Evento ASEAFI. La transformación ESG de la industria de la inversión

La regulación, los retos y las oportunidades de la ESG centraron el debate del evento 'Green Evolution', organizado por la Asociación Española de Asesoramiento Financiero (ASEAFI)

La sostenibilidad y la inversión responsable están revolucionando el universo de la industria de la gestión de activos.

Varias gestoras y consultoras se dieron cita en el evento ‘Green Evolution’, organizado por la Asociación Española de Asesoramiento Financiero (Aseafi), para analizar las claves de en qué punto se encuentra, y hacia dónde va, la inversión ESG.

La jornada fue inaugurada y clausurada por del presidente de la organización, Fernando Ibáñez, que estuvo acompañado por José Miguel Maté, vicepresidente de EFPA.

Fernando Ibánez, presidente de ASEAFI, y José Miguel Maté, vicepresidente de EFPA, durante su intervención

Maté no pudo evitar hacer referencia a los retos que está poniendo de relieve la guerra en Ucrania y la dependencia energética europea de Rusia. «Estos momentos hacen que los temas ESG sean más importantes. Esperemos que sirva como acelerador de los cambios de la transición energética», señaló durante su intervención.

Las cifras de la revolución verde

A medida que las finanzas sostenibles han ido impregnando el sector financiero, la mayor parte de los operadores están adhiriéndose cada vez más a los estándares globales de sostenibilidad.

“Hay una auténtica revolución en el mundo de las finanzas verdes”, dijo Mario Delgado, socio de regulación financiera en EY, para dar comienzo a la primera ponencia del evento, centrada en el papel de las distintas normativas europeas.

Algunas cifras constatan esta revolución. 2021 cerró con un flujo de capital en Europa hacia productos ESG de 1,5 billones de euros, según datos de la ESMA, el regulador que aglutina a las CNMV europeas. En emisiones de deuda sostenible se alcanzó, por su parte, la redonda cifra del billón de euros.

“El flujo de inversiones es superior al stock, lo que indica que va a seguir creciendo”, apuntó Mario Delgado. La prima de sostenibilidad, conocida como ‘greenium’, propiciará que “estos productos se estabilicen”.

La divulgación, la gran aliada

La pujanza de las inversiones sostenibles tiene detrás varios factores. Uno de ellos, es la aplicación de la normativa SFDR, el Reglamento de Divulgación europeo. Se trata de una regulación centrada en ofrecer una mayor transparencia de los productos financieros ESG. 

En España, el patrimonio de los fondos clasificados como artículo 8 y 9, las categorías sostenibles que indica el SFDR, superaron los 65.000 millones de euros a finales del año pasado, según datos de Inverco.

Pese al amplio volumen de inversiones enfocadas en la sostenibilidad, la implementación del SFDR plantea ciertos retos. “Ha sido una implantación bastante desigual en los primeros meses”, reconoció Javier Ybarra, director de Risk Compliance y Sostenibilidad en EY.

Al Reglamento de Divulgación se han unido otras normativas, entre las que se incluyen la Taxonomía verde de la Unión Europea, o la reforma de MIFID II, que convierte agosto en un mes clave.

Según Javier Ybarra, todo girará en torno a tres cuestiones. Por un lado, en que, a futuro, los fondos sostenibles englobados dentro del artículo 8, podrían convertirse en un nuevo estándar.

Por otro lado, la “armonización de todo el ámbito de reporte” de las compañías; indispensable en la divulgación ESG. Y por último, el seguimiento de todos los productos sostenibles, con un interés especial en el ámbito de los índices.

La regulación genera tantas oportunidades como retos, por ejemplo, la disparidad de criterios entre los países a la hora de fijar que es un fondo sostenible.

En agosto también entrarán en vigor los test de idoneidad que acompañan a las nuevas directrices de la normativa Mifid II. Es ahí donde los gestores tendrán que integrar los factores ESG.

“La divulgación, la relación con el cliente, cómo vamos a operar, y qué vamos a hacer si se materializa una incidencia adversa, todo eso debemos incorporarlo en los test de idoneidad”, dijo Javier Ybarra.

“La información es uno de los grandes retos, y la ‘disclosure’ va a posibilitar una mayor comprensión”, anticipó el experto. Solo falta por dilucidar la posición de las pequeñas y medianas empresas, que no cotizan en bolsa, lo que genera una “dificultad” añadida, pero también una oportunidad: el acercamiento y acompañamiento de esas empresas en su transición hacia ESG.

