Berlusconi acerca el rescate de España

Mario Monti le ha salido rana a la troika. Como en su día otro ingeniero de hierro, otro burócrata, otro[…]

Mario Monti le ha salido rana a la troika. Como en su día otro ingeniero de hierro, otro burócrata, otro que tenía la misión de meter en vereda a un pueblo, Miguel Primo de Rivera, le salió al rey español Alfonso XIII. La troika quería evitar, o la Unión Europea, o Angela Merkel, o el Banco Central Europeo, que Italia se les fuera de las manos con el imprevisible Silvio Berlusconi. Con éste al frente, pensaban, Italia se vería abocada a pedir un multimillonario rescate. Todo se desbarataría. Además, en aquel entonces, hace poco más de un año, el Eurobanco no había conseguido dinamitar el poder de los halcones en su seno y no había todavía diseñado un mecanismo para ayudar a un país sin tener que poner demasiado dinero encima de la mesa. En definitiva, lo que no logró destruirse por la vía democrática, Berlusconi, salió por el imperativo ilegal de los mercados.

Monti consiguió relajar la prima de riesgo italiana en más de 200 puntos básicos. Aunque tampoco debemos arrogarle a él completamente ese mérito: en julio, la prima de riesgo de Italia se encontraba de nuevo por encima de los 500 puntos básicos y sólo después de la histórica intervención de otro Mario, Draghi, a finales de ese mes, consiguió regresar al entorno de los 300 puntos básicos.

Un fracaso más político que económico

El gran fracaso de Monti no ha sido económico. Su gran fracaso ha sido político. No ha cumplido con su misión implícita de organizar el centro-derecha italiano y librarlo de las sucias manos de Il Cavaliere. Así, Silvio Berlusconi ha sido el que ha dinamitado el Gobierno del tecnócrata y vuelve a presentarse a las elecciones

En Bolonia, la ciudad roja de Italia, capital de la Emilia Romagna, la región donde una vez mandaron las cooperativas, en 2009, un grupo de ejecutivos de su relativamente potente industria automovilística, defendieron a Berlusconi por una sola razón: porque estaba adelgazando el Estado. Quizá eso es lo que echa de menos la derecha liberal. Quizá esa añoranza es la que ha percibido Berlusconi para volver a concurrir a las elecciones. Pero Monti no ha hecho otra cosa que adelgazar el Estado italiano, pero dando la sensación de ser un gran intervencionista y, sobre todo, un agente de los intereses extranjeros. La semana pasada alguien nos decía que Berlusconi no se atrevería a dar el paso que ha dado porque se arriesgaba a hacer un gran ridículo. Pero, ¿y si con su discurso anti-Merkel, anti-europeo, anti-Estado logra ganarse otra vez la confianza de los italianos? Aunque a este salvapatrias le puede compensar hacer el ridículo en las elecciones porque ello le servirá para esquivar a la justicia otra vez. Quizá sea esto último lo que le ha llevado otra vez a la primera línea política a este cadáver político exquisito. 

La izquierda, organizada, pero en riesgo

Berlusconi se encontrará a la izquierda más organizada que hace sólo un mes. Su ejemplar proceso de primarias le ha proporcionado un candidato, Pier Luigi Bersani, que nos gusta más que su contrincante, Matteo Renzi. Este último, era de la corriente social-liberal. Ya con ese nombre, nos repele. No nos gustan estas contradicciones que buscan esconder la verdadera naturaleza de las cosas. Y Renzi es, esencialmente, un liberal. Bersani, en cambio, es un antiguo comunista, pero no es nuevo en la política. Fue varias veces ministro. Además, tiene, para algunos italianos, una gran mancha en su expediente: cuenta con el apoyo de la peor persona de Italia sólo por detrás de Berlusconi: Massimo D'Alema. Nos hubiera gustado que hubiera ganado Nicola Vendola, a quien sus padres apodaron "Nichi" en honor a Nikita Kruschev. También está lleno de contradicciones, pero de las que nos gustan: es comunista, católico y homosexual. Y no podemos evitar recordar que los mejores italianos, los más lúcidos, reunían al menos dos de estas tres características.

Lo malo es que tanto con "Nichi" como con el propio Bersani, también comunista, Berlusconi tiene un panorama mucho más despejado, porque puede utilizar ese manido argumento: "¡Que vienen los comunistas!". Berlusconi podrá ganar votos apelando precisamente al mismo temor que convirtió al parlamentarismo italiano en un desastre y al país, sobre todo al deprimido sur, en el caldo de cultivo de las mafias.

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Pero hay un elemento nuevo en estos comicios: el Movimiento Cinco Estrellas del humorista Beppe Grillo. Si Berlusconi puede aglutinar una parte del voto del descontento, el grueso se lo llevará este loco personaje, tan necesario en tiempos tan desquiciados como los actuales. 

La prima de riesgo, al alza, las Bolsas, a la baja

La prima de riesgo aumenta. No sólo la italiana, también la española. Y, tras el índice bursátil italiano, el que más cae es el Ibex-35. Pero tampoco parece demasiado excesivo el miedo desatado en los mercados. No hay que olvidarse que el Banco Central Europeo sigue estando ahí para comprar bonos cuando cualquier Gobierno se lo pida. Por eso, los inversores no arriesgaran mucho, no se pondrán muy cortos, no venderán muchos bonos, para que la petición del rescate no les pille a contrapié.

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En definitiva, para España, la dimisión de Monti, la reaparición de Berlusconi, pueden acelerar la petición del rescate. Ya lo decía hace unos días Bill O'Neill, de Merrill Lynch, de visita en Madrid. El mayor riesgo para España no es la propia España, sino la inestabilidad política italiana, las elecciones previstas en principio para la primavera y que ahora tendrán lugar previsiblemente en febrero. Pero, en caso en que se precipite la petición de ayuda al BCE, los expertos dicen que sería bueno para los bancos españoles, para el Ibex, para la deuda y para el euro. El selectivo español podría subir hasta un 10% desde los niveles actuales. 

Es lo que tiene la democracia, que a veces provoca nervios. Pero la preferimos, aunque sea ésta, imperfecta, a los nombramientos a dedo para proteger los intereses del capital. Quizá, con el fracaso de Monti, en España se descarte el nombramiento de un tecnócrata. Aunque, ¿qué es Rajoy sino un tecnócrata, sino un comisario político de la troika en Madrid aunque haya pasado por las urnas? Ganó las elecciones con un programa, pero está haciendo lo que le mandan Bruselas y Francfort.

Tampoco hay que descartar que Monti vuelva de alguna manera, que la democracia formal se tome un descanso un poco más largo. Se podría presentar a las elecciones y ganarlas, o podría volver de nuevo para salvar a Italia del desorden poselectoral que se adivina con un segundo nombramiento a dedo. Pero también hay analistas que dicen que lo de Monti podría ser sólo un órdago, una manera de mostrar que, aunque él sea malo, las cosas sin él irían mucho peor para Italia. Y, por lo mismo, al ver cuál ha sido la reacción en los mercados a su decisión, Berlusconi podría dar marcha atrás y no presentarse a los comicios. Incluso hay quien habla de que los partidos políticos italianos podrían llegar a un acuerdo para elegir a un nuevo Gobierno sin pasar por las urnas. Aunque ni siquiera en Grecia se suspendiera la cita electoral de la pasada primavera. Elementos todos ellos que favorecerían un rebote en las Bolsas y en las deudas periféricas.

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