El mundo debe $226 billones. Una cifra que otorga mucho poder de influencia a quien la controla y el BCE y los inversores ESG comienzan a ponerlo en valor
El éxito de Francia en su primera emisión y el aumento del IPC en todo el mundo incrementa el atractivo de los bonos verdes ligados a la inflación, por lo que podrían llegar nuevas colocaciones