La estrategia de Buffett falla con la ESG

Apostar por las grandes empresas, una de las estrategias clásicas de Warren Buffett, no implica tener mejor controlados los riesgos ESG

La estrategia del prestigioso inversor Warren Buffett no funciona a la perfección a la hora de incorporar los criterios ESG.

El fundador de Berkshire Hathaway acuñó el término ‘economic moat’, o foso económico, para describir a aquellas grandes empresas que tienen ventajas competitivas en relación a sus pares. Su tesis es invertir a largo plazo en ellas gracias a los beneficios más duraderos que presentan.

Sin embargo, este enfoque choca con el peso cada vez mayor que la sostenibilidad va ganando en las estrategias de inversión.

Mayor tamaño no garantiza mejor gestión

A pesar de que el flujo hacia los fondos ESG se vio reducido por la guerra de Ucrania y las perspectivas de subida de los tipos de interés, en el primer trimestre estos fondos lograron captar casi 97.000 millones de dólares, según datos de Morningstar. Esto eleva la cantidad total de activos a cerca de los 3 billones de dólares.

La mayor parte de estos fondos apuesta por empresas de gran tamaño debido a la brecha en el volumen de información ESG que divulgan respecto a las empresas de menor tamaño.

Sin embargo, esa preferencia no implica una mejor gestión de los riesgos asociados a la sostenibilidad, según detalla un informe reciente de Morningstar. 

Uno de los argumentos que pueden defender los inversores es que las empresas con mayores ventajas competitivas, las que Buffett denominó ‘wide-moat’, “podrían estar bajo menos presión para lograr resultados”, según Morningstar. Eso se basa en que la mayor competencia que tienen esas empresas las lleva a minimizar la cantidad de algunos recursos como energía y materias primas para poder “competir de manera efectiva”.

Sin embargo, según Morningstar los inversores que busquen apostar por estas empresas deben tener en cuenta que podrían verse obligados a ajustar sus procesos de inversión para incorporar los criterios ESG.

Otro de los argumentos a favor de la tesis de Buffet es que las mayores empresas tienen un mayor flujo de caja frente a sus competidoras más pequeñas, por lo que tienen más recursos financieros a su disponibilidad para hacer frente a los retos sostenibles.

Sin embargo, los analistas de Morningstar son concluyentes. “No encontramos evidencia de que las empresas ‘wide-moat’ estén gestionando los riesgos relacionados con la ESG mejor que sus competidoras de menor tamaño”, explican.

Menores riesgos 

El informe de Morningstar tiene en cuenta datos de su división de calificación sostenible, Sustainalytics, y se centra en el análisis sobre el potencial para gestionar los riesgos ESG entre empresas pequeñas y grandes.

Cuestiones como las emisiones de dióxido de carbono, los derechos humanos, el uso de la tierra y la biodiversidad forman parte de algunas de los 20 apartados sobre los que se basa el análisis de Sustainalytics. 

Así, elaboran un ratio de riesgos administrados de ESG, que da una idea de cómo se enfrentan las distintas empresas a la gestión de sus controversias. Las diferencias, en este apartado, no son significativas entre ‘wide-moat’ y empresas pequeñas, ya que ambas tienen una ratio de riesgo de en torno al 40 por ciento.

Una de las lecturas del informe es que, aunque las empresas grandes tienden a enfrentar riesgos ESG más bajos en promedio, no están superando a sus competidores más pequeñas en la gestión de los mismos. La explicación, según Morningstar, es que “la exposición inicial es más favorable” para las ‘wide-moat’.

Por otra parte, parece haber “pocas evidencias” de que estas empresas estén “haciendo más” para abordar sus controversias ESG más importantes. Es ahí cuando el enfoque de Buffett “parece proporcionar cierto nivel de protección inherente” contra los riesgos ESG, al buscar los retornos a largo plazo.

Ahora en portada