La guerra en Ucrania desafía al segundo bono verde español

Está previsto que el Tesoro emita este jueves un segundo trama de su bono verde a veinte años. A pesar de la volatilidad del mercado, se espera que la emisión sea exitosa por la gran demanda que quedó insatisfecha en septiembre

Cuando el Tesoro planteó su estrategia de financiación para 2022 difícilmente podía prever que el contexto en el que tendría que acercarse al mercado sería el de un conflicto armado, como. Pero así ha sido.

Salvo sorpresa -y el Tesoro no ha dado ninguna muestra de duda al respecto- este jueves se pondrá en circulación el segundo tramo del primer bono verde español, que se espera se emita a 20 años.

El mercado confía en que, a pesar de la fuerte volatilidad y el incremento de los intereses que el mercado implícitamente exige a España, la colocación vuelva ser exitosa gracias a la fuerte demanda que quedó insatisfecha en septiembre, cuando el Tesoro levantó 5.000 millones.

“Las grandes incógnitas y la incertidumbre generada por dicha guerra son muy negativas para cualquier operación en los mercados de capitales, pero esta nueva emisión que abre el Tesoro está prácticamente garantizada por la sobredemanda de la primera”, explica Juan Carlos Villanueva, secretario general del Observatorio de Finanzas Sostenibles (Ofiso)

El conflicto desatado por Rusia ha provocado que los inversores reduzcan su exposición a activos de riesgo, como la bolsa, pero también ha afectado a las emisiones de deuda verde. De hecho, algunas empresas han preferido aplazarlas.

Uno de los ejemplos en nuestro mercado fue debut que preparaba FCC Aqualia, que, tanto por la volatilidad del mercado, como por la cercanía de la presentación de resultados se vio obligada a posponer para más adelante su estreno en el mercado de deuda verde.

El Tesoro mantiene su calendario, pero tendrá que realizar la operación en un entorno más exigente en tipos de interés. El ejemplo del incremento de las rentabilidades exigidas se puede ver, por ejemplo, en el genérico del bono español a 10 años.

A mediados de septiembre, la rentabilidad implícitamente exigida en mercado era del 0,3057 por ciento. Hoy roza el 1 por ciento.

El impulso de septiembre

Hace seis meses, la primera emisión del bono sostenible a 20 años obtuvo una sobredemanda de 60.000 millones, un excedente “muy alto”, que habría dejado a muchos inversores insatisfechos. Entonces, el Tesoro optó por colocar 5.000 millones de euros.

Para este jueves, aunque el Tesoro no ha ofrecido ningún objetivo, Villanueva anticipa una colocación de tamaño similar. “Aunque el mercado es capaz de asumir mayores cantidades, el Tesoro prefiere ser riguroso a la hora de seleccionar los proyectos a los que dedicar los recursos”, afirma.

El éxito del Tesoro, además, continuará reforzando el mercado de deuda sostenible español. «Es de esperar una nueva colocación exitosa que contribuya a dar solidez y profundidad al mercado español de bonos verdes y sostenibles». España fue el año pasado el sexto país por volumen de emisiones verdes en 2022.

La incógnita, no obstante, es el tipo de interés al que se colocará el tramo, que sí podría verse afectado por la evolución del mercado y sobre la que el secretario general de Ofiso no avanza ninguna previsión.

En la colocación de septiembre participaron los dos mayores bancos del IBEX 35, el Santander y BBVA, así como entidades extranjeras como Barclays, Crédit Agricole, Deutsche Bank y JP Morgan. España se unió, así, a otros países como Francia o Italia, que ya se habían estrenado previamente en el mercado de renta fija ‘verde’.

El secretario del Tesoro, Carlos Cuerpo, en el cargo desde el pasado agosto, dijo que España necesita “mantener el factor diferencial” que aportan este tipo de emisiones de deuda sostenible.

“En un entorno con un número creciente de emisiones verdes, tanto públicas como privadas, debemos ser capaces de mantener la alta demanda con una base de proyectos de alta calidad”, señaló en una entrevista con Bloomberg.

Cuerpo también fue rotundo en el foro SOCIAL INVESTOR de finales de noviembre, en el que afirmó que la recuperación de la economía española tras la crisis del Covid-19 “será sostenible o no será”. 

¿Fortaleza en medio de la crisis de Ucrania?

El auge de las emisiones sostenibles no solo es una iniciativa de los Gobiernos, sino que cada vez más empresas privadas optan por iniciativas de este tipo.

En 2021, en España se colocó un total de 28.548 millones en bonos verdes, sociales y sostenibles, lo que supone elevar la cifra del año anterior en un 90 por ciento, según datos de Ofiso. El total de operaciones, 62, se incrementó en cerca de la mitad en tan solo un ejercicio.

S&P Global, uno de los operadores de Wall Street, anticipó en su último informe de febrero que la emisión de deuda sostenible a nivel global se incrementará en un 46 por ciento en 2022 hasta superar los 1,5 billones de dólares tras superar la barrera del billón en 2021. Supondría, al cambio, que este tipo de transacciones generen 1,3 millones de euros a lo largo de este ejercicio.

La amenaza de la guerra en Ucrania ha provocado, no obstante, salidas millonarias al mercado. Una de las últimas grandes operaciones que se cancelaron la de Bancolombia.

La entidad financiera, una de las mayores de Colombia, aludió a las “condiciones de los mercados derivadas de la situación en Rusia y Ucrania” como el motivo para revocar la emisión, según informó en un comunicado emitido la semana pasada.

No obstante, no se espera que el Tesoro no tome una maniobra similar y prosiga con la emisión.

“El mercado es muy receptivo a este bono, y el Tesoro está dando muestras de mucha seguridad y rigor, por lo que es de esperar una nueva colocación exitosa que contribuya a dar solidez y profundidad al mercado español”, afirma Juan Carlos Villanueva.

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