Dificultades en la integración

La integración de la ESG ha provocado también una serie de dificultades, especialmente para los clientes. “La primera, el lenguaje que se utilizaba, y también el cumplimiento normativo, que es un aliado, pero la forma en la que se ha organizado puede generar más dificultad”, explicó Esther Colomer, consultora ESG en Ética Capital.

Hay, además, “cierta resistencia” por parte de los gestores en cuanto al factor rentabilidad. Otra de las grandes preguntas gira en torno a los riesgos que perciben los clientes.

“A la hora de seleccionar, no solo tenemos en cuenta los productos, sino toda la estrategia que hay detrás a nivel de gestoras, y si congenia con lo que busca el cliente”, dijo Esther Colomer.

Para ello, las entidades se han puesto en marcha para tener sus propios criterios. “Tenemos una metodología objetiva, que cubre alrededor de 500 variables, recopiladas con métodos y controles de calidad para que puedan ser comparables y trazables”, apuntó Pedro Santuy, proposition sales en Investment Banking Refinitv.

Esta entidad, parte del grupo Thomson Reuters, ha desarrollado una herramienta de contribución para que los datos sean cada vez más transparentes.

“Te permite tres formas de desglose, compañía a compañía, y acceso a 500 puntos de información, que hace que el cliente tenga acceso a los datos finales”, detalló Pedro Santuy.

Oferta: claves para ir de la mano de la regulación

Con todo, el aluvión normativo ha traído la proliferación de productos de inversión sostenibles. Ese auge de la oferta plantea algunos interrogantes para las gestoras, a los que se dio respuesta en la tercera ponencia de las jornadas, moderada por Marta Olavarría, consultora D4Suite y directora de programas de formación ESG en el IEB.

Eduardo Ripollés, director de negocio institucional y ventas de Mapfre AM, explicó que la gestora de la aseguradora española ha optado por una postura prudente. “Hemos querido ir con un camino ordenado. Hay que ser consecuentes porque, si nos saltamos etapas, vamos a generar desconfianza”, afirmó el experto.

“La regulación te da unos procesos para que puedas justificar lo que haces. Es un reto importante para las gestoras, sobre todo para no dar pasos atrás”, apostilló, por su parte, Carlos Capela, director de distribución para España, Portugal y Andorra de Federated Hermes.

Esta entidad gestiona cuatro de los nueve productos artículo 9 que se comercializan en España, tras un “esfuerzo muy importante” para ofrecer los datos de todos esos fondos.

La gestora de activos del Grupo Mapfre, con 40.000 millones de euros en activos, solo cuenta con dos productos ESG porque prefieren ser cautos hasta que la regulación esté totalmente definida.

Cuestionada sobre si la escasez de productos puede complicar la creación de carteras diversificadas, Georgina Sierra, responsable de estrategias de inversión en Diverinvest EAF, confirmó que ahora mismo construir una cartera en base a los artículos 8 y 9 es “complicado”, aunque confía en que la situación se revertirá.

“Es cierto que hay prudencia, pero cada vez va más deprisa. Ha metido un acelerón importante”, detalló.

¿Y los clientes?

Y la gran pregunta. ¿Qué buscan los clientes? La respuesta es sencilla: necesitan asesoramiento para saber qué rumbo deben tomar sus inversiones. “Se trata de un tema de enfocar al cliente, en la forma de preguntarle se puede recabar mucha información sin ser apabullante”, dijo Georgina Sierra.

Con el binomio rentabilidad-ESG como principal objetivo, se trata de profundizar en la educación financiera de los clientes. Pero no de cualquier forma. “Esta avalancha [de información] es digerible para el cliente final, pero la labor de las gestoras es fundamental”, dijo Eduardo Ripollés.

“Todos conocemos escándalos corporativos que han destrozado empresas. Ese análisis ESG es el que te puede ayudar a evitar las inversiones problemáticas al establecer ‘banderas rojas’”, continuó Carlos Capela.

Y, ¿cómo se consigue que los clientes se adhieran a la ESG? “Por mucho que seamos técnicos, hay un cliente al que le gustan las cosas sencillas. Esa es la forma de educarlo”, afirmó Georgina Sierra.

Una tesis en la que coincidieron el resto de expertos. “Nosotros como gestoras sí tenemos que formarnos técnicamente. Tenemos informes de transparencia, recomendaciones de voto… todos esos los tenemos que cumplir”, recordó Eduardo Ripollés.

“Si lo aterrizas a cosas comunes, a los clientes les va a interesar más estos temas que cosas como hacia dónde va el PIB estadounidense”, concluyó, por su parte, Carlos Capela.

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