La crisis energética acelera la oferta de productos especializados en carbono

La dependencia energética de Europa de Rusia retrasará el proceso de descarbonización. Y eso abre oportunidades para buscar nuevos nichos de inversión en carbono

Mientras Europa se debate entre si pagar el gas ruso en rublos o en euros, las gestoras están tomando partido para aprovechar la más que probable aceleración de la transición energética.

Rusia cortó esta semana el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, y obliga a las empresas compradoras a pagar en su propia moneda. Muchas ya se plantean abrir cuentas en el país para poder realizar operaciones.

“La incertidumbre geopolítica en torno al enfrentamiento entre Europa y Rusia crea nerviosismo y mantiene elevados los precios”, apuntan los analistas de Julius Baer en un comentario. En este escenario, el gas ha aumentado su precio más de un 90 por ciento en lo que llevamos de año.

El efecto negativo es que, para romper la dependencia de Rusia, Europa se va a ver obligada a impulsar inversiones en combustibles fósiles a corto plazo para compensar la falta de suministro desde Rusia. Algo que evidencia que las cifras de emisiones no van a decaer en los próximos años.

Perspectivas ante las que las gestoras de activos ya se están posicionando para lanzar nuevos productos, por ejemplo aquellos ligados a la evolución del precio del carbono que, sin un recorte de emisiones eficientes, está necesariamente enfocado a subir -o al menos mantenerse caro- por más tiempo.

Monitorear la evolución, el objetivo

La gestora estadounidense KraneShares lanzó esta semana el ETF Global Carbon Offset, que ofrece cobertura sobre la evolución de los contratos de futuros de compensación de carbono. 

Estos se negocian a través de CME Group, la mayor bolsa de contratos derivados del mundo, y deben contar con certificados como el estándar de comunidad climática y biodiversidad (CCB).

El ETF de KraneShares cuenta con un patrimonio de unos 10 millones de dólares en activos, y nace con el objetivo de “cubrir tanto los mercados de compensaciones voluntarias como los de cumplimiento”, según explica el jefe de estrategia de la gestora, Luke Oliver.

“Añadir este ETF brinda a los inversores acceso holístico a los esfuerzos globales de descarbonización”, afirma el analista.

“Los mercados de carbono voluntarios son una herramienta vital en la lucha contra el cambio climático, y se los considera cada vez más como una piedra angular en los esfuerzos globales para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas”, explica Eron Bloomgarden, cofundador de Climate Finance Partners (CLIFI), una gestora que busca invertir en tecnologías para la transición energética y que financia el ETF de KraneShares, cuyo mayor accionista es la firma asiática China International Capital Corporation.

“Los inversores pueden estar seguros que los créditos de compensación del ETF se generan a partir de reducción de emisiones que han sido verificadas por terceros por los principales registros de compensación”, detalla.

Cómo funcionan los créditos de carbono

Los créditos o compensaciones de carbono se crean a través de actividades que sirven para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Se utilizan para mitigar aquellas producidas por empresas o Gobiernos.

Empresas con menos volumen de emisiones contaminantes, como el fabricante de coches eléctricos Tesla, han encontrado millonarios beneficios a través de estas compensaciones.

Existen pocos mercados en los que seguir la evolución de estos créditos, pero pertenecen a  las mayores economías del mundo. Estados Unidos y China cuentan con sus propios mercados, al igual que Reino Unido.

También Europa, aunque el mercado de emisiones ha sufrido los vaivenes y la volatilidad de la energía a causa de la guerra. 

Desde el comienzo del conflicto, a finales de febrero, el indicador del mercado marca un retroceso del 7 por ciento, aunque en el último año, en medio de la subida de precios energéticos y con el gas disparado, se ha disparado más de un 60 por ciento.

Los ETFs bajos en carbono, de capa caída

La crisis energética, curiosamente, está haciendo perder valor a los productos especializados en emisiones de carbono.

El ETF de Blackrock iShares MSCI ACWI Low Carbon Target, uno de los mayores del mundo con más de 1.000 millones de dólares en activos, y que cuenta con exposición a acciones de todo el mundo con menor dependencia de los combustibles fósiles, ha caído un 13 por ciento.

Otro ETF similar, Vectors Low Carbon Energy, de la gestora VanEck, eleva las caídas en lo que llevamos de año hasta superar el 20 por ciento. Ambos, sin embargo, han ofrecido rentabilidades positivas en los últimos ejercicios.

Y eso no solo favorece a los productos de carbono, también a otras especialidades, como la inversión en empresas y proyectos para impulsar la captura de carbono.

Por el momento, no obstante, es una inversión más a medio plazo, dado que muchas de estas tecnologías todavía están por desarrollar, pero son ya hay importantes pesos pesados por detrás.

Desde Elon Musk, dueño de Tesla, hasta Bill Gates, fundador de Microsoft, han mostrado interés en la captura de carbono, e incluso las Big Tech de Wall Street fundaron la plataforma Stripe, un holding para financiar una tecnología clave para descarbonizar la economía.

Ahora en portada