La justicia se muestra muy blanda en las condenas a los banqueros

No eran entidades tan conocidas como Caja Madrid primero y  Bankia después, ni sus responsables eran tan mediáticos como Miguel[…]

No eran entidades tan conocidas como Caja Madrid primero y  Bankia después, ni sus responsables eran tan mediáticos como Miguel Blesa, Rodrigo Rato y otros acusados que desde esta semana se sientan en el banquillo. Pero sus delitos eran muy parecidos a los que se están juzgando en la Audiencia Nacional. La única diferencia estaba en la manera de ejecutarlos, faceta en la que los ex altos directivos de la antigua caja madrileña han batido todos los récords por su forma tan chusca y obscena de cometerlos.

 Pero lo que pasó en Caixa Penedés, Novocaixagalicia, Caja de Ahorros de Castilla La Mancha o Caja del Mediterráneo fue otra gran golfería, en línea con la protagonizada por los directivos de Caja Madrid/Bankia con las tarjetas «black». Y, sin embargo, de momento, todos han salido muy bien parados. La alarma social creada por la indemnización que se autoconcedieron tres directivos de Novacaixagalicia por 20 millones de euros, o los más de 30 millones de euros que se asignaron para su jubilación cuatro responsables de Caixa Penedés no se ha visto reflejada en las condenas impuestas por la Audiencia Nacional. Ninguno tendrá que pisar la cárcel, porque las sentencias han sido tan suaves que hasta el Tribunal Supremo ha puesto el grito en el cielo y ha criticado a la Audiencia Nacional por ser tan blandengue con las penas. Incluso han llegado a absolver a dos ex directivos de la Caja del Mediterráneo que idearon un sistema irregular para cobrar dietas.
No es muy alentador que las primeras sentencias conocidas no tengan nada de ejemplares. Para el Supremo, el castigo resulta desproporcionado «por su exigüidad desde la gravedad de las conductas referidas». Es verdad que lo que se ha juzgado hasta ahora han sido las golferías de los altos directivos, no su pésima gestión que llevó a sus respectivas entidades a la ruina. Pero si en estos casos el fiscal y el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) se han mostrado tan tibios en sus peticiones de condenas, no es de extrañar que cuando lleguen los grandes juicios, como el de la salida a Bolsa de Bankia, su posición sea todavía más laxa.De momento el juicio de las tarjetas «black» medirá si la petición del Tribunal Supremo de más mano dura con los banqueros protagonistas del hundimiento de las cajas es tenida en cuenta. Será un buen termómetro de cara a lo que viene.

En portada

Noticias de