Santander vs BBVA. El derbi en sostenibilidad sube de temperatura

La pugna entre el Santander y BBVA encuentra un nuevo campo de batalla en la ESG. Los bancos que lideran Ana Botín y Carlos Torres compiten en financiación sostenible, descarbonización y rating

Los dos bancos españoles, el Banco Santander y el BBVA, presentan resultados anuales este miércoles y este jueves y más allá de los beneficios, la rentabilidad y la política de retribución, ambos se miden en el campo de la sostenibilidad.

Para los dos pesos pesados de la banca del IBEX, 2021 fue un año especialmente intenso en esta materia, al comprometerse a descarbonizar su cartera totalmente en 2050, fijar los primeros objetivos concretos en esa carrera, o el incremento de los objetivos de financiación sostenible; en este caso por parte del BBVA.

Tras quitarse uno al otro la iniciativa a lo largo del año –Santander AM fue la primera gestora en incorporarse a la Net Zero Asset Management, pero BBVA se le ha adelantado a la hora de presentar compromisos específicos para reducir su exposición a los sectores más contaminantes más allá del carbón-, el banco que preside Carlos Torres llega con ventaja en materia ESG a los resultados anuales.

El BBVA cuenta con mejores rating de sostenibilidad de MSCI y de Sustainalytics y, en la última revisión del Dow Jones Sustainability se mantiene por delante del Santander con 89 puntos frente a 85 y una calificación ‘gold’ frente a la ‘silver’ que luce el primer banco español (las dos mejoran respecto a la edición del año pasado).

El acelerón del Santander en los últimos doce meses (junto con Cellnex es la firma del IBEX que más mejora en doce meses) le ha permitido reducir distancias con su competidor. En la encuesta de S&P ha mejorado de 83 a 85 puntos; mientras que BBVA habría pasado de los 88 a los 89 puntos.

El segundo anunció este martes que, tras lograr una revisión a mejor de la nota inicialmente publicada por S&P en noviembre, arañó un punto más después de que la calificadora "volviera a evaluar la respuesta aportada por el banco, en concreto, en el apartado de estrategia fiscal, donde ha obtenido 100 puntos", señalaba en un comunicado.

Además, destacaba que con este paso se convertía en el banco más 'sostenible del mundo', compartiendo el primer puesto con KB Financial Group.

El salto más significativo del Santander en los últimos meses lo ha dado en la calificación de MSCI, en la que ha avanzado dos escalones en 2021, al pasar de una nota BBB a AA. No obstante, todavía tendría que avanzar otro más si quiere igualar al BBVA, que logra la nota más alta posible.

Doce meses de pugna y objetivos más ambiciosos

La competencia en el campo de la sostenibilidad de los dos pesos pesados españoles no es nueva, aunque ha ganado calor en los últimos meses, alentada por los preparativos de cara a la COP 26.

El pistoletazo de salida en esta última contienda lo podemos situar en febrero de 2018, cuando el BBVA se adelantó al Santander y presentó sus primeros compromisos en financiación sostenible.

Entonces, anunció que esperaba movilizar (con este verbo incluye los préstamos, pero también sus propias emisiones sostenibles u otras en las que pueda participar) hasta 100.000 millones de cara a 2025.

En verano de este año elevaba esa cifra hasta los 200.000 millones, después de que el ritmo de crecimiento de este tipo de soporte superara sus propias previsiones en un 44 por ciento (un 77 por ciento de esa financiación era verde y un 23 por ciento social).

El Santander se incorporó algo más tarde a esta carrera y presentó objetivos de financiación sostenible en julio de 2019, junto a otros compromisos de banca responsable.

Entonces se comprometió a movilizar 120.00 millones en financiación verde (no tendría en cuenta la social que sí computa en el caso del BBVA) entre 2019 y 2025; y en cada presentación de resultados va comunicación sus progresos, que influyen en la retribución variable de los ejecutivos.

Fuente: CNMV

Al cierre del primer semestre, el Santander ya había movilizado 51.200 millones en financiación verde (incluye project finance, préstamos sindicados, green bonds, capital finance, export finance, advisory, structuring y otros productos), lo que le colocaría en cerca de la mitad del objetivo en dos años.

Hasta 2030, su compromiso es llevar esa cifra hasta los 220.000 millones.

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