La terapia de «Intercambio consentido» funciona: «Si volviese atrás cambiaría todo»
Intercambio consentido Este lunes Antena 3 emitió el tercer episodio de «Intercambio consentido», un docu-reality que muestra los efectos de[…]
Este lunes Antena 3 emitió el tercer episodio de «Intercambio consentido», un docu-reality que muestra los efectos de una revolucionaria terapia de pareja. Producido por Atresmedia Televisión en colaboración con Shine Iberia, «Intercambio consentido», es una terapia real y radical que lleva a ocho parejas en graves dificultades a intercambiarse durante dos semanas.
En esos quince días, las ocho parejas se intercambiaron para vivir con un completo desconocido como si fuera su pareja real. Tendrán que compartir baño, cama, vida e intimidad en un entorno neutro, sin móvil ni Internet. «Es importante que la cama sea una y ambos duerman en ella para que aprendan a valorar hasta qué punto tienen confianza con su pareja», recordó el psiquiatra Iñaki Vázquez.
Este cuenta con la ayuda de Covadonga Pérez Lozana, c0ach de pareja, y entre ambos intentarán enseñar a los concursantes a apreciar su relación y a reconocer los errores que cometen. Una vez transcurridas esas dos semanas, las parejas deberán decidir si se reencuentran para volver a intentarlo o su prefieren separarse definitivamente.
Conforme pasan los días de convivencia las cosas se vuelven más y más difíciles para algunos, y es que los celos empiezan a hacer su aparición al ver escenas de sus parejas que no gustan demasiado. Pese a lo dura que se hace la terapia, los participantes empiezan a sentir los efectos de las mismas y van aclarándose sus propias emociones y sentimientos hacia sus parejas.
La pareja formada por Joana y Miquel es una de las que está evolucionando más rápido. Él pretendía tener una relación con Joana en la que pudiese estar con otras muejres, algo que Joana no tolera y confiesa que su paciencia e ilusión han ido decayendo a raíz de descubrir los engaños de su pareja. Joana se encontró con Mónica, la chica con la que convive Miquel y la experiencia no fue muy buena, ya que la primera le recriminó por haber dejado a Miquel dormir en calzoncillos.
Por otra parte, la madre de Miquel se acercó a la casa en la que Joana está pasando estas semanas junto a Juanra. Pronto Joana se dio cuenta de que Miquel no le estaba contando toda la verdad a su madre y ella se encargó de hacerlo: «Pretende estar conmigo y él estar a la vez con otras mujeres». La madre de Miquel no sabía nada de eso y, tras abrazar a Joana, se fue «preocupada por cómo pueda acabar esto. Mi hijo necesita una mujer sargento que lo ponga firme».
Acto seguido va a visitar a Miquel para echarle la bronca por su actitud hacia Joana. Empezó intentando darle celos a su hijo: «A Joana lo he visto muy bien con el otro chico. Se ríen juntos, no discuten...». Pero enseguida se lanzó a decirle que «no me parece bien que si tienes pareja busques a otras mujeres, porque le haces daño a Joana...¿Te gustaría que ella lo hiciera?».
Solamente con esas palabras de su madre, y sabiendo que su pareja está feliz con otro hombre, Miquel se derrumbó y se cayó su careta de macho alfa conquistador. «Si volviera atrás cambiaría todo eso que hice», confesó Miquel, «a Joana la quiero a rabiar y estoy convencido de que no debo ser así. Me arrepiento de haberle propuesto ser una pareja abierta, pues ahora no podría soportar ver a Joana con otro hombre». Parece que la terapia de «Intercambio consentido» comienza a dar frutos en los concursantes que parecían más impermeables al cambio. Hay que recordar que hace una semana Miquel decía que «quiero que Joana sea la mujer de mi vida, pero lo que hago fuera de casa es un hobbie».
