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La energía solar se tambalea cuando el planeta más la necesita

Algunos fabricantes ya piden a sus clientes que retrasen los pedidos ante la subida del precio de las materias primas.

Están surgiendo fisuras en la industria solar a escala mundial, que amenazan con aplanar la trayectoria de crecimiento en un momento en el que el mundo necesita energía limpia más que nunca.

El sector se está topando con un aluvión de obstáculos, a la vista del incremento de los costes de los materiales, las acusaciones sobre mano de obra forzada y el deterioro de la guerra comercial: múltiples crisis a la vez.

Como consecuencia, los precios de los paneles están subiendo por primera vez en años, y algunos fabricantes ya han pedido a los compradores que, si pueden, retrasen las compras. Y si bien las instalaciones anuales siguen incrementándose, Wall Street ha advertido que el ritmo de expansión puede ralentizarse bruscamente si todas estas barreras no se controlan.

«Las perturbaciones que ha sufrido el sistema en los últimos dos o tres meses apenas tienen precedentes», ha comentado Jenny Chase, analista de BloombergNEF. «Tenemos que llegar a la red cero lo antes posible, y para ello necesitamos mucha energía solar y eólica. No vamos por buen camino; tenemos que reforzar todo este tema de forma drástica.»

Puede que todos estos contratiempos sean únicamente temporales, ya que se prevé que los retrasos en las instalaciones se resuelvan en gran medida a finales de 2022, cuando las nuevas fábricas solares contribuyan a aliviar los problemas de la cadena de suministro. Pero cualquier obstáculo en el desarrollo del sector tendrá efectos duraderos, ya que las emisiones de los combustibles fósiles que en su lugar se quemen atraparán el calor en la atmósfera durante décadas.

En 2020, la energía solar solo ha supuesto el 3,3 por ciento de la electricidad mundial. BloombergNEF estima que, para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, el mundo tendrá que sumar 455 gigavatios de energía solar cada año hasta 2030. El año pasado fue de récord y apenas se añadieron 144 gigavatios.

Estos últimos altibajos se producen justo antes de que arranquen las conversaciones sobre el clima de la COP26 de Naciones Unidas previstas para finales de este mes y consideradas por muchos como un esfuerzo crucial, y quizá último, para frenar el calentamiento global.

Un giro total en lo que llevamos de año

A principios de año, la energía solar invitaba al optimismo. La llegada de Joe Biden a la presidencia, el compromiso de China de alcanzar el nivel cero en 2060 y el Pacto Verde Europeo suponían que, por primera vez, las tres economías principales respaldaban una transición energética al mismo tiempo.

Y gracias a décadas de minucioso trabajo de investigadores y empresas, en la actualidad, la energía solar puede producir energía más barata que los combustibles fósiles en la mayor parte del mundo. Incluso el talón de Aquiles de esta tecnología, ya sabemos que el sol no siempre brilla, estaba en vías de resolverse gracias a las mejoras en las baterías.

El culpable es el polisilicio, que ha cuadruplicado sus precios desde mediados de 2020

La demanda ha cumplido su parte. Pero la cadena de suministro no ha estado a la altura. La mayor parte de la culpa la tiene el polisilicio, un material ultraconductor que se refina en fábricas, sobre todo en China, mediante productos químicos cáusticos y grandes cantidades de energía, en su mayoría derivada del carbón. Y como la demanda de producción de paneles es tan potente, no hay suficiente para todos.

Ya en enero, el analista de BOCI Research, Tony Fei, advirtió que las fábricas de polisilicio únicamente podrían fabricar suficiente material para 170 gigavatios de paneles, mucho menos de lo que pedían algunas de las estimaciones más optimistas. Su previsión fue acertada, y los precios del polisilicio se cuadruplicaron desde mediados de 2020 hasta mediados de 2021.

Ahora, la escasez de carbón ha reducido el suministro del metal utilizado para fabricar polisilicio, lo que ha dado lugar a un incremento de precios. El aumento de los costes del acero, el aluminio y el transporte también ha repercutido, y los precios de los paneles solares van camino de su primera subida anual desde 2013. Todas estas barreras empiezan a aparecer en las previsiones de los analistas.

Las empresas del sector están viendo cómo los analistas advierten de la merma de ingresos en 2022

Guggenheim Securities acaba de retirar su calificación de compra respecto de cuatro valores solares y menciona los riesgos cada vez mayores de cara a obtener ingresos en 2022 que, según se afirma, aún no se reflejan en las estimaciones de consenso. A principios de este mes, Daiwa Capital Markets rebajó su previsión de instalaciones para 2021 en 15 gigavatios, energía limpia más que suficiente para abastecer a todos los hogares de Nueva Jersey, demorándose toda esa capacidad hasta el próximo año.

Tanto Morgan Stanley, como Citigroup, han advertido sobre la demanda de paneles a corto plazo en China, el mayor mercado solar del mundo, mientras que en Estados Unidos el ritmo de instalaciones crecerá solo un 3,2 por ciento el próximo año, tras un salto del 58 por ciento en 2021, indica BloombergNEF.

