Los préstamos ESG superan a los de los combustibles fósiles

Por primera vez, se recaudó más dinero en los mercados de deuda ESG que para empresas de combustibles fósiles. Pero hay una trampa.

la ESG

En 2022, por primera vez en la historia, se recaudó más dinero en los mercados de deuda para proyectos ESG que para empresas de combustibles fósiles.

El problema, como ya explicó Social Investor en relación con la industria del carbón, es que eso no implica que las grandes empresas contaminantes se quedaran sin acceso a financiación.

El año pasado se concedieron alrededor de 580.000 millones de dólares para energías renovables y otras empresas responsables con el medio ambiente, mientras que las industrias del petróleo, el gas y el carbón recurrieron a prestamistas y suscriptores para obtener cerca de 530.000 millones de dólares, según datos recopilados por Bloomberg.

Pero esto no quiere decir que la financiación verde esté ganando finalmente la partida a los préstamos para combustibles fósiles. Más bien parece que las grandes petroleras están obteniendo más dinero de otras fuentes.

Las empresas de combustibles fósiles abren nuevos caminos

De acuerdo a las palabras de April Merleaux, directora de investigación de la organización medioambiental sin ánimo de lucro Rainforest Action Network, los elevados precios del petróleo del año pasado probablemente liberaron a las empresas energéticas de su dependencia de los mercados de capitales.

«También estamos viendo cómo las empresas de combustibles fósiles recurren a fuentes de capital menos tradicionales, como el capital riesgo, que nos resulta mucho más difícil de rastrear», explicó Merleaux.

Un telón de fondo con el que la experta apuntó que «es difícil afirmar con seguridad que haya una nueva tendencia en los mercados de préstamos que se prolongue hasta 2023″.

La gran pregunta para las empresas de petróleo, gas y carbón, no obstante, es cómo piensan utilizar sus balances para hacer la transición a la energía limpia, dijo Merleaux.

Y es que, en la actualidad, muchas de ellas dicen que planean ampliar la producción de combustibles fósiles ahora, y descarbonizar más tarde, explicó la directiva. «Es una lógica falsa, y no es lo que recomienda la Agencia Internacional de la Energía (AIE)», afirmó.

El papel de los bancos en la financiación de combustibles fósiles

Por lo que se refiere a los bancos encargados de financiar o bien proyectos renovables, o de combustibles fósiles, Merleaux señaló que estos «saben lo que hay que hacer, pero aún no vemos pruebas de que estén realmente dispuestos a cumplir sus objetivos de reducción de emisiones«.

Y esto, a pesar de que actualmente los banqueros obtienen muchos más ingresos de la venta de bonos y préstamos ecológicos.

Tanto es así que en 2022 se embolsaron unos 3.300 millones de dólares en comisiones por este tipo de operaciones, cifra superior a los 2.500 millones obtenidos por alinear bonos y préstamos para los sectores energéticos más contaminantes, de acuerdo a los datos de Bloomberg.

Credit Agricole, BNP Paribas y Bank of America fueron los principales proveedores de bonos y préstamos verdes el año pasado, según datos de Bloomberg, mientras que RBC Capital Markets, Wells Fargo y JPMorgan Chase fueron los principales proveedores de la industria de los combustibles fósiles.

Sin embargo, si se observa el panorama en su conjunto, es evidente que Wall Street y sus hermanos siguen dedicados a financiar a las empresas más responsables del calentamiento global.

Desde que se anunció el acuerdo climático de París en 2015, los bancos han recaudado casi 4,6 billones de dólares para empresas petroleras, de gas y carbón. Una cifra que dobla los 2,3 billones de dólares reunidos por préstamos y ventas de bonos verdes.

Pero esos grandes bancos petroleros como JP Morgan, por ejemplo, juran tener ambiciones climáticas en sus horizontes, y se están expandiendo.

El compromiso de JP Morgan con la financiación ESG

El mes pasado, el banco de inversión neoyorquino JP Morgan anunció nuevos objetivos de reducción de emisiones para aerolíneas, fabricantes de cemento y empresas siderúrgicas.

Un compromiso que se sumó al primer conjunto de objetivos de JP Morgan, que se centraba en los sectores del petróleo y el gas, la energía eléctrica y la fabricación de automóviles.

Según la entidad financiera, los seis sectores cubiertos ahora por sus objetivos de reducción representan la mayor parte de las emisiones mundiales. Y con ello, el banco indica que los nuevos objetivos pretenden alinearse con el escenario cero de la AIE para 2050.

Unas afirmaciones por parte del banco que provocaron reacciones desiguales entre los activistas climáticos.

Porque a ojos de Lucie Pinson, directora de la organización medioambiental sin ánimo de lucro Reclaim Finance, aunque la adopción de objetivos sectoriales adicionales es «muy positiva», los compromisos de JPMorgan con el petróleo y el gas implica que el banco no ha hecho hasta ahora «nada para cambiar su apoyo inquebrantable» a la industria de los combustibles fósiles.

«El jurado aún no ha decidido cuál será el impacto material de estos nuevos objetivos para el cemento y el acero«, aseguró Pinson.

Merleaux y otros activistas también cuestionaron la decisión de JPMorgan de centrarse en reducir la intensidad de carbono de su cartera de financiación, en lugar de comprometerse a reducir las emisiones absolutas.

Principalmente, porque esta premisa contradice la opinión de un grupo de expertos designado por Naciones Unidas, según el cual las empresas e instituciones financieras deberían centrarse en reducir las emisiones absolutas a la hora de fijar objetivos de emisiones netas cero.

JPMorgan, no obstante, respondió afirmando que las métricas basadas en la intensidad son la forma más «útil para la toma de decisiones a la hora de evaluar el progreso de los clientes frente a los escenarios climáticos».

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