Las acciones verdes caen a pesar del boom ESG

El mercado de productos de inversión relacionados con criterios ESG ha experimentado otro año récord. Pero no todo va en la misma dirección

A pesar de la caída de los valores de energía limpia y la creciente preocupación en torno a la generalización del greenwashing, o lavado verde, el mercado de productos de inversión relacionados con criterios ESG ha experimentado otro año récord según la mayoría de los baremos.

La emisión de préstamos y bonos sostenibles, en los que en teoría los ingresos se destinan a proyectos medioambientales o a promover los objetivos sociales de las compañías, se ha situado por encima de los 1,5 billones de dólares, con unos 505 000 millones de dólares incluidos de ventas de bonos verdes; los fondos cotizados asociados a los ASG han atraído casi 130 000 millones de dólares en 2021, frente a los 75 000 millones de dólares de hace un año, mientras que la inversión en empresas de tecnología climática en fase inicial se ha aproximado a los 50 000 millones de dólares.

También ha sido un año de grandes comisiones para los gestores estadounidenses de fondos sostenibles, con unos ingresos que se han incrementado hasta casi alcanzar los 1.800 millones de dólares respecto a los 1.100 millones de 2020, con arreglo a los datos recopilados por los investigadores de Morningstar Inc. Pero no todo ha ido en la misma dirección.

El índice S&P Global Clean Energy, que incluye empresas como el gigante de la energía eólica Orsted AS, la compañía eléctrica española Iberdrola SA y Sunrun Inc. la mayor empresa estadounidense de energía solar residencial, ha bajado un 27% en lo que va de 2021, después de haber duplicado su valor el año pasado.

Las perspectivas para los valores verdes son difíciles debido a la preocupación por el aumento de los tipos de interés ligados a la inflación, la imprevisibilidad de la política estadounidense y las maniobras reguladoras, como la decisión de California de reducir drásticamente las subvenciones y añadir nuevas tasas para los usuarios de energía solar doméstica, ha comentado Sophie Karp, analista de KeyBanc Capital Markets.

«A pesar de las perspectivas de crecimiento a largo plazo, el entusiasmo por el sector es cada vez menor», añadió.

Adeline Diab, responsable de investigación de ASG para la EMEA y la región de Asia-Pacífico en Bloomberg Intelligence, se ha mostrado de acuerdo. El 21 de diciembre, escribió: «A pesar de los crecientes catalizadores con el plan de infraestructuras de Estados Unidos y los requisitos de la UE en materia de fiscalidad, el sector de las energías limpias puede seguir expuesto a la incertidumbre vinculada al respaldo gubernamental, como los retrasos en los estímulos o los anuncios de recortes de incentivos, el más reciente en California.»

Un nuevo revés en EEUU

Las acciones de valores de energías renovables han sufrido un nuevo revés esta semana tras anunciar el senador estadounidense Joe Manchin, demócrata conservador del estado de Virginia Occidental, conocido por su industria del carbón, su oposición al plan económico del presidente Joe Biden, que incluye una inversión histórica en la lucha contra el calentamiento global, unas declaraciones que han sorprendido incluso a su propio partido.

Manchin, cuyo voto en un Senado dividido en partes iguales era necesario dada la total oposición de los republicanos a los esfuerzos significativos para luchar contra el calentamiento global, ha minado los intentos de Biden de abordar la crisis climática.

Incluso con la caída de la bolsa, este año ha sido el primero desde el acuerdo climático de París de finales de 2015 en el que se ha destinado más dinero a los bonos verdes que a la deuda emitida por las compañías de petróleo, gas y carbón. Y todo apunta a que el próximo año será aún más.

Los analistas de Morgan Stanley han estimado que la emisión de bonos verdes se acercará al billón de dólares en 2022, de la mano fundamentalmente de las ventas de la Unión Europea. Bank of America, el principal emisor corporativo de bonos estadounidenses que se venden como asociados a criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, también prevé otro gran año para las ventas globales de deuda.

«¿Se duplicará de nuevo el mercado de emisiones primarias ASG en 2022? Esa no es nuestra predicción», comentó Karen Fang, responsable mundial de finanzas sostenibles del banco, en una entrevista la semana pasada.

«Pero creemos que crecerá mucho, con mucha fuerza, dado el impulso de la transición global a emisiones cero netas y a la vista de la demanda de los inversores».

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