El BCE dará prioridad a las empresas más verdes en sus compras de deuda

El BCE reinvertirá los importes de los vencimientos de sus programas de deuda corporativa primando a las compañías con mejor perfil medioambiental, entre las que considerará aquellas con los objetivos más ambiciosos

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)

El Banco Central Europeo (BCE) da pasos adelante en su estrategia climática. Este lunes ha concretado una serie de pasos con el objetivo de descarbonizar su cartera. Uno de los más relevantes es que comenzará a aplicar criterios climáticos en sus programas de compra de deuda corporativa.

En concreto, el BCE inclinará su política de emisiones recompensarán a los emisores con mejor perfil de sostenibilidad. Para ello, en la medida que vayan venciendo los bonos en cartera de su programa de compras de duda corporativa, las reinversiones primarán a los emisores con mejor perfil climático, de acuerdo con una serie de criterios.

«El mejor perfil climático se medirá en referencia a menores niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, objetivos más ambiciosos de reducción de carbono y mejor información sobre datos climáticos», precisa la institución presidida por Christine Lagarde.

El resultado de esta política provocará que la cartera de deuda del BCE se vaya inclinando hacia perfiles corporativos más sostenibles incrementando su peso.

«La inclinación significa que la proporción de activos en el balance del Eurosistema emitidos por empresas con un mejor desempeño climático aumentará en comparación con las empresas con un peor desempeño climático», puntualiza el BCE.

Este cambio comenzará a aplicarse a partir de octubre de este año y el BCE ampliará próximamente la información. Con este paso, la entidad no espera solo comenzar a descarbonizar su propia cartera, sino también forzar a las empresas a comprometerse con más fuerza en la lucha contra el cambio climático y también mejorar la calidad de sus datos.

Uno de los principales problemas que el BCE ha encontrado en los test de estrés climáticos a la banca que se publicarán este viernes es justo la baja calidad de los datos climáticos que controlan las entidades financieras.

El propio BCE comenzará a ofrecer datos sobre exposición climática de su cartera de deuda corporativa en el primer trimestre de 2023. No obstante, el organismo puntualiza que su actividad en este sentido estará siempre supeditada a sus objetivos de control de la inflación.

«El volumen de compras de bonos corporativos seguirá estando determinado únicamente por consideraciones de política monetaria y su papel en la consecución del objetivo de inflación del BCE», puntualiza en un comunicado.

El BCE incluye el clima en los colaterales

El BCE también modifica la política de colaterales para alinearla con la lucha contra el cambio climático y su intención es reducir el volumen de colaterales relacionados con empresas con volúmenes elevados de emisiones. Las reducciones primero se aplicarán a las empresas no financieras.

El estreno de esta medida será más lento, ya que el BCE se da de plazo hasta finales de 2024 para ponerla en marcha. Para ayudar a la banca a adaptarse, pondrá en marcha unos test previos.

Hará, sin embargo, otros cambios a corto plazo. «A partir de este año, se considerará los riesgos climáticos al revisar el descuento aplicado en los bonos corporativos utilizados como garantía», avanza.

Adelantándose la regulación en materia de difusión de datos de sostenibilidad, el BCE también avanza que, dentro de su programa de colaterales, solo admitirá emisiones de empresas que cumplan con la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD), «una vez que la directiva esté implementada», puntualiza.

Dado que la implementación del CSRD se ha retrasado, «se espera que los nuevos criterios de elegibilidad se apliquen a partir de 2026», puntualiza.

Por otra parte, el BCE ha instado este lunes a las agencias de rating a ser más transparentes con la incorporación de riesgos climáticos para asegurar que se puede hacer una evaluación correcta de los riesgos.

Por el momento, los bancos centrales integrados en el Eurosistema se han comprometido a desarrollar una serie de pautas comunes.

«El Eurosistema acordó un conjunto de estándares mínimos comunes sobre cómo los sistemas internos de evaluación crediticia de los bancos centrales nacionales deben incluir los riesgos relacionados con el clima en sus calificaciones. Estas normas entrarán en vigor a finales de 2024», avanza el BCE.

La actualización presentada este lunes por el BCE está ligada al plan de acción climática que el BCE presentó hace un año.

Responsabilidad compartida

A pesar del cada vez mayor compromiso público de los bancos centrales con el cambio climático, los expertos señalan que su capacidad de actuación es limitada y dejan en manos de los gobiernos el grueso de la responsabilidad.

«Aunque la medida del BCE es un paso en la dirección correcta, los bancos centrales no pueden hacer mucho para abordar el cambio climático dentro de su limitado mandato», señala Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes.

«Los gobiernos deben dirigir la transición verde,, haciendo uso de la normativa y los incentivos, coordinándose a nivel mundial para garantizar una acción coherente», añade esta experta.

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