Rajoy, sólo son fuegos de artificio

Ni la tarifa plana de 100 euros a la Seguridad Social ni la rebaja fiscal a 12 millones de contribuyentes en el IRPF tendrán casi efectos, ni para los supuestos beneficiados, ni para las arcas públicas, en un entorno laboral y tributario como el actual, n

España no se puede permitir el lujo de recaudar menos impuestos, porque hay que hacer frente a un sistema educativo, sanitario y de protección social como el que tiene; ni de bajar las cotizaciones a la Seguridad Social, en un entorno en el que cada vez hay menos trabajadores y, sobre todo, más pensionistas. Entonces, ¿por qué ha anunciado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dos medidas-estrella en su intervención de esta mañana en el Debate sobre el Estado de la Nación? Porque, simplemente, se trata de eso, de anuncios-sorpresa cuyo recorrido no tiene, por ahora, más efectos que los de unos fuegos de artificio que se apagan al instante. Veamos por qué:

-El presidente del Gobierno ha anunciado que las empresas que contraten de forma indefinida se beneficiarán de una cuota única a la Seguridad Social de 100 euros al mes. Los aplausos de los parlamentarios "populares" le han impedido culminar la frase con un dato básico: "siempre que se cree empleo neto". Es decir, que un empresario debe formalizar un contrato de carácter indefinido para aumentar la plantilla de su compañía para beneficiarse de la medida. Desconocemos las intenciones de los empresarios, pero, una simple ojeada al mundo real en el que vivimos en España no parece asegurarnos que muchos dueños de empresas vayan a lanzarse, a día de hoy, a contratar a nuevos trabajadores; y mucho menos, a hacerles "fijos" por poco que tengan que abonar a la Seguridad Social. Ni siquiera el Gobierno se lo cree. Porque, en el cuadro de previsiones macroeconómicas, el Ministerio de Economía prevé que este año se destruya empleo, en un 0,4% con respecto a 2013. Prácticamente nada, sí, con respecto a lo ya sufrido en ejercicios previos. Pero, en el cómputo del año, al final, habrá menos trabajadores en activo que el año pasado.Y ya no es sólo que se cree "empleo neto" -como ha exigido Rajoy-, objetivo harto difícil en este 2014. Sino que las estadísticas sobre el mercado laboral tampoco resultan muy halagüeñas como para creer que, a partir de ahora, se va a contratar de forma indefinida. El porcentaje de contratos fijos ha caído durante los últimos meses, hasta situarse en cotas del 7%-8% con respecto al total de contrataciones que, a día de hoy, formalizan las empresas. Y, si seguimos la tendencia (al menos, antes de la crisis este ratio superaba el 10%), apenas podemos prever un cambio sustancial, ni del que se puedan beneficiar los empresarios con la nueva tarifa-plana, ni del que la Seguridad Social se pueda resentir en sus ingresos mensuales.

-También ha anticipado Rajoy lo que deberían ser algunas trazas de la reforma fiscal. Porque harán la que quiera el Ejecutivo. Y no la que proponga el comité de expertos simulado a tal efecto. La rebaja de impuestos anunciada hoy por el presidente apenas tendrá efectos, ni para los contribuyentes, ni para la recaudación de la Agencia Tributaria. En primer lugar, porque aunque haya anunciado que los ciudadanos que ganen menos de 12.000 euros anuales no tendrán que tributar en el IRPF, en realidad, esta medida ya se lleva a cabo, aunque sea de manera indirecta. Si un contribuyente gana 12.000 euros al año, sólo le basta con aplicarse el mínimo vital exento, más algunas reducciones por hijos o por ascendientes, más algunas deducciones generales, y el propio IRPF le permite no tener que abonar casi nada a Hacienda, al menos en la mayoría de los casos. El sufrido contribuyente tampoco tiene que dejarse llevar por el mastodóntico anuncio de que la reforma fiscal beneficiará a más de 12 millones de personas. Son muchas, sí, pero la mayoría de ellas, tributan por rentas inferiores a 21.000 euros, según se desprende de los datos de la Agencia Tributaria: poco más de 12 millones de contribuyentes declaran rentas entre 0 y 21.000 euros al año. Esto es, el 65% de quienes tributan en el IRPF. Al colectivo le supondrá una alegría, por supuesto, pero Rajoy no ha especificado en qué consistirá esa reforma fiscal y cómo les "beneficiará". De quien no ha dicho ni "pío" el presidente es de la verdadera "clase media fiscal", formada por casi seis millones de contribuyentes (los que perciben entre 21.000 y 60.000 euros al año). ¿Y por qué no afectará la reforma tributaria a este colectivo? Porque bien sabe el presidente que estos contribuyentes son los que aportan casi la mitad de la recaudación anual por IRPF. Y con eso no se puede jugar.  

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