El bono de moda se resiste a la ESG

Los fondos especializados en bonos ligados a la inflación son unos de los más favorecidos por el actual panorama macro. Pero los sostenibles son muy escasos

La inflación es uno de los términos financieros que más resuenan en el último año. Su persistencia y los altos niveles en los que se mueve infunden temor entre buena parte de los inversores. Genera, sin embargo, alternativas que ofrecen rentabilidad.

Los bonos ligados a la inflación están triunfando en el contexto actual, siendo uno de los productos de renta fija que mejor está esquivando la inflación prolongada.

Gestoras de activos como Vanguard y MFS IM, en Estados Unidos, y AXA IM y Degroof Petercam, en Europa, controlan los fondos especializados en este tipo de productos con mejor evolución en doce meses. Pero su asignatura pendiente es la sostenibilidad. Solo uno de los productos analizados contaría con mandato ESG.

Estados Unidos bate a la zona euro

Existen muchas diferencias entre estos productos. La primera, en términos de rentabilidad, siendo los bonos ligados a la inflación estadounidense los que se están comportando mejor.

Meridian Funds Inflation Adjusted Bond Fund, el fondo que controla MFS IM, ha ofrecido un retorno del 8 por ciento en el último año. Vanguard U.S. Treasury Inflation-Protected Securities Index Fund Select, gestionado por Vanguard, ha obtenido un 5 por ciento en el mismo periodo, cinco veces más que el uno por ciento de rentabilidad que han ofrecido sus pares europeos.

Entre las mayores posiciones, MFS IM apuesta por bonos a 10 y 20 años como sus opciones preferidas, lo que supone un enfoque a largo plazo. Su vencimiento efectivo promedio es de algo más de 8 años, según detallan en la gestora, mientras que la calidad crediticia de sus activos cuenta con la nota más alta, AAA, en función de las métricas de calificación de proveedores como Moody’s, S&P y Fitch.

El fondo, no obstante, está clasificado como artículo 6 según el Reglamento de Divulgación (SFDR) europeo, que indica que no es ni tiene objetivo de ser etiquetado como producto sostenible. 

Tampoco tiene características ESG el fondo de Vanguard, que, por su parte, tiene un horizonte a medio plazo, según explican los gestores del fondo.

Algo que se refleja en la composición de activos: los bonos de 1 a 5 años representan casi la mitad de la cartera, mientras que los que se encuadran en un periodo de 5 a 10 años son la segunda mayor posición con un 30 por ciento del total. 

Con más de 40 millones de dólares en activos, al cierre del pasado marzo, se trata de un fondo con enfoque minorista, ya que cuenta con una aportación mínima de 3.000 dólares.

Solo un producto orientado a ESG 

AXA IM gestiona el único fondo de bonos ligados a la inflación, World Funds – Euro Inflation Bonds A Distribution, que cuenta con mandato ESG.

“Teniendo en cuenta la estrategia de inversión y el perfil de riesgo del subfondo, se espera que la probabilidad de impacto de los riesgos de sostenibilidad sobre la rentabilidad del subfondo sea media”, detallan los analistas de la gestora francesa.

Entre las mayores posiciones, los bonos soberanos de Francia ocupan más de un 10 por ciento de la cartera, mientras que la segunda opción con más peso, los bonos de Alemania, representan algo más del 9 por ciento. Italia, por su parte, más de un 4 por ciento.

Degroof Petercam, por su parte, tiene una política de inversión similar. Mientras los bonos italianos ocupan más de un 15 por ciento, situándose entre las cinco mayores posiciones, la exposición a los bonos soberanos de Francia representa más del 20 por ciento. Alemania, referencia en la renta fija europea, no aparece entre los activos con más peso.

Las rentabilidades de ambos fondos, en cualquier caso, se ha teñido de rojo con la entrada de 2022, aunque siguen representando ganancias por encima del 1 por ciento en los últimos 12 meses.

La inflación genera prudencia

Las entidades de la industria de la gestión de activos están optando por mantener la calma ante la amenaza de la inflación.

“Seguimos siendo prudentes”, explican los analistas de Plenisfer Investments, que forma parte de Generali Investments. “Algunas tendencias de larga duración, como la crisis energética, respaldan un riesgo de inflación elevada y de manera persistente. La crisis de Ucrania ha acelerado ciertas dinámicas, generando una inflación estructuralmente más alta”, detallan.

“En renta fija, creemos que los actuales niveles de valoración seguirán siendo un problema, en un contexto caracterizado por la subida de tipos y la ralentización del crecimiento económico”, subrayan los expertos.

“En cualquiera de los escenarios, parece lógico pensar que las valoraciones actuales no recogen adecuadamente los riesgos a los que nos enfrentamos”, explica, por su parte, Ignacio Fuertes, gestor de Rentamarkets Sequoia, una de las entidades que sí está optando en los últimos tiempos por bonos ligados a la inflación. 

“Para ello miramos más allá de la valoración, que sin duda es muy importante, pero no infalible a la hora de conseguir nuestros objetivos”, asegura el experto.

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