Rajoy ataca a Pablo Iglesias: «Menos mal que usted no es Robespierre»
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha echado en cara al líder de Podemos, Pablo Iglesias, un radicalismo político y[…]
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha echado en cara al líder de Podemos, Pablo Iglesias, un radicalismo político y una estrategia basada en la destrucción en lugar de la construcción y la búsqueda de soluciones a los problemas que padece el país.
Siguiendo este hilo, el jefe del Ejecutivo ha llegado a alegrarse de que el líder de Podemos no tenga el poder del francés Maximilien Robespierre que gobernó en Francia durante la etapa conocida como el «Reino del Terror» tras la Revolución Francesa, defendiendo la pena de muerte para todo aquel enemigo del nuevo sistema.
«Usted ha venido a lo que ha venido. Es parte, juez, fiscal... menos mal que no es Robespierre porque tendríamos un problema», le ha reprochado en el Pleno, después de lamentarse de haber pecado de optimista por «pretender hablar con usted de medidas para resolver los problemas».
«Ni tiene solución alguna ni pretende conseguir una solución alguna» le ha censurado. Para cerrar su intervención le ha pedido a Iglesias que reflexione sobre la utilidad para el país del tipo de oposición que está realizando.
El encontronazo se ha producido durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, a raiz de una pregunta del líder de Podemos sobre la corrupción en España que ha dirigido después al caso Soria.
Iglesias ha advertido a Rajoy de que la corrupción no se combate con palabras sino con hechos y le pedido que dé instrucciones a la Fiscalía para que se investiguen todas las estancias en hoteles de lujo del del exministro de Industria, José Manuel Soria, al que ha llegado a tildar de delincuente.
«Mintió a los españoles, lo sabemos por un juez y llamó delincuentes a los periodistas que lo investigaron. ¿Quién es ahora el delincuente?», ha acusado Iglesias. El político canario es amigo personal de Rajoy.
El jefe del Ejecutivo, que escuchaba desde su escaño con su habitual movimiento de la pierna izquierda, se ha revuelto contra Iglesias. Le ha advertido de que no conviene magnificar los problemas que existen en política y le ha recordado las reformas legales adoptadas por el Gobierno para que la corrupción no vuelva a ser un pronlema «en el futuro».
«Estoy absolutamente convencido de que si perseveramos en estas decisiones pronto dejará de ser una anécdota y tendrá que preguntarme por cosas diferentes», le ha espetado.