El final de año más largo del ladrillo español

Dos de los integrantes de la familia Sanahuja desayunaban el viernes en el Ritz. Entre ellos y el café, reparador[…]

Dos de los integrantes de la familia Sanahuja desayunaban el viernes en el Ritz. Entre ellos y el café, reparador después del consejo de Metrovacesa de la noche anterior, que terminó a eso de las diez de la noche, había unos cuantos papeles que repasaban con atención. Es lo que toca en el sector. Hacer los números, esos que en la mayoría de los casos ya elaboran los acreedores. Unas números que, mayoritariamente, no salen. Horas después del desayuno de los Sanahuja en el Ritz, Habitat anunciaba la suspensión de pagos.

Falta un mes para que el sector ponga la primera vela en recuerdo de aquella Nochevieja en la que Luis Portillo y los suyos abandonaban con estrépito el consejo de Colonial. Fue a la crisis inmobiliaria española lo que la muerte del Lehman Borthers a la crisis crediticia planetaria que padecemos. El demiurgo de los excesos ladrilleros españoles acaba de certificar su defunción, en un anuncio de lo que vendría después. Once meses más tarde, la presión sobre el sector es insoportable: la grandes inmobiliarias cotizadas o han suspendido pagos o están prácticamente intervenidas por los bancos después de unos procesos de refinanciación de la deuda traumáticos y mayortiriamente fallidos. Excluyan a Realia y no encontrarán una excepción. El sector está quebrado.

Empieza el último mes del año. A los promotores inmobiliarios se les va a hacer larguísimo, pero no más que a los bancos acreedores, a los que ya no llega la camisa al cuello. El concurso deHabitat -era un final más que anunciado- es otra vuelta de tuerca a tres entidades que como La Caixa, Popular y Caja Madrid ya fueron atrapados en Martinsa Fadesa. Algunas de ellas se la juegan también en Sacyr Vallehermoso, que ha fiado su suerte a un bolsillo generoso que compre a precio precrisis el paquete de la constructura en Repsol. Comprobado que las cuerdas se rompen -Martinsa o Habitat- la cantinela que dice que "no se puede dejar caer a Sacyr" no deja de ser eso, un chascarrillo. Sin gracia ninguna, claro, cuando se comparan los 300.000 millones de créditos a promotores concedidos con los 170.000 millones de patrimonio neto de nuestros bancos y cajas.

En esas estamos. Este 2008 que no se acaba nunca va a terminar a sopapo limpio. Esta misma semana salvo sorpresa de última hora los bancos asaltarán el capital de Metrovacesa convirtiendo en capital lo que era deuda de la familia Sanahuja. En diciembre sabremos también si Nozar paga lo que adeuda a una Reyal Urbis que tirita y si Colonial es capaz de avanzar en el proceso de venta de Riofisa. Ese que -junto a las ventas del 15% de FCC y el 33% de SFL- ha considerado como vital para su supervivencia. Así que abróchense los cinturones, que todavía estamos -no lo duden- en el tiempo de descanso del partido. Lo más dramático está por llegar.

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