Una transición energética acelerada que pone en juego 12.000M$ en la industria del refino

La velocidad a la que avance la transición energética pondrá en juego hasta 12.000 millones de valoración en la industria europea del refino

El camino hacia la transición energética necesita de otras vías de financiación. Foto por Ajit Sandhu en Unsplash

La velocidad a la que se lleve a cabo la transición energética de aquí a 2040 pondrá en juego 12.000 millones de dólares de valor en la industria europea de refino.

Esta es la conclusión que se desprende del último análisis de previsiones de la consultora McKinsey & Company, que apuntó que el tamaño de la industria mundial del refino «variará drásticamente» en función de los distintos escenarios de transición energética planteados para esa fecha.

«Las hipótesis sobre la penetración de los vehículos eléctricos, los compromisos políticos y el comportamiento de la racionalización son los principales factores que impulsan la diferencia de resultados», detalló el informe de la consultora.

Una diferencia en estos resultados que, en un escenario de mayor aceleración de la transición energética para 2040 gracias a los compromisos de cada país en esta materia, proyectaba un valor de 4.000 millones de dólares para el total de la industria europea de refino.

Una cifra que palidecía frente a la media de 16.000 millones en que la consultora tasaba el valor de la industria europea de refino entre 2015 y 2019.

La transición energética dependerá de la ambición de los gobiernos y del papel del vehículo eléctrica

Basándose en modelos propios sobre el equilibrio del mercado, el precio del petróleo y el margen de refino, los analistas de McKinsey dibujaron tres escenarios para la evolución de la transición energética en las dos próximas décadas.

La consultora explicó que se espera que la demanda mundial de combustibles líquidos alcance su punto máximo en los
los próximos cinco a diez años, dependiendo del ritmo de la innovación tecnológica y de la ambición de los gobiernos. Y en consecuencia, dibujó tres escenarios.

En el más positivo, denominado como escenario de mayor aceleración, los analistas esbozaron un contexto en el que la reducción adicional de los costes de las baterías eléctricas, y la prohibición generalizada de los motores de combustión interna en las principales economías, eleven la penetración de los vehículos eléctricos al 70 de las ventas de vehículos nuevos.

Un conjunto de elementos que provocaría que la adopción de estos vehículos fuera rápida incluso en países y regiones en desarrollo como India, África y el sudeste asiático, y que dejaría el valor de la industria europea en los 4.000 millones de dólares mencionados anteriormente.

El análisis de la firma norteamericana, además, agregó que la capacidad de refino de América del Norte y de Europa es «la que más riesgo corre, puesto que se prevé que su pico en la demanda de combustibles líquidos llegue antes».

De acuerdo al informe, además, la capacidad total en riesgo de cierres y reconversiones en Europa es mayor que en el resto del mundo, debido al descenso más rápido previsto de la demanda regional, al aumento de los costes de la energía, y al incremento de los precios del CO2 en el marco del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea.

Unas expectativas que provocaron que, incluso en el tercer escenario descrito por McKinsey — que imagina una pérdida de fuerza en el camino de la transición energética debido a una menor aceptación de los vehículos eléctricos y un menor reciclado de plásticos —, la capacidad de refino europea continuaría enfrentándose a la presión de unos márgenes negativos en 2040.

Si se produjera esta aceleración de la transición energética que disminuya el valor de la industria europea en 12.000 millones, asimismo, el recorte global de valor del sector sería de 117.000 millones de dólares, siendo Asia la región más afectada, al pasar de los 57.000 millones de media que se le atribuían entre 2015 y 2019, a unos 7.000 millones en el escenario más positivo.

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