Chicote se pone chulo: ¡Lo que faltaba!

Contra la crisis, chulería. La de Don Guillermo Chicote, presidente de la Asociación de Promotores y Constructores españoles, que se[…]

Contra la crisis, chulería. La de Don Guillermo Chicote, presidente de la Asociación de Promotores y Constructores españoles, que se ha permitido el lujo de soltar, así como quien no quiere la cosa, una frase que pasará a la historia: "Que nadie espere que el precio de la vivienda baje un 30% o un 40% porque, antes de eso, se lo regalo al banco".

Mentira. De regalos nada. Es una amenaza en toda regla a esos ciudadanos de a pie potenciales compradores de vivienda que ahora tienen la sartén por el mango y que no están dispuestos a comprar a unos precios sencillamente abusivos por más el señor Chicote se empeñe en decir que ya están ajustados.

Lo del prepotente Chicote es más más bien una claudicación en toda regla, una falta de respeto hacia los ciudadanos que han pasado por el aro de endeudarse hasta 50 años para acceder a una vivienda. Y también una amenaza hacia el sector financiero, que no es un angelito precisamente pero que al paso que van las cosas lleva camino de convertirse en el menos malo de toda esta historia.

Denle la vuelta a la frase del ínclito Chicote y ponganla en boca de un promotor: "O deja de apretarme con la condiciones de los préstamos o se quedan ustedes con todos los activos". Eso que se está oyendo todos los días en las mesas en las que se renegocia la deuda de las grandes inmobiliarias. Es la teoría de Chicote: o me ayudas con lo mío o te coloco el marrón.  Un marrón muy gordo que ya verán como dentro de nada de va a cargar, así como suena, la cuenta de rsutlados de más de un banco o caja de ahorros españoles.

Pero el señor Chicote va más allá y se permite el lujo -lujazo- de pedir al Gobierno que tome medidas a favor del sector, que subvencione el Euribor -¿contra el bolsillo del conjunto de los ciudadanos, señor Chicote?- y de decir que los tipos de interés han creado unas costumbres que ahora no pueden continuar. ¿Por qué no lo dijo hace un año? O mucho antes, cuando el Banco de España era una máquina de repetición -la única, todo sea dicho- alertando de los excesos en el sector y del exceso de endeudamiento de las familias.

Las mismas a las que ahora reprocha -porque ahí está el fondo de la cuestión- que paren la máquina compradora. Sólo faltaba que el comprador no tenga derecho a elegir a que precio compra o no un activo. Claro que influya la crisis creditica, pero la del sector es más antigua. Ambas se han solapado en un proceso dramático, pero no conviene eludir las responsabilidades echándole la culpa al Lehman Brothers de turno.

Flaco favor le hace el señor Chicote a la imagen del sector. Y poco contribuye a recuperar la confianza entre los promotores y la banca, a la que la frasecita de marras ha debido sentar como un tiro. Soltarla en un momento como el actual, con los españoles ahogados por las letras mensuales -ayer subió otra vez el Euribor a pesar del recorte concertado del precio del dinero en el mundo el miércoles- de las hipotecas y en pleno subidón del desempleo, es de una falta de elegancia extraordinaria. Máxime con la que está cayendo en el mundo, con cientos de compañías rvisando a la baja sus objetivos y preparando ajustes de plantilla salvajes. Y aquí, nuestros promotores, mirándose el ombligo como si e problema fuera única y exclusivamente de ellos.

Regale sus pisos a los bancos, señor Chicote. En sus palabras es posible que usted haya cuantificado el recorte real que le espera al precio de la vivienda. No le quepa duda: los ciudadanos han tomado nota.

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