El mercado chino sigue creciendo
Después de varios meses de dudas e incertidumbre, parece que se ha llegado al consenso de que la economía China ha tocado realmente fondo y comienza un periodo de recuperación.
Después de varios meses de dudas e incertidumbre, parece que se ha llegado al consenso de que la economía China ha tocado realmente fondo y comienza un periodo de recuperación. Tras una caída de su Producto Interior Bruto desde niveles de alrededor de un 14% de crecimiento anual hasta los actuales 7,5%, en gran medida inducida por las autoridades económicas del país que decidieron implementar políticas monetarias restrictivas para evitar el recalentamiento, y con ello una peligrosa escalada de precios que pondría en grave riesgo la competitividad del principal exportador mundial, el proceso de desaceleración da señales de haber llegado a su fin.
En esta fase de enfriamiento, el gobierno ha pretendido y ha logrado, en parte, virar el sesgo de su economía desde una casi total dependencia del sector exterior hacia un mayor incremento de la demanda doméstica, que se ha visto impulsada por el incremento de las rentas.
China ha ido transformándose en los últimos años de un gigante de la exportación competitiva hacia una potencia industrial capaz de producir bienes de mayor valor añadido y de consumir los artículos que exportan Estados Unidos y Europa. Ya no solo serán importadores de materias primas, sino de productos manufacturados. Cualquier cambio que se produzca en la economía de China influye de manera notable en la del resto del mundo. La menor necesidad de materias primas, que en los próximos años tendrá este país, surtirá su efecto en los precios de las principales commodities y en las economías de los paises productores, gran parte de ellos paises de economías emergentes.
A este efecto de menor consumo de materias primas por parte de China se le unirá el de la retirada de los estímulos monetarios, que en breve comenzará a realizar Estados Unidos. Materias primas como el mineral de hierro o el cobre deberán continuar a la baja en los próximos meses. China decide estimular su economía de nuevo a principios del presente año, y para ello toma una primera medida, que es la de facilitar el crédito al sector privado que comenzó a crecer hace ya unos meses, y ahora empieza a tener su efecto en la economía real. Bien es cierto que el principal beneficiado ha sido la gran empresa y que todavía existen ciertos obstáculos para que alcance a las PYMEs de este país. El modelo se repite en todo el mundo.
En segundo lugar, en los últimos tres meses, las autoridades chinas han rebajado impuestos a las pequeñas empresas, han tomado medidas para facilitar las exportaciones de estas empresas, y lo que es más importante, han decidido dedicar parte de su presupuesto a las inversiones en ferrocarriles e infraestructuras.
Con ello han conseguido que los últimos datos publicados de PMI muestren una subida desde un nivel de 50.3 hasta un 51, que sitúa al sector manufacturero de este país en clara zona de crecimiento. De mantenerse está tónica positiva en los próximos meses, el efecto positivo sobre la economía europea debería empezar a notarse probablemente al principio del próximo año. Aunque Estados Unidos comience a retirar la inmensa liquidez que había vertido en años anteriores al sistema, como ha apuntado Ben Bernanke, esto no es más que el resultado de la recuperación de la economía de Estados Unidos, y no habría que temer consecuencias negativas de esta decisión. Por el contrario, si se realiza como es previsible de manera gradual la economía saldría fortalecida.
Solo nos queda, como siempre, que las autoridades europeas actúen de manera sensata y sepan aprovechar este mejor momento de la economía global que se nos presenta. Las elecciones alemanas, que se celebran este mes, y de las que en los momentos actuales no se espera que provoquen ningún cambio significativo en el panorama político alemán, deberían significar un punto de inflexión en la política europea que durante todo este año ha estado mediatizada por intereses electorales del país germano. El Banco Central Europeo va dando señales de tender hacia políticas de mayores estímulos tendentes a desfragmentar el mercado de crédito y a favorecer el crecimiento económico, ambos absolutamente necesarios para poder aprovechar cualquier mejora en la economía mundial. Esperemos que así sea.