La deuda verde ligada a la inflación pide paso

El éxito de Francia en su primera emisión y el aumento del IPC en todo el mundo incrementa el atractivo de los bonos verdes ligados a la inflación, por lo que podrían llegar nuevas colocaciones

El mercado de renta fija es uno de los que más problemas está dando a los inversores este año. Los bruscos cambios en las expectativas de tipos de interés y la fuerte subida de la inflación está golpeando también a los bonos verdes, que no están especialmente mostrando una mayor resistencia que las emisiones tradicionales a la volatilidad.

Por ejemplo, el índice Global Green Bonds Corporate cede alrededor de un 13 por ciento este año, golpeado por las subidas en los intereses de la deuda y también porque las emisiones ‘verdes’ estarían perdiendo algunas de las ventajas de las que disfrutaban.

«Debido a la naturaleza menos líquida de los bonos “verdes”, han perdido parte de su “greenium”. Sin embargo, en el futuro, esperamos que la demanda se mantenga sólida y que el sector crezca», señala Ella Hoxha, cogestora del fondo Pictet Climate Government Bonds.

De hecho, a pesar de la volatilidad del mercado, los inversores sí han acogido positivamente algunas emisiones novedosas; como fue la colocación del primer bono verde soberano ligado a la inflación por parte de Francia.

El estado francés, que es uno de los que cuenta con una tradición más amplia en este tipo de emisiones, colocó a medianos del mes pasado 4.000 millones de euros en bonos ligados a la inflación en la Unión Europa. La demanda superó los 27.000 millones; una suscripción poco habitual este año.

El ejemplo de Francia podría ser copiado por otros estados ante su éxito

Con este nivel de éxito no se puede descartar que otros estados prueben este tipo de deuda, que pueden obligar a pagar intereses elevados en los picos de inflación, pero que se reducen cuando la inflación se mitiga.

«Cada país tiene sus políticas de financiación, pero qué duda cabe que agrupar el elemento verde con el vínculo a la inflación, hacen de este instrumento una referencia a analizar por parte de cualquier emisor, y, en este caso, de otros estados soberanos», valora Fernando García, director de Mercados de Capitales de Société Générale.

Si estamos realmente ante una crisis de deuda puntual podría ser una buena herramienta para diversificar que además responde a la preocupación de los inversores para ‘cubrir’ una parte de la cartera contra el impacto de la subida de precios.

En situaciones de alta volatilidad se buscan productos que limiten riesgos, como el bono verde francés

«En situación de alta volatilidad los inversores buscan productos que limiten sus riesgos. En este sentido, el hecho de ser un emisor soberano de altísima calidad crediticia, el elemento de inflación y el sello verde son elementos que ofrecen confianza a los inversores», enumera Fernando García.

Sin embargo, también existen visiones menos positivas sobre la posible multiplicación de este tipo de emisiones.

«Creemos que la emisión de Francia de 4.000 millones de euros en bonos verdes soberanos ligados a la inflación es un hecho puntual; una operación que se explica por el entorno de este país en cuanto a la financiación sostenible soberana, en la medida que se ha convertido en el mayor emisor bruto de bonos verdes soberanos y que trata de mantener su imagen y su reputación como país innovador en este ámbito», apunta Juan Carlos Villanueva, secretario general de OFISO.

«No debe pensarse por ello que pueda tener un efecto arrastre más allá de que algún otro país quiera aprovechar el impacto mediático o reputacional de esta operación», añade este experto. En la medida en que el mercado de deuda verde y sostenible se mantenga abierto, las emisiones continuarán sucediéndose sin recurrir de manera masiva a la inflación.

El incremento de los precios que se están viendo en Occidente están por encima de la rentabilidad de los bonos. En España, por ejemplo, el IPC general se ubica en el 8,7 por ciento, y la rentabilidad del bono a veinte años -sobre la que se han colocado las tres emisiones de deuda verde realizadas por el Tesoro- rondaría el 3,2 por ciento en el mercado.

Al igual que Francia, el programa de deuda tradicional indexada del Tesoro está ligada a la inflación europea. En concreto, al Índice de Precios de Consumo Armonizado ex –tabaco (IPC)para la zona euro. No está especialmente bajo; ya que en mayo alcanzó el 7,6 por ciento.

Deuda verde a analizar como la tradicional

Los inversores en deuda sostenible explican que cuando analizan en qué emisiones fijarse, realizan un análisis totalmente alineado con el que pondrían en marcha solo con las emisiones tradicionales.

«Los analizamos como en el caso de los convencionales, como con cualquier bono: cupón, liquidez y situación financiera del emisor», señala Ella Hoxha, cogestora del fondo Pictet Climate Government Bonds, aunque con el foco puesto en lo medioambiental.

«En la estrategia Pictet-Climate Government Bonds, el principal factor es la mejora en cambio climático del país emisor. Nuestro objetivo es mantener al menos 20 por ciento de peso deuda certificada sostenible de países que vienen reduciendo las emisiones de CO2 los últimos cuatro años», añade Hoxha.

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