La justicia acelera en sus condenas a los gestores de las cajas de ahorros

Cinco exdirectivos de Novacaixagalicia han ingresado en prisión para cumplir una condena de dos años por administración desleal y apropiación[…]

Cinco exdirectivos de Novacaixagalicia han ingresado en prisión para cumplir una condena de dos años por administración desleal y apropiación indebida. Son los cinco primeros banqueros que pisan la cárcel para cumplir una condena desde el comienzo de la crisis financiera. Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, pasó dos veces por prisión, pero de manera breve, sin condena firme, por orden del juez Elpidio Silva, lo que le costó ser apartado de la carrera judicial.

Pocos esperaban este desenlace para los exdirectivos de Novacaixagalicia, que ha sorprendido en medios financieros y judiciales. Hasta ahora, las penas impuestas a los banqueros por su gestión al frente de las desaparecidas cajas de ahorros no superaban los dos años de prisión. Y cuando se carece de antecedentes penales, por regla general, los jueces no suelen hacer cumplir esa pena. Pero este caso cambia todo. ¿Por qué ha tomado esta decisión la Audiencia Nacional? Aunque, lógicamente, ha influido el que los condenados no han devuelto el dinero que se les exigía en la sentencia y que todavía tienen causas pendientes con la justicia, la razón principal parece estar en el rapapolvo que el Tribunal Supremo le soltó a la Audiencia Nacional el pasado mes de septiembre, al calificar de «benévolas» las penas impuestas a estos directivos a pesar de la gravedad de sus actuaciones. La Audiencia Nacional ha rectificado y abre la puerta a que otros directivos bancarios que están a la espera de juicio o de sentencia corran la misma suerte.

 Y es que el año se espera muy movido. Con juicios que están a punto de terminar (tarjetas 'black') y otros que se celebrarán a lo largo del año (Bankia, Caja del Mediterráneo, Catalunya Caixa...) La justicia es lenta, pero funciona. Y los presuntos culpables de los desmanes cometidos en las cajas de ahorros no parece que se vayan a ir de rositas. Como tampoco parece que se van a escapar los responsables de otro gran fraude, el de los pagarés de Nueva Rumasa, que tanto quebranto causaron a más de 4.000 inversores.
La única pega de todo esto es que no se sienten en el banquillo los que tenían en su mano evitar este daño, los que permitieron estas arriesgadas prácticas y miraron hacia otro lado. Los que, cuando reaccionaron, ya era demasiado tarde para miles de ahorradores.

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