Lecciones sobre La Seda

Al margen de que el calentón que vivieron ayer las acciones de La Seda y sin entrar en las explicaciones[…]

Al margen de que el calentón que vivieron ayer las acciones de La Seda y sin entrar en las explicaciones que ha dado hoy Soler Padró, conviene en estas cortas líneas pasar revista a ciertas conclusiones que se suceden a diario en este mundo de la información bursátil.

 

Ayer se produjo un enorme equivoco en la información que publicaron los medios on-line (en muchos casos "volcada" de un despacho de agencia) a raíz de la confusa comunicación que presentó el polémico accionista de La Seda Jacinto Soler Padró. El afán de la inmediatez de las redacciones digitales jugó una mala pasada a los accionistas de La Seda, que reaccionaron con una avalancha de compras ante la falsa noticia de que se preparaba una OPA sobre La Seda. Una lectura más detenida del hecho relevante, por parte de las redacciones, hubiese evitado esta confusión. Como lección, los accionistas minoritarios deben aprender a verificar por si mismos las noticias que los medios (on-line e impresos) difunden.

Lo mismo debería hacer la CNMV. Parece que el órgano regulador tampoco se leyó el hecho relevante (el original) con la mesura que debía. Pues, fiándose de lo que publicaban las webs financieras, requirió a Soler Padró para que aclarase si efectivamente iba a lanzar una OPA. Un requerimiento, por cierto, que parecía sacado de un guión de una película de Pepe Isbert: "Ante las perturbaciones en la negociación de las acciones de La Seda, esta Comisión ha intentado repetidamente ponerse en contacto telefónico con Vd., tanto en su despacho como en su teléfono móvil, sin éxito...". El remedio fue peor que la enfermedad. Las acciones se dispararon todavía hasta el 12%, perturbando la normal negociación de las acciones de La Seda.

Las mismas acciones que adquirió Soler Padró a principios de los 90, hasta un 57% del capital por una simbólica peseta y que vendió cuatro años después a 290 rubias, después de que los títulos estuviesen suspendidos de cotización casi tres años.

Parece que desde entonces, el mercado no ha avanzado nada y el regulador, tampoco.

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