Los asesores, ¿somos necesarios?

Estamos envueltos por el espíritu de «Do It Yourself» (DIY). Ahora nos lanzamos a realizar actividades como reparaciones, montajes o[…]

Estamos envueltos por el espíritu de «Do It Yourself» (DIY). Ahora nos lanzamos a realizar actividades como reparaciones, montajes o nuevas creaciones con la única premisa de la información que encontramos en el gigante Google. ¿Puedes hacer un DIY en la venta de tu empresa? ¿Ya no somos necesarios los asesores?

La compraventa de una compañía es un proceso mucho más complejo que cualquier otra compra o venta, ya que una empresa es un elemento vivo, con un valor que aumenta o disminuye en virtud de un fondo de comercio que hay que entender. Además, es un proceso que afecta a terceras personas como empleados, clientes o proveedores. A su vez, hay responsabilidades jurídicas que pueden tener importantes consecuencias económicas para las partes. Lanzarse solo al proceso de compraventa, sin duda, es un riesgo añadido.

Muchas veces los empresarios toman la decisión de vender o comprar una empresa y no entienden por qué deben contar con un asesor que les ayuden en el proceso. Ellos prefieren llevar todas las fases solos a la vez que continúan con la actividad de su compañía. Esta opción es totalmente respetable, pero quizás no sea la más apropiada si queremos lograr nuestro objetivo: vender la empresa por el máximo valor posible.

No debes pensar la falsa idea de que por contar con un asesor vas a perder prestigio, o van a pensar que no eres suficientemente bueno como empresario. Todo lo contrario. Las empresas grandes a la hora de realizar la compra o la venta de la misma, en la mayoría de los casos, cuentan con un asesor financiero.

En muchas ocasiones, cuando aparece un comprador interesado en nuestra empresa preferimos llevar el proceso solos porque nadie va a conocer mejor nuestra empresa que nosotros y nuestros asesores internos. Pero de lo que no somos conscientes es que seguramente nuestros compradores cuenten con un asesor muy cualificado, con experiencia mercantil, financiera y de negociación y eso se ve reflejado en las condiciones fiscales del acuerdo.

La venta de una empresa es un proceso complejo en el cual, o se conoce bien cada una de las partes, o nos pueden sacar ventaja fiscal y en la negociación. Habitualmente, la venta de empresas es un ámbito en el que no está acostumbrado a moverse el empresario y no es consciente de que se juega algo muy importante. La experiencia es algo fundamental.

Gracias al trabajo del asesor, el empresario se libera y cuenta con tiempo para dedicarse a mejorar el negocio, lo que repercute en una mejora en el valor de la compañía. El proceso de venta consume mucho tiempo y esfuerzo, esto hace de él que sea agotador y en muchos casos frustrante. Por ello, es en este momento cuando el vendedor debe centrar su atención y esfuerzo en que su empresa se encuentre en las mejores condiciones para obtener el mayor valor por ella.

Otra ventaja fundamental que aporta el asesor es la racionalización del proceso. Está demostrado que cuando una empresa no cuenta con un asesor en el proceso de venta, el margen de fracaso es de un 60 por ciento. Sin embargo, cuando cuenta con asesores se reduce a un 15 por ciento si dispone de él. 

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Si cuando nos visita un inspector de Hacienda contamos siempre con un asesor fiscal, o si contratamos un arquitecto para construir nuestra casa, ¿por qué lanzarnos a vender nuestra empresa solos si desconocemos cómo hacerlo?

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