Unas elecciones sin impacto en el mercado

Se han celebrado elecciones en Alemania, precedidas por una campaña electoral en la que apenas se ha mencionado la palabra euro.

Se han celebrado elecciones en Alemania, precedidas por una campaña electoral en la que apenas se ha mencionado la palabra euro. De ser el país que durante tiempo más ha luchado por las tesis europeístas, la Alemania de hoy en día se ha vuelto introspectiva y con cada vez menos embarazo (ni sonrojo), algo de lo que ha adolecido la sociedad de ese país durante toda la mitad del siglo pasado, y ahora se regocija de su superioridad económica.

Durante casi todo el año en curso, las declaraciones y acciones del gobierno actual, formado por una coalición de cristiano demócratas y liberales, han estado mediatizadas por la cita electoral. Y lo que parece estar claro es que, gran parte de la sociedad alemana, al mismo tiempo que se alegra de la estabilidad de su economía, no quiere implicarse en los desórdenes financieros de los países del sur.

En los mercados financieros, los comicios germanos están pasado desapercibidos porque no se espera de ellos ninguna gran modificación de sus políticas... Los mercados sólo se mueven ante expectativas de cambios. Aunque, ciertamente, en los últimos días se habla de algún tipo de acción tímida de cobertura de activos en euro por parte de algunos inversores, que se llevarían a cabo para evitar un posible, pero improbable sobresalto.

Desde unas encuestas, que les daban una amplia ventaja al CDU de Ángela Merkel, se ha pasado a un escenario en el que los liberales de FDP, aliados en el Gobierno, han caído en su expectativa de votos y el partido socialista SPD sube hasta casi igualarse en la intención de voto con los democratacristianos.

Ninguno de estos cambios en las encuestas inquieta a los inversores. Se da por hecho que la política que se lleve en el siguiente mandato, tanto si es ejercida por la coalición actual como si lo fuera por la llamada Gran Coalición ( CDU/SPD), sería continuista. Sólo podría preocupar una ventaja significativa de Alternative Für Deutschland, de claro carácter anti-europeísta, pero este escenario es harto improbable.

Los dos grandes debates europeos con los que se tendrá que enfrentar el nuevo Gobierno serán, por un lado, la necesidad de nuevos rescates a Grecia y, quizás Portugal, y la del avance en las negociaciones sobre la Unión Bancaria. Ambos han sido enfrentados con enorme recelo por el Gobierno de Merkel, y por esta razón han causado incremento de volatilidad y de aversión al riesgo en los mercados financieros.

Cuanto más proclive sea el Gobierno saliente de las urnas a avanzar en la autoridad única bancaria y a utilizar fondos comunes para ayudar a países con problemas, con más benevolencia será vista Europa en los mercados. Como comentaba, las elecciones alemanas se están desarrollando de espaldas a Europa, sin embargo, las expectativas del Viejo Continente y de su moneda única dependen en gran medida de lo que allí se decide.

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