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La COP 27 arranca con promesas de pago por el cambio climático

La COP 27 arrancó con la inclusión de un debate sobre la posibilidad de que las grandes potencias compensen a los países en vías de desarrollo por los daños sufridos a causa del cambio climático

COP 27

La COP 27, la cumbre climática que arrancó en Egipto, lo hizo con los ojos del mundo fijos en qué pactos acordarán los líderes mundiales para frenar el agravamiento de la emergencia climática.

Y al término de sus dos primeras jornadas, una de las novedades más destacables de la cumbre fue la apertura de las grandes potencias a pagar por el daño hecho en la aceleración del cambio climático.

Por primera vez en la historia de este evento internacional, la agenda de medidas a contemplar por las naciones participantes para cumplir con los objetivos climáticos, incluyó la posibilidad de indemnizar a los países en desarrollo por los daños que sufren a causa del cambio climático.

Esta opción de financiación, que la ONU contempla como una compensación por «pérdida y daño», implica el reconocimiento, por parte de las grandes potencias mundiales, de que sus niveles de emisiones provocan fenómenos meteorológicos extremos.

Unos fenómenos como el retroceso de los glaciares, la subida del nivel del mar, o la desertificación, que afectan a naciones como pueden ser aquellas situadas en pequeñas islas del Pacífico o el Caribe y que pierden terreno paulatinamente, o en zonas desérticas que ven como aumentan sus temperaturas.

Naciones que recibirían una compensación por parte de las principales economías globales, y que hasta esta edición de la COP, bloqueaban esta posibilidad.

Asociaciones como la Alianza de Estados de Pequeñas Islas, de hecho, señalaron al inicio de la cumbre que estas compensaciones deberían haberse debatido hace años, y denunciaron que los países ricos continúan utilizando combustibles fósiles que amenazan su supervivencia.

«Hacemos esta declaración solo unos días después de que el huracán Lisa lanzara su ataque sobre Belice, y solo unas semanas después de que el huracán Ian asolara Cuba […] la era de las pérdidas y los daños está sobre nosotros, y no tenemos elección, no podemos fingir que no está aquí», rezaba su comunicado.

La inclusión de la «pérdida y daño» pone el foco de la COP 27 en potencias como China y EEUU

A ojos del presidente de la COP 27, Sameh Shoukry, la inclusión de esta posibilidad de financiación en la agenda de conversaciones que mantendrán los líderes mundiales durante las próximas dos semanas, reflejaba «un sentimiento de solidaridad con las víctimas de las catástrofes climáticas.

En palabras del propio Shoukry, la inclusión de esta opción de compensación no implicará que se llegue a un acuerdo antes de 2024, pero un elemento importante para avanzar en su aprobación es que, según apuntó el mandatario egipcio, el debate girará en torno a la «cooperación y la facilitación» de las grandes potencias, y no en su «responsabilidad».

Curiosamente, asimismo, la nación responsable de emitir más gases invernadero por año, China, arrancó la COP 27 exigiendo que las potencias mundiales hicieran más por ayudar a los países en desarrollo.

Xie Zhenhua, el enviado especial de la nación asiática a la cumbre, aseguró que «esperaba que, esta vez, la conferencia responda a las demandas de los países en desarrollo en la medida de lo posible, ya que se celebra en Egipto, una nación en desarrollo».

Una reclamación que el presidente francés, Emmanuel Macron, le hizo a la propia China, al asegurar durante la conferencia que Estados Unidos, China y otras naciones ricas no europeas «deben pagar su parte» para ayudar a las naciones más pobres a hacer frente al cambio climático, según recogió la agencia de noticias AFP.

Los países de la Unión Europea, no obstante, no escaparon de las críticas por parte de diversos países en desarrollo.

Alemania, por ejemplo, fue acusada de utilizar al continente africano como «una gasolinera» con la que escapar de las garras del imperio energético ruso.

Y es que participantes de la cumbre como Mohamed Adow, un destacado activista y director del grupo de reflexión sobre energía y clima, Power Shift Africa, afirmó que avisaría al canciller alemán, Olaf Scholz, de que las naciones africanas «no aceptarán el colonialismo energético».

La COP 27, por tanto, se puso en marcha escenificando las distintas realidades que viven las diversas naciones soberanas del mundo, pero abriendo la puerta a una concesión por parte de las más ricas, de que deben contribuir a salvaguardar el futuro de las más necesitadas.

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