«Las campañas agresivas de Tráfico agitan el miedo como se hace en las cajetillas de tabaco»
«Vivo: te operan de las graves lesiones que te ha provocado el accidente. Has matado a tu mejor amigo y[…]
«Vivo: te operan de las graves lesiones que te ha provocado el accidente. Has matado a tu mejor amigo y al niño de 7 años que viajaba en el otro coche. Acabas en la cárcel por homicidio imprudente. Tu trabajo no te espera. Y no es fácil encontrar otro con antecedentes penales». Las consecuencias de un siniestro sobre alguien que sobrevive son «devastadoras». Si en el accidente «eres el muerto, en el atestado recoge que falleciste chateando. Se acabaron para ti los memes y los chistes. Tu mujer conocerá a otra pareja y pasarás a ser una estadística fría». Estas frases las presenta una voz «en off» que suena como una letanía sobre las imágenes de la última campaña de la Dirección General de Tráfico. La disyuntiva que presenta no ofrece una decisión sencilla, y pone al espectador cara a cara frente a una realidad que, para Pere Navarro, el responsable de la DGT, «es más dura aún que el anuncio».
Navarro aceptó ayer que el spot le sigue «poniendo la carne de gallina», como el primer día que lo vio. Y no es para menos. Se trata de una campaña muy agresiva, que expone como pocas veces los efectos en la salud y la mente de aquel que, por una distracción, por pisar demasiado el acelerador o consultar el móvil, causa un accidente. «Podemos ser cualquiera: el impacto es inmediato, porque tendemos a identificarnos con la persona que se mata o que mata en el anuncio», explica a este diario Félix Zaragoza, especialista en el centro Activa Psicología.
El propósito de la campaña no es otro que el de agitar el discurso del miedo y rebajar los datos de siniestralidad vial. «Queremos sacudir conciencias», suscribió ayer el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; «que el conductor piense en esa última copa que va a tomar, ese mensaje que va a responder» por el efecto que le ocasione en su psique esta campaña tan impactante, que lleva por nombre «Vivo o muerto» y que se estrena hoy en todos los canales y formatos audiovisuales y escritos.
El titular del Gobierno socialista no ocultó que «va a herir sensibilidades» y van a lloverle las «críticas» a su departamento por la crudeza de las imágenes. «Para que algunos no arriesguen al volante, nosotros arriesgamos en prevención», asumió el ministro.
No obstante, Marlaska presentó como aval el apoyo que han brindado las asociaciones de víctimas de accidente de tráfico, y saludó la «vuelta» a la Dirección General de Pere Navarro, porque esta es la primera campaña enteramente de su cuño en su regreso al departamento que ocupó con José Luis Rodríguez Zapatero.
A un lado de la sala, en la sede de la DGT en la capital, escuchaba la directora de Aesleme (Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal), Mar Cogollos, quien en efecto bendijo la campaña, porque nos pone, dijo, «frente a un espejo» y remueve conciencias en un tiempo en que éstas parecen haber entrado «en relajación».
Cuarto año de incremento
Tanto el ministro como el también presente fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, dieron por hecho que «este 2018 va a ser el cuarto año de incremento de los fallecidos en la carretera», tras años de tendencia descendente. 2017 acabó con 1.830 muertos; cuando fueron 1.610 en 2013. Este último verano creció un 15% la tasa de fallecidos, la estadística más alta desde 2012; y el año pasado se cerró con la «inaceptable» cifra de 9.500 heridos en accidentes.
Revertir este aluvión de datos negativos supone «aplicar de nuevo el manual», repitió hasta en dos ocasiones Pere Navarro, que no quiere protagonizar ni un titular más sobre la sangría de muertos que no cesa en la carretera. Por eso, vuelve a los mensajes más duros, aquellos de principios de los 90 donde en la pantalla comenzaron a visualizarse muertos: «Las imprudencias se pagan» (de 1992) fue la campaña que inició esa senda e impactó sobremanera en la ciudadanía, rememoró Marlaska. En esos momentos, había más de 5.000 fallecidos en el asfalto.
Otro psicólogo consultado por ABC, Miguel Hierro, asiente: «Lo que intenta la DGT es generar una alerta y un impacto que perdure en el tiempo. Las imágenes son muy llamativas, y tienen una gran eficacia en quien las ve». Y compara: «No es distinto a lo que sucede con las imágenes de órganos muy deteriorados en las cajetillas de tabaco para intentar impactar en los fumadores».
Según su colega Zaragoza, el impacto de la campaña será variable, «dependiendo de la sensibilidad de la persona que lo visualiza, si tiene un perfil más vulnerable o si, por el contrarioes de aquellos que relativizan lo que ven en televisión y no se lo creen. Es cuestión de susceptibilidad y también de si hay alguien en su entorno que ha sufrido una vivencia similar», afirma este psicólogo. Para él, la receta idónea sería la combinación de estas campañas con educación vial en edades de riesgo.
A juicio de Víctor Pernas, director de Contenido Creativo de la agencia Thankium, al ser una publicidad social, medir su efecto en términos de rentabilidad «es bastante más difícil y no se puede atribuir una bajada de víctimas a una sola campaña de este calibre, sobre todo porque la audiencia está ahora más dispersa y es más difícil llegar a tanta gente como se llegaba antes», en el siglo pasado, cuando se estrenaron estos formatos. «En términos emocionales, la campaña denota desesperación por conseguir una meta. El uso del miedo en la publicidad está regularizado, pero aquí no se busca un lucro, se busca un fin social, así que los límites son más laxos», añade Pernas.
La violencia vial es un delito
El «mal» contra el que se combate es la «violencia vial», un delito globalizado del que nadie se libra, porque, en palabras de Marlaska, «todos nos consideramos inmortales, pero ninguno está a salvo» de contestar un mensaje entrante en el móvil. Nos parece que dominamos la carretera, cuando es ella la que tiene la hegemonía, comentaron los responsables de la campaña de prevención.
«Vivo o muerto» es el preámbulo de los cambios normativos que se producirán en los próximos meses. El principal cometido es la reforma del carné por puntos para endurecer la sanción por utilizar el consabido servicio de mensajería instantánea. «Está ya en el Ministerio, el Consejo Superior de Tráfico y llegará al Congreso. Eso ya está encarrilado», zanjó ayer Navarro.
