Sindicalistas UGT: incidentes en huelga fueron "bravuconería", no agresión

Los sindicalistas de UGT Rubén Ranz y José Manuel Nogales han negado hoy haber cometido cualquier tipo de coacción o[…]

Los sindicalistas de UGT Rubén Ranz y José Manuel Nogales han negado hoy haber cometido cualquier tipo de coacción o agresión durante la huelga general de 2012, y han calificado de "bravuconería de instituto" los incidentes que originaron una carga policial que "molió a palos" a los piquetes.

Así lo han expresado durante el juicio por presuntos delitos contra los trabajadores y de atentado contra la autoridad, celebrado con tres horas de retraso en el juzgado de lo Penal número 3 de Madrid, una espera en la que ambos han rechazado el pacto ofrecido por la Fiscalía, que pide para cada uno siete años de prisión y el pago de una multa de casi 100.000 euros.

Según han explicado a Efe fuentes próximas al proceso, el Ministerio Público había propuesto un pacto de conformidad que acotaba la acusación al ámbito del artículo 315.3 del Código Penal sobre coacciones laborales, razón por la que los dos finalmente han optado por defender su inocencia en juicio.

Visiblemente afectado, Nogales ha asegurado que "jamás en 30 años" de sindicalismo activo ha agredido a nadie y ha defendido el papel del piquete informativo, que hizo "lo que suele hacer, dar gritos de que estamos en huelga".

Además ha insistido en que contempló los altercados "desde lejos" y que fue después cuando apareció la Policía en su dirección, "pegando de forma desordenada".

"Uno me dio un empujón bastante fuerte, perdí el equilibrio y tuve la mala suerte de caer junto al jefe de la unidad", ha relatado Nogales, que ha añadido que, acto seguido, los agentes dieron la orden de detención.

De este modo, ha rechazado la idea de la Fiscalía, que además le achaca, como a Ranz, faltas de lesiones por golpear presuntamente a empleados del bar y a miembros de las fuerzas de seguridad.

Al respecto, ha apuntado al tribunal que si bien en el transcurso de los hechos no portaba bandera alguna, el daño ocasionado habría sido mínimo pues "son de plástico y con un poco de aire se doblan".

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En términos generales se ha pronunciado Ranz, que ha dicho que el "bar de un trabajador" no fue el objetivo del piquete, formado por personas del mundo de la hostelería y el comercio, que se dirigía al Hotel Ritz tras su paso por la sede de la Bolsa de Madrid, "verdadera culpable de la crisis".

Ha sostenido que en ningún momento trató de "coaccionar" al dueño del bar en el que se produjo la trifulca a que cerrara sus puertas coincidiendo con el paro, sino que buscó impedir que el camarero "que iba sacando pecho" golpeara a algunos de sus compañeros.

Durante la sesión ha intervenido el propietario del local, que ha afirmado que un "bofetón" de uno de los sindicalistas desencadenó el enfrentamiento y "de ahí, bandeja para un lado y bandeja para otro".

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También lo ha hecho su camarero, que ha indicado que los integrantes del piquete "llevaban de todo, palos y ladrillos", unas palabras que han despertado las críticas de la veintena de personas de la organización presentes en la sala como público y testigos.

En el caso de los últimos, han recriminado la actitud del trabajador del establecimiento, que estaba tan "súper excitado que la gente pensó que les iba a golpear" después de que uno de ellos lanzase al interior del bar panfletos con información sindical.

Agentes de Policía desplegados en los alrededores de la madrileña plaza de la Lealtad, donde tuvieron lugar los hechos, han ratificado ante el tribunal que intervinieron para separar a los empleados y al piquete, que buscaba cerrar el local "con actitud provocadora".

Aunque no han podido precisar "al detalle" las agresiones sufridas por dos de sus compañeros, que piden ser indemnizados, sí que han aludido al "forcejeo" entre ambas partes, que acabó con Ranz y Nogales detenidos durante doce horas.

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La incomparecencia de uno de los policías que resultó herido, propuesto como testigo por la Fiscalía, ha llevado al tribunal a suspender la sesión hasta el próximo 7 de julio, cuando se retomará el juicio con la práctica de las últimas pruebas y la lectura de los informes.

Durante esta jornada, los "dos de la Lealtad" han contado con el apoyo del secretario general de UGT Pepe Álvarez, que ha reconocido a Efe que tanto Ranz como Nogales "están muy tocados" por el daño "moral y personal" que se les ha ocasionado en estos cinco años.

Antes, manifestantes llegados de diferentes puntos de España han solicitado la absolución de ambos bajo las consignas "Yo soy piquete" y "Justicia Rubén y Nogales: huelga no es delito".

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