Los primeros deberes de Mapfre para ser net zero

Mapfre es la primera aseguradora española adscrita a la alianza net zero del sector, lo que ya la ha llevado a recibir las primeras críticas a su plan. Mapfre defiende su validez en SOCIAL INVESTOR

Mapfre se convirtió el pasado abril en la primera aseguradora española en unirse a la Net-Zero Insurance Alliance (NZIA), una alianza de empresas del sector, que asumen el compromisos de ser cero netas en emisiones en 2050. Es hermana de la Net Zero Banking Alliance, compuesta por bancos, o de la Net Zero Asset Managers, integrada por gestores de activos.

La compañía que preside Antonio Huertas reconoció al integrarse en la alianza que los compromisos adquiridos elevan “la exigencia de sostenibilidad” para alcanzar una huella de carbono neutral en las próximas décadas. Y su paso ya le ha llevado a recibir las primeras críticas sobre la validez de su ruta.

El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) publicó esta semana un informe en el que incluye “importantes carencias de información y objetivos” en la ruta hacia la descarbonización de Mapfre, argumentando que, por el momento, la compañía solo ha publicado la huella de carbono de su cartera de inversión, y “no se han planteado” objetivos intermedios.

Desde Mapfre declinaron realizar valoraciones concretas sobre el informe, pero reiteraron su hoja de ruta hacia el cero neto.

«Somos una empresa que cree en la transparencia como modelo de relación con los grupos de interés, y apreciamos que terceros independientes emitan sus valoraciones sobre los pasos que vamos dando, pero no hacemos comentarios públicos sobre los mismos», explican desde la aseguradora a SOCIAL INVESTOR.

En qué consisten los compromisos

Según explicó Mapfre en una nota de prensa, para lograr el net zero se deberán reducir “al máximo” las emisiones de gases de efecto invernadero y eliminar aquellas residuales que no se han podido reducir a través de proyectos de compensación.

Para ello, la aseguradora trabaja en establecer criterios de suscripción donde pueda haber un impacto significativo de emisiones, y definir compromisos para descarbonizar a sus clientes más relevantes. También en promover nuevos acuerdos que fomenten reducir la huella de carbono.

Los objetivos de la NZIA están alineados con los Acuerdos de París, que prevén limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados para este siglo. Desde Mapfre afirman ser “muy conscientes de la urgencia de transformar” los modelos económicos basados en el carbono. Apuntan, no obstante, que la transición energética tiene que ser “justa”.

Para el IIDMA, no obstante, el problema reside en la incertidumbre que genera la descarbonización del propio sector asegurador. “Desempeña un papel fundamental en el desarrollo de proyectos vinculados a combustibles fósiles”, explica Quentin Aubineau, abogado del organismo y uno de los autores del informe.

“Por ello, es esencial que se dejen de asegurar y financiar actividades económicas incompatibles con los Acuerdos de París”, explica este expertos.

Los pasos a dar por Mapfre

Para alinear su cartera con los objetivos climáticos, Mapfre debe, según el IIDMA, “dejar de asegurar y de invertir” en compañías de sectores vinculados a la explotación minera del carbón o de yacimientos de gas y petróleo.

Desde Mapfre, por su parte, apuntan a SOCIAL INVESTOR que su estrategia se basa en ayudar a las empresas “a transitar hacia modelos más sostenibles”. “Y si no cuentan con una estrategia clara para esa transformación, es cuando nosotros dejamos de asegurar una vez que concluyan los contratos”, explican desde la aseguradora.

Al mismo tiempo, aseguran que cada año van “elevando la exigencia” en la suscripción relacionada al carbón, tanto en extracción como en combustible de una actividad económica.

«Somos muy conscientes de la urgencia de transformar los modelos económicos basados en el carbono en otros más sostenibles, también aceptamos el compromiso que tenemos las empresas, especialmente las globales, de trabajar para hacerlo posible cuanto antes, pero sin perder de vista que la transición energética tiene que ser justa no solo para el planeta, también para las personas», insisten desde la aseguradora.

«Este tipo de actividades, en muchas regiones del planeta son el monocultivo del empleo», insisten desde Mapfre. «La transición energética tiene que ser progresiva y razonablemente rápida, pero también justa», valora la aseguradora a SOCIAL INVESTOR.

El impacto de las catástrofes climáticas

La exposición a fenómenos climáticos ya repercutió en las cuentas de Mapfre del año pasado. Al cierre del ejercicio, el grupo reconoció el deterioro provocado por las tormentas Uri, Volker y Bernd, o el impacto del huracán Ida. En el informe financiero las pérdidas se elevaron por encima de los 92 millones de euros.

En su informe anual, el IIDMA destaca la necesidad de eliminar “las excepciones” que permiten asegurar nuevos proyectos de centrales o minas de carbón. Por otra parte, también es aconsejable la publicación de una hoja de ruta que lleve a la reducción gradual de las exclusiones de empresas vinculadas a estas actividades.

Otro estudio reciente de la aseguradora Swiss Re cifró en 158.000 millones de euros las pérdidas para el sector relacionadas con catástrofes climáticas hasta 2040. Esto provocará un encarecimiento de los precios de aseguramiento de propiedades de entre un 33 y un 41 por ciento.

Un planteamiento que se une con lo que se conoce como riesgos de transición (incluye, por ejemplo, el impacto de los riesgos regulatorios), que es otro de los temas que genera incertidumbres alrededor del sector asegurador.

Desde Mapfre se muestran contentos con su capacidad de maniobra. «No nos preocupa puesto que venimos ocupándonos de ellos desde hace tiempo y forman parte de la estrategia de Mapfre», señalan desde la aseguradora.

“El negocio asegurador es muy prudente, y analizamos muy bien el riesgo de concentración de activos y los escenarios”, terminan.

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