Los bonos verdes rompen con doce meses en rojo

Los bonos verdes logran su primer mes de rentabilidad positiva en un año, apuntándose a la recuperación global del mercado de bonos

Los bonos verdes a nivel global se anotan su primer mes de rentabilidades positivas en un año. El índice MSCI Global Green Bonds, que incluye tanto deuda corporativa como soberana, se anota un 2,9 por ciento en 30 días y sale de la espiral de retornos negativos en la que se venía envuelto desde julio de 2021.

De acuerdo con Bloomberg, hasta el 27 de julio, además, la rentabilidad de la deuda verde superaba la de la deuda global en 0,8 puntos; ofreciendo un plus de rentabilidad a sus inversores.

Al igual que la deuda global, los bonos verdes comienzan a reivindicarse como alternativa de inversión, una vez que el mercado ha descontando fuertes subidas de los tipos de interés.

“El comienzo del mejor desempeño de los bonos verdes está vinculado a una mayor reducción de los diferenciales de crédito, así como los bonos gubernamentales y los vedes cuando con una mayor duración de media», explica a la agencia de noticias financieras Scott Freedman, gestor de Newton Investment Management.

Las emisiones de deuda verde, además, estarían comenzando a recuperarse tras el parón provocado por la guerra en Ucrania y las colocaciones volverían a ganar tamaño. Por ejemplo, SSE habría optado por incrementar el volumen en su última emisión ante el incremento de la demanda.

Más optimismo con la deuda

Independientemente del color de la emisión, cada vez son más los analistas que comienzan a recomendar fijarse en los bonos, puesto que la corrección que se ha visto habría incorporado ya las expectativas de tipos de interés

«Hay tres razones principales por las que los bonos son especialmente atractivos en este momento: las valoraciones (los niveles de rendimiento vuelven a ser atractivos y existe un buen potencial de rentabilidad); los bonos son un buen diversificador en períodos de incertidumbre y creemos que a medida que la inflación alcance su punto máximo y el crecimiento se ralentice, las subidas de tipos no serán tantas como actualmente descuentan los mercados de bonos», enumeran desde Schroders.

«Además de las atractivas rentabilidades potenciales, creemos que la preocupación por los riesgos a la baja del crecimiento podría pasar a primer plano, así como las ventajas de los bonos como activo diversificador frente a la renta variable. Los bonos son dignos de consideración para los inversores que buscan sortear las difíciles condiciones mundiales y obtener rentabilidad», añaden desde la gestora.

La deuda sostenible, además, está ensayando nuevas fórmulas y eso incrementa la oferta para los fondos especializados, que están creciendo en patrimonio.

Una de las emisiones más paradigmática de los últimos meses fueron los bonos ligados a la inflación de Francia. Un producto que tuvo muy buena acogida entre los inversores, pero que en este escenario está generando un sobrecoste relevante para los emisores.

La deuda ligada a objetivos de sostenibilidad, que permite a las compañías obtener mejoras en los tipos de interés en la medida que van cumpliendo objetivos ESG, es otro de los que está registrando más crecimiento.

De acuerdo con datos de OFISO, los bonos ligados a objetivos de sostenibilidad fueron los únicos que crecieron en el mundo durante el primer semestre; en concreto, un 33 por ciento, hasta los 42.616 millones.

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