los que todavía siguen estando en contra de políticas monetarias expansivas, como es el caso de los representantes alemanes en la institución.

Una prueba de ello la tenemos en las recientes declaraciones realizadas por el ministro de Economía alemán, como respuesta a la petición del presidente del Gobierno español de que los países con potencial para ello implementen medidas de estímulo al crecimiento. El titular de la cartera de Economía manifestó que están en contra de políticas de crecimiento financiadas con deuda pública. Mientras sigan manteniendo esta cerrazón irracional, y lamentablemente este parece que será el camino por el que continúen en este año electoral, la recuperación no será posible.

El último dato de la economía española nos mostraba la lamentable cifra de caída del PIB del último trimestre de un 0,6% que da un cómputo total de -1,3% para todo el año. Se explicaba este retroceso trimestral por el efecto de subida del IVA y por el aumento del desempleo. Mientras se sigan priorizando las políticas de recortes a las de estímulo no saldremos de la oscura espiral descendente.

Y lo peor de seguir así es que de nada valdrá que las primas de riesgo se mantengan a niveles mejores que en el pasado. Efectivamente, si las rentabilidades de los bonos no suben, España podrá acudir a los mercados en busca de financiación con relativo éxito, como el obtenido en la última emisión de un bono sindicado a 10 años, en donde la demanda ha sido de las mayores en la historia del Tesoro Español. No valdrá para nada porque si no crecemos, lo que ahora no es un problema, me refiero al ratio de deuda sobre PIB, llegará a serlo por el descenso del producto interior bruto y por las mayores necesidades de financiación causadas por el aumento del desempleo y falta de recaudación. Y en esta ocasión, al BCE no le valdrá con una declaración sino que se verá obligado a entrar en acción comprando deuda.

Y por si fuera poco, la única posibilidad de expansión que nos queda, que es la proveniente del incremento de exportaciones, podría verse afectada negativamente por la revalorización de la moneda única que no para de subir en medio de una ya manifiesta y declarada guerra de divisas, en la que los principales bancos centrales del mundo adoptan medidas expansivas extraordinarias, véase el Banco de Japón, y con ellas consiguen devaluar sus divisas, mientras que en Europa no existe ni organismo ni autoridad que se encargue de establecer una adecuada política de tipo de cambio.

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Por todo ello, califico de ingenua la actitud de los mercados en estos días. La recuperación no puede brotar de manera espontánea, menos aun cuando existen claros obstáculos para que se desarrolle. Será solo cuestión de tiempo el que volvamos de nuevo a la incertidumbre.

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