«Creemos que los gastos en insumos están empezando a repercutir en el calendario de proyectos de 2022» exponían Joseph Osha y Hilary Cauley, analistas de Guggenheim, en una nota de investigación. Ante el incremento de los costes, «aquellos proyectos que cuando se firmaron los contratos apenas arrojaban ganancias marginales, son ahora inviables.»

El papel de China

El polisilicio también es protagonista de una segunda controversia. Prácticamente la mitad del suministro mundial se fabrica en Xinjiang, una región del oeste de China que se enfrenta a acusaciones de trabajos forzados y abusos contra los derechos humanos de la población musulmana uigur.

Toda esta situación tuvo sus consecuencia para la industria de la energía solar en junio, cuando la administración Biden bloqueó las importaciones de materiales fabricados por Hoshine Silicon Industry, que suministra materia prima a varios fabricantes de polisilicio. Los agentes de aduanas de Estados Unidos no tardaron en emitir órdenes de retención (en inglés, WRO) para parar los paneles solares procedentes de China en la frontera, un tema que no se ha resuelto en los meses siguientes.

Las acusaciones de violación de derechos humanos complican las importaciones desde el gigante asiático

«Hay mucha incertidumbre en el sector ya que se desconoce hasta qué punto será, o está siendo, rigurosa la aplicación de la orden», ha comentado Kelsey Goss, analista de investigación de Wood Mackenzie, especializada en la cadena de suministro y tecnología solar mundial.

Poco después de estas primeras prohibiciones, se abrió una segunda fisura comercial entre China y Estados Unidos cuando un grupo de empresas solares no identificadas recurrió a la Administración Biden para que extendiera los aranceles antidumping de la era Obama sobre los paneles solares chinos a los fabricados por empresas de propiedad china en Tailandia, Malasia y Vietnam, países en los que Estados Unidos obtiene casi el 80 por ciento de sus paneles.

El Departamento de Comercio de EE.UU. aún no ha decidido si va a ahondar en esta petición, pero la mera amenaza ha provocado que algunas empresas hayan dejado de enviar paneles a EE.UU., con arreglo al grupo comercial Solar Energy Industries Association. «Ha supuesto un enfriamiento inmediato del mercado», comenta George Hershman, presidente de Swinerton Renewable Energy. «Los fabricantes han optado por retener los pedidos sin más.»

Los cinco principales fabricantes de paneles de China, que representan alrededor de la mitad del suministro mundial, pidieron el mes pasado a los clientes en una carta abierta que retrasaran las compras para evitar una carnicería en la cadena de suministro. En la actualidad, algunas compañías de construcción solar de Estados Unidos han comenzado a enviar a sus trabajadores a casa porque no hay paneles disponibles, según Roth Capital Partners.

«Es una época de locos. Nunca antes habíamos estado ante tantas variables: la inflación, la política, los costes de envío», ha comentado Jeff Osborne, analista de investigación senior de Cowen.

A pesar de las materias primas, los paneles solares son más baratos ahora en que 2018

Obviamente no todo lo que gira en torno a la energía solar es pesimista. Incluso con los incrementos de precios, los paneles solares siguen siendo más baratos ahora que en octubre de 2018, y las plantas siguen aumentando. Las nuevas fábricas de polisilicio y el posible fin de la escasez de energía en China prometen una bajada de precios a más tardar en 2023. E incluso en mitad de todo este alboroto, las compañías solares han seguido mejorando su tecnología y eficiencia de fabricación este año y prometen mejoras de costes continuadas en el futuro.

A todo ello se suma que el principal competidor de la energía solar, el combustible fósil, está inmerso en sus propios problemas de suministro que han situado los precios del carbón y el gas natural en niveles récord. Sin embargo, todo ello no supone un especial alivio para instaladores como Gautam Das, de India, que hoy día trata de incrementar la capacidad solar.

Das, de 47 años, que dejó su trabajo como responsable de productos del Tesoro en Citibank India para poner en marcha el desarrollador solar Oorjan Cleantech en 2016, prevé que los ingresos se multipliquen por cinco este año. No obstante, se ha enfrentado a un contratiempo en esta última época, tras dispararse el precio de los módulos en India cerca de un 20 por ciento.

La compañía se ha visto afectada por los beneficios de algunos proyectos y ha compartido el incremento de los costes con clientes en otros. Para algunos desarrollos, comenta, no ha quedado más remedio que retrasar la instalación y esperar a que los precios bajen en unos meses, una mala noticia tanto para los clientes como para las emisiones en general.

«Como país, y como empresario, creo que contar con más energía solar es mejor y cuanto más rápido, mejor todavía», expone. «Pero, un salto del 20 por ciento en un mes supone una gran incertidumbre y un enorme obstáculo a la hora de optar por la energía solar.»

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