Los jueves, milagro

Ayer debió ser jornada de nervios entre la corte de asesores del Rey Sol monclovita. No por las marejadas políticas,[…]

Ayer debió ser jornada de nervios entre la corte de asesores del Rey Sol monclovita. No por las marejadas políticas, que son parte del menú diario, sino por algo bastante más serio para el presidente por accidente: visitaba La Moncloa Richard Gere. Aunque el actor ya está añoso, conserva intacta su etiqueta de galán, de ahí la preocupación que imperaba en palacio: ¿Podría eclipsar Gere la galanura de nuestro presidente? Al final no hubo problemas. Sánchez consultó con su espejo, constató lo obvio -que no existe ser equiparable-, y decidió organizar un acto en La Moncloa, donde él y Gere impartieron sendos discursos preñados de benemérito progresismo. (Imagínense al viejo Mariano organizando allí un sarao con Jack Nicholson y su ceja arqueada para elogiar las bondades del liberalismo. ¡Habría especiales en las teles al rojo vivo contra tan cutre apropiación del espacio público para la autopromoción electoral!).

Se me ha ido el hilo, pues iba a hablar de cine, aunque no del de Richard Gere, sino de una vieja comedieta de Berlanga: «Los jueves, milagro». Fue su entrega de 1957, una película hilarante y sardónica en su primera parte, que cae al final, porque la censura le exigió un final feliz y respetuoso. En el pueblo de Fuentecilla tienen un balneario ya de capa caída. Para promocionarlo no se les ocurre nada mejor que imitar a Lourdes y fingir que allí se producen sonados milagros. Así que un paisano del pueblo -el infalible Pepe Isbert- se disfraza de san Dimas, el patrono local, y comienza a comparecer en carne mortal todos los jueves.

La película tal vez tenga un revival, porque han retornado a España los milagros de los jueves. Ahora los firma MasterChef Tezanos, quien por dedazo de Sánchez pasó directamente de la Ejecutiva del PSOE, partido en el que milita desde hace 40 años, a la dirección del CIS. Esta vez Tezanos le ha puesto tanto entusiasmo al guiso que casi chamusca la cocina: Sánchez gana con un 31,6% del voto y el PP se hunde en el tercer puesto, con solo un 18,2%. ¡Milagro! En febrero de este año, en pleno desgaste de Rajoy, con las vergüenzas de corrupción del PP supurando, el CIS situaba en primera posición el PP, con tres puntos sobre los socialistas. Pero ahora, con un líder popular nuevo y un Gobierno del PSOE que sale a pifia diaria, Tezanos emerge de sus fogones proclamando que Sánchez aventaja en 13,4 puntos a Casado. ¿Una coña? Por supuesto. Con esos datos Sánchez convocaría elecciones hoy mismo. ¿Y funcionará el embuste? Pues claro: la televisión en España está al servicio de la izquierda y en ella ese CIS falsario es ciencia exacta. Ahí radica el principal problema de Casado. El legado del astuto sorayismo ha dejado al PP vendido en el frente televisivo, donde se deciden las elecciones. Por supuesto convertir el Centro de Investigaciones Sociológicas del Estado en un cañón de propaganda del Gobierno es una gamberrada antidemocrática de primer orden. Pero estamos en España, donde ya todo vale.

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Supongo que durante la cumbre monclovita Richard les declamaría ayer a los Sánchez su frase estelar en Pretty Woman: «Necesitamos a mucha gente haciéndonos la pelota, porque eso es lo que nos gusta». En fin, chascarrillos de cine...

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