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Pobreza y consumo energético: una relación menos clara de lo que parece

Un estudio de la Universidad de Stanford refleja cómo millones de personas podrían salir de la pobreza sin que esto requiera aumentar el consumo mundial de energía

Miles de millones de personas podrían salir de la pobreza sin que con ello aumentase el consumo mundial de energía, según un nuevo estudio publicado por la Universidad de Stanford y que tiene profundas implicaciones en la visión sobre el cambio climático.

Los investigadores estudiaron cómo la salud y el bienestar de las personas mejoraron en unos 140 países a medida que aumentaba el consumo de energía per cápita.

El estudio, publicado en la revista Ecosphere, de la Ecological Society of America, reveló que en la mayoría de los indicadores clave, como la esperanza de vida, el suministro de alimentos, la mortalidad infantil y el acceso a la Sanidad, la vida de las personas mejoraba sustancialmente cuando usaban más energía, pero solo hasta cierto punto.

Las diferencias entre países

Las mejoras se estancaron antes de que el uso de energía alcanzara el promedio de consumo global de 79 gigajulios por persona al año. En otras palabras, el promedio mundial es más que suficiente para brindar una vida digna.

Los autores del estudio concluyeron que el total de consumo global de energía en la actualidad, si se redistribuyera equitativamente, sería suficiente para permitir que todas las personas tengan una vida saludable y próspera.

Por supuesto, dicha redistribución no ocurrirá en un mundo de continuos cambios. Por ejemplo, el consumo promedio de energía en Estados Unidos es de 284 gigajulios, en gran parte debido al mayor uso de automóviles y aviones entre los estadounidenses.

Por el contrario, el consumo anual de energía por persona en Senegal es de unos 12 gigajulios. No obstante, el estudio ofrece una esperanzadora recomendación para la lucha climática.

La transición ecológica, punto clave

A medida que los países pasan de los combustibles fósiles a la energía renovable, no es necesario proporcionar el nivel de consumo de energía de Estados Unidos a todo el mundo, de acuerdo con el autor principal del estudio, Robert Jackson.

Incluso, según Jackson, Estados Unidos puede reducir su uso de energía por persona sin sacrificar la salud ni el bienestar.

“Creemos que podemos salir del problema climático; necesitamos construir cosas, como autos eléctricos y energía solar”, señaló Jackson. “¿Pero podemos construir menos?”.

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