Más de un año de espera para una colonoscopia en un hospital catalán

Ha vivido de cerca el mazazo del cáncer. A dos familiares suyos directos por parte materna un cáncer de colon[…]

Ha vivido de cerca el mazazo del cáncer. A dos familiares suyos directos por parte materna un cáncer de colon les segó la vida. Quizás por eso, a Teresa M. P. se le hizo eterna la espera de más de un año que la Mutua de Tarrasa le impuso para realizarse una colonoscopia. El suyo no es un caso único, asegura que varias compañeras de trabajo han llegado a esperar hasta dos años por una prueba diagnóstica en el hospital. Su propio marido, Juan de la Cuesta, de 66 años, también ha necesitado 42 días para una analítica rutinaria.

Indignados por esta situación, Teresa y su esposo han decidido denunciar estas irregularidades. Cuando, el 13 de noviembre de 2014, esta catalana acudió a su médico de cabecera en Rubí, no imaginó que estaría 14 meses en vilo en espera de un diagnóstico.

El facultativo indicó en el informe, con fecha de 13 de noviembre de 2014, una colonoscopia, prueba que, según demuestra el expediente, se le realizó el día 22 de enero de 2016, catorce meses después. Durante todo este tiempo, Teresa fue trampeando las molestias con analgésicos, aunque lo que no pudo tratarse es la angustia provocada por la incertidumbre de no saber «si correría la misma suerte que mis familiares», relata a este diario. «Aguanté con analgésicos», dice.

42 días para una analítica

En la prueba le detectaron pólipos. Uno lo analizaron. «Pensé que todo iría mal. Fue horroroso», explica la mujer. «Al tener varios familiares muertos por esta enfermedad tengo más probabilidades de padecerlo que otras personas», denuncia Teresa. Por suerte, el resultado descartó complicaciones.

Su marido, Juan de la Cuesta, de 66 años también ha tenido que esperar 42 días para una analítica rutinaria. «No es normal», asegura. El 18 de abril de 2016 acudió al médico de cabecera, también en el ambulatorio de Rubí, por molestias en el abdomen. Su preocupación era que, al tener azúcar, «pudiera tener complicaciones». El médico le dio hora de analítica para el 30 de mayo, 42 días más tarde. Al aumentar las molestias, Juan tuvo que ir de urgencias, allí le enviaron a realizarse una ecografía gástrica. Salió bien. «La espera habitual en cualquier ambulatorio para una analítica es de seis días, diez tope», denuncia.

A los sindicatos de la Mutua de Tarrasa les consta que hay demoras. Así lo indicó a ABC Susanna García, portavoz de la UGT. No tenían, sin embargo, constancia de que sobrepasaran el año.

Por su parte, responsables de la Mutua no quisieron entrar en el caso de Teresa y se limitaron a afirmar que hay diferentes circuitos para colonoscopias, que se activan en función del cuadro del paciente. Las «preferentes» son, según el centro, «las valoradas cada día por los profesionales según la historia clínica del enfermo, y el tiempo máximo es de tres meses». Respecto a las ordinarias, el centro reconoce que «depende de la lista de espera». Explican que «si se pasa de la fecha de control, se aconseja realizar analítica de heces y, en caso de que salga positiva, se deriva al enfermo al circuito rápido del cáncer. En el caso de Teresa no llegaron ni a examinarle las heces.

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