Las plantillas de las cajas se movilizan para desbloquear la negociación del nuevo convenio
Los sindicatos convocan una primera jornada de protestas para el día 24, a menos de una semana de que en teoría expire el pacto colectivo anterior
Tras años de aparente paz social -incluso los recortes de plantilla en varias entidades forzados por la reconversión bancaria y las fusiones fueron, en su mayoría, negociados sin grandes conflictos-, el sector financiero vive una etapa de agitación creciente. Aún no se ha pronunciado la temida palabra huelga, pero el manual se ha desempolvado.
El detonante del conflicto es la renovación de los convenios colectivos tanto de bancos como de cajas de ahorros, ya vencidos en ambos casos y actualmente en fase de prórroga legal. Según fuentes del sector, lo más preocupante es que aunque las negociaciones comenzaron hace meses solo en el caso de la banca se observan algunos avances.
Este acuerdo afecta a los 101.519 empleados de los bancos tradicionales -Santander, BBVA, Popular, Sabadell...--, aunque no a las cajas que se transformaron en tales. La ultraactividad acordada para su convenio actual vence el 26 de febrero.
También se ha pactado un pago a cuenta del incremento salarial del 0,75%, fijado para 2015 con efectos retroactivos. Desde los sindicatos se reconoce que las diferencias que les separan son más de «conceptos» que de cifras, aunque constatan que persisten algunos «peligros» en la propuesta de la patronal bancaria (AEB).
Sobre la mesa sigue pendiente determinar cómo se distribuye el salario en 14 pagas, un nuevo sistema de participación en los beneficios de los bancos, medidas concretas para favorecer la contratación indefinida frente a la temporal o incluso un nuevo modelo de categorías profesionales. Y tampoco se ha decidido todavía la duración del nuevo convenio, que a priori seria de cuatro años.
Es justo el mismo tiempo que la patronal de las antiguas cajas de ahorros (ACARL) busca para su acuerdo laboral, pero aquí aún está en discusión la propia ultraactividad del convenio ya expirado. Uno de los sindicatos (CIC) ha presentado un dictamen justificando tener de plazo para ello hasta el 20 de mayo, mientras que el sector ha fijado con las otras centrales el 29 de febrero.
Diferencias importantes
Las diferencias, no obstante, son mucho más profundas que un problema de tiempo, según las fuentes consultadas. La lista de desencuentros es amplia, con hasta una decena de discrepancias entre las partes: reducir los trienios a la mitad, dejar de pagar el plus por convenio, congelación salarial durante dos años, extender las jornada laboral (horario partido de mañana y tarde), ampliar a 50 kilómetros el radio de movilidad, prolongar hasta cuatro años los salarios de entrada (que serían más bajos), eliminar el complemento según residencia, acortar los ascensos por experiencia y eliminar parte de las ayudas por estudios según el sueldo.
Para los sindicatos, estas exigencias de la patronal suponen «dinamitar» su convenio, además de haber «roto la confianza social». Por eso, anuncian «movilizaciones de forma más intensa y beligerante» para 2016. De momento, la primera cita será el próximo día 24, en principio solo ante las sedes de las antiguas cajas ya reconvertidas a bancos: Caixabank, Bankia, Unicaja, Liberbank, Abanca, Banco Mare Nostrum e Ibercaja.
Como gesto de buena voluntad, estas concentraciones se realizarán por la tarde para no interferir en el trabajo ordinario de las oficinas. Sin embargo, si no obtienen respuesta de las entidades o de su patronal, «intensificaremos las movilizaciones en fechas posteriores», advierten ya fuentes sindicales.
Su primer objetivo es prorrogar la ultraactividad del convenio viejo mientras duren las negociaciones del nuevo para no dejar sin red a los 82.664 trabajadores afectados por este marco laboral. Así se lo trasladarán a la representación empresarial en las reuniones ya previstas para los próximos días 11 y 25.
La otra gran reivindicación es que desde ACARL_renuncien a lo que los sindicatos tachan de «ultimátum» y «postura de máximos», para intentar acercar posturas. Pero también ellos insisten en que no aceptarían nuevos recortes vía convenio.