El BCE decide, mientras mira por el rabillo del ojo a Alemania

El Banco Central Europeo necesita mostrarse más seguro de sus decisiones y mas asertivo en sus declaraciones

El presidente del BCE, Mario Draghi, al final la reunión del pasado jueves, defendía vehemente la actuación de la institución que preside en los últimos meses y más en concreto la medida de política monetaria no convencional, conocida por sus siglas en inglés OMT, por la que se comprometen a comprar bonos de países con problemas si previamente éstos solicitan esta actuación.

Tras una reunión en la que mantuvieron sin cambios los tipos de referencia y decidieron no adoptar ninguna otra medida, el presidente Draghi manifestaba que dada la ausencia de riesgos deflacionistas en la eurozona y la estabilidad de los mercados de deuda periférica y de renta variable consideraban oportuno mantenerse como estaban.

El que Mario Draghi defienda las compras de bonos " bajo petición" - medida que no ha sido necesario ejecutar , todavía- tiene sentido dada la oposición directa ejercida por los representantes alemanes en el banco central y de algunos de los políticos de ese país. De hecho, hay una demanda en el tribunal constitucional alemán, pendiente de resolución, presentando por políticos alemanes que consideran la medida ilegal y fuera del cometido del BCE.

Pero, el exceso de optimismo que está más cerca del triunfalismo vacío y, de nuevo, la sensación que transmite al mercado de inacción o quizás de impotencia puede ser muy perjudicial. De hecho, tras sus declaraciones los bonos periféricos europeos volvieron a caer de manera contundente y con ello las primas de riesgos se volvían a disparar.

La impresión dada en su comparecencia fue la de estar más preocupado que la política del banco central fuese aprobada por los alemanes e incluso manifestó que esperaba que el Tribunal Constitucional Alemán no fallara en contra de la medida adopta por el banco central de Europa.

Si a todo esto le unimos el retroceso en las conversaciones por la Unión Bancaria- otro de los puntos que Mario Draghi resaltó- y con ello la imposibilidad de que las políticas monetarias lleguen a transmitirse de manera correcta por la fragmentación del mercado provocada por la incertidumbre sobre la salud de algunas instituciones financieras, el resultado es de vuelta al pesimismo.

Aunque se hagan estimaciones de mejora de la economía a finales de año y aunque en países como el nuestro, afortunadamente, los datos de empleo abren una pequeña puerta hacia un mayor optimismo, los mercados financieros necesitan acciones más decididas para que en ellos se restablezca la confianza.

Es preocupante que se vuelvan a vender los bonos y las primas de riesgo repunten y más aún ahora que Japón, el país que más activo ha estado en este mercado y que ha prestado soporte a nuestra deuda , empieza a tambalearse ante las dudas sobre la efectividad de las políticas de estímulo del nuevo ejecutivo. El Banco Central Europeo necesita mostrarse más seguro de sus decisiones y mas asertivo en sus declaraciones. Un Banco Central independiente no puede estar preocupado que su política sea aprobada por un país o un juzgado.

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El mercado esperaba un refuerzo a los recortes de tipos que se produjeron en la reunión anterior y también que se explicasen las medidas prometidas para facilitar el crédito a las PYMES. Sin embargo, esta vez, ha tocado el paso hacia atrás característico del comportamiento ciclotímico del banco de los bancos europeos.

Lo que menos necesitamos es indecisión y timidez. El mercado da señales muy claras de lo que necesita para retomar la confianza, si no se le atiende debidamente podremos volver de nuevo a las tensiones innecesarias.

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