BNY Mellon: el mercado castiga (otra vez) el greenwashing

La multa impuesta por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) estadounidense por greenwashing provoca que las acciones de BNY Mellon registren fuertes pérdidas. Llega tras el caso de DWS

La millonaria multa impuesta a BNY Mellon por parte de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) revela que las prácticas de ‘greenwashing’ cada vez pesan más en la mente de los inversores.

El regulador estadounidense anunció el lunes una sanción de 1,5 millones de dólares a una de las divisiones del banco neoyorquino por no haber integrado los criterios ESG para evaluar una serie de fondos de inversión a lo largo de varios años, concretamente, entre julio de 2018 y septiembre del año pasado.

El castigo a BNY Mellon le está costando a media sesión de hoy una caída del 3 por ciento que se tradujo en pérdidas que superaron los 1.000 millones de dólares. La sanción llega justo antes de que la SEC revise la información exigida a la industria de la gestión de activos en materia de ESG.

Similar fue el episodio vivido por la gestora de Deutsche Bank (DWS) en agosto del año pasado y del que sus acciones aún no han logrado recuperarse.

Inversiones sin revisión de calidad ESG

La SEC atribuye la sanción a las “declaraciones erróneas” y la “omisión” de los criterios ESG en algunos fondos que BNY Mellon etiquetó como ‘sostenibles’.

También por no haber sometido a esas inversiones a una revisión de calidad ESG, pese a que el banco tenía la obligación de hacerlo al catalogar sus productos bajo etiquetas vinculadas a la sostenibilidad.

“Los asesores y fondos de inversión registrados cada vez más ofrecen y evalúan inversiones que emplean estrategias ESG o incorporar ciertos criterios, en parte para cumplir con la demanda de los inversores”, dijo Sanjay Wadhwa, responsable del grupo de trabajo sobre el clima y ESG de la SEC.

“Los inversores se centran cada vez más en los criterios ESG al tomar decisiones de inversión”, dijo, por su parte, Adam Aderton, codirector de la división de Cumplimiento del regulador de Wall Street. “Como ilustra esta acción, la SEC responsabilizará a los gestores y asesores cuando no describan con precisión la incorporación de criterios ESG en la selección de sus inversiones”, añadió.

BNY Mellon, por su parte, no admitió realizar las prácticas de ‘greenwashing’ mencionadas, pero tampoco negó la mayor. Se limitó, a través de un comunicado, a acatar la sanción y asegurar que mejorarán la forma en la que interactúan con sus clientes.

“Tomamos las medidas regulatorias y las responsabilidades de cumplimiento muy en serio”, dijo el banco en un comunicado oficial en el que aseguró que ha “actualizado” sus materiales para inversores como parte del “compromiso de garantizar que nuestras comunicaciones son precisas y completas”.

Más presión de la SEC

El regulador estadounidense prepara nuevas medidas de mayor calado en la regulación de la inversión sostenible. Según fuentes consultadas por Bloomberg, el documento podría hacerse público este mismo miércoles, aunque no debería dilatarse mucho más.

Sobre todo, teniendo en cuenta la dimensión que ha cobrado la ESG. En el primer trimestre del año, el patrimonio de los fondos sostenibles de todo el mundo superó los 2,77 billones de dólares, según datos de Morningstar; cerca de triplicar la histórica barrera del billón que se sobrepasó en 2019.

Se espera que la SEC aumente el número de especificaciones que los gestores de activos deben divulgar en torno a las inversiones catalogadas dentro de la ESG. 

Algunos de los apartados en los que el regulador incidirá serán la forma en la que se comercializan esos fondos ESG; cómo se incorporan los criterios sostenibles en los productos y cómo votan los representantes de los fondos en las juntas de accionistas de las empresas seleccionadas en cartera.

“Es fácil saber si la leche no tiene grasa. Tal vez sea hora de que sea más fácil saber si un fondo es realmente lo que dice que es”, dijo el presidente de la SEC, Gary Gensler, en una entrevista en marzo. Una declaración de intenciones que podría estar a punto de materializarse, sobre todo teniendo en cuenta los múltiples casos de greenwashing que han rodeado a la ESG prácticamente desde su concepción.

El precedente de DWS

La sanción de la SEC dejó en las acciones de BNY Mellon la mayor caída del último mes, pero una multa por prácticas similares dejó una de las mayores caídas de su historia reciente para DWS hace unos meses.

A finales de agosto del año pasado, una investigación conjunta entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la SEC determinó que la gestora de Deutsche Bank había exagerado el uso de los criterios de inversión sostenible.

Si bien DWS rechazó en un primer momento las acusaciones, la autoridad alemana BaFin inició otro procedimiento para constatar que efectivamente tuvieron lugar las prácticas de ‘greenwashing’. “Seguiremos siendo un firme defensor de la ESG como parte de nuestra responsabilidad fiduciaria”, se defendió la gestora en un comunicado, al tiempo que un portavoz aseguró que no se esperaba “impacto alguno en los fondos ESG”.

Sin embargo, los inversores reaccionaron. Tras conocerse la noticia, las acciones de DWS cayeron más de un 13 por ciento en la Bolsa de Fránkfurt, el mayor desplome desde la crisis sanitaria del Covid-19.

Las acciones siguen cotizando un 20 por ciento por debajo del último precio que marcaron antes de la sanción. O, lo que es lo mismo, el valor bursátil de DWS se ha reducido en cerca de 2.000 millones desde entonces.